La "lujosa" vivienda en el country Haras del Pilar "La Pradera", barrio Las Rosas, donde vivía Luis Medina, asesinado el fin de semana pasado en Rosario; iba a ser allanada esta semana por personal de las TOE y por la agrupación Unidades Especiales. Sin embargo, como adelantó en exclusiva Rosario/12, el sábado, con la "confusa" llegada de tres agentes de la División Judiciales al lugar, acompañados por el padre de la pareja de Medina, para "tomar fotografías", hubo que adelantar la medida oficial. La semana anterior, tras la orden de la jueza Alejandra Rodenas, los investigadores designados se habían comunicado con la Justicia bonaerense para dar a conocer lo que se pretendía hacer. Es que tenían el dato de que la casa de grandes dimensiones de Medina -donde vivía con la joven también asesinada, Justina Castelli Pérez- había sido prácticamente vaciada: La mayor parte de su mobiliario fue trasladado a la casa de su socio, apodado "Patán", en el mismo barrio cerrado. Tras el operativo adelantado, se secuestraron cerca de quince celulares, credenciales, documentación de importancia y un pasaporte. En tanto, los tres policías de Judiciales estuvieron demorados seis horas, acusados de "abuso de autoridad", en la DDI de Pilar. Desde la división aseguraron ayer que se trató de una "actividad normal" y negaron haber pretendido allanar la casa. Por el contrario, adujeron haber ido a "constatar una información" vinculada con el caso y a tomar fotografías del lugar.

Tras el brutal doble homicidio, en el acceso sur de Rosario, la semana pasada se realizaron tareas de inteligencia, con conocimiento del juzgado de Rodenas, con una "red armada" donde se ubicó la vivienda de Medina y la de su socio, en el country de Pilar. La idea era realizar las medidas esta semana, pero cuando se produjo la situación "confusa" sobre la llegada de personal de Judiciales de la Unidad Regional II, al barrio privado, acompañados por el padre de Justina Castelli Pérez, los investigadores designados por la jueza a cargo del expediente sobre "homicidio agravado" -TOE y Unidades Especiales, además de Homicidios- debieron adelantar el operativo y viajar desde Rosario. Durante la semana, ya habían estado en contacto con la gente de monitoreo del country. El malestar judicial surgió porque aparentemente el personal de Judiciales que llegó el sábado cerca del mediodía al lugar, habría mencionado a Rodenas para pedir tomar fotografías, ya que no tenían orden para hacerlo. Sin embargo, trascendió que no habían sido convocados para esta causa.

La información que había llegado al juzgado de Rodenas, tras los primeros pasos de la investigación, generó que la magistrada comenzara a delinear el allanamiento para la semana que comienza. La sospecha cierta era que la casa de Medina había sido vaciada tras su muerte, y los elementos trasladados a la casa de su socio. Lo previsto era armar un exhorto para el juez de Garantías de San Isidro y realizar la medida con todos los recaudos. El mismo sábado, alrededor de las 16.30 ingresó un llamado al despacho de Rodenas donde se dio cuenta de la situación que se estaba dando en Pilar. Es que los tres policías de Judiciales con el padre de Pérez Castelli, pretendían entrar al country y en la puerta el guardia les flanqueó el ingreso. Fue entonces cuando aparentemente mencionaron a la magistrada. Desde allí se dio aviso a los investigadores oficiales y luego de que los agentes fueran demorados, la Unidad Fiscal de San Isidro tomó declaración al padre de la fallecida Justina Pérez Castelli, quien dijo que lo pasaron a buscar y lo llevaron para "marcar una casa". Según trascendió se trata de dos suboficiales principales y un sargento, que defendieron su accionar investigativo.

En rigor, el operativo oficial se realizó con más de diez vehículos y treinta hombres de las tres divisiones asignadas, en presencia de la DDI de Pilar. Adrián Forni, titular de las TOE indicó que las dos viviendas allanadas eran de "extremo lujo arquitectónico", incluso la casa de Medina contaba con cinco baños y varias habitaciones. Allí fue secuestra documentación de interés para la causa, celulares de vital importancia, porque estaban colocados en un lugar que no se previó que podían ser encontrados, según se indicó. En la casa del socio de Medina, apodado Patán, estaba su hijo. De allí se secuestraron entre siete y ocho computadoras personales, celulares, memorias y documentación. También fue decomisado, bajo la tutela de la jueza, el vehículo Volkswagen Passat perteneciente a Medina, que era buscado. Según surgió de la pesquisa, el auto tenía un doble fondo en el baúl, lo que hace presumir que "podían llevarse cosas que no quedaban a la vista", aunque no se halló nada allí.