"Maxi es un referente y hay que mirarlo a él para saber cómo está la selección". Así definió Claudio Gugnali, ayudante de campo de Alejandro Sabella, al jugador e ícono de Newell's, en la conferencia de prensa que ambos ofrecieron ayer en Cidade do Galo, el predio en el que Argentina entrena y aguarda el cruce de pasado mañana ante Suiza por los octavos de final del mundial. De esa manera, el integrante del cuerpo técnico lo defendió de una pregunta que pretendía indagar sobre las sensaciones del jugador una vez que fue reemplazado en el entretiempo, en el primer partido de la fase inicial, ante Bosnia. "Sé que va a llegar la oportunidad, no sé cuándo, pero cuando el entrenador lo decida vamos a estar preparados", avaló Rodríguez.

El jugador rojinegro fue el elegido por el cuerpo técnico para enfrentar ayer a los periodistas que cubren el día a día de la selección en Belo Horizonte. Experimentado y respetado por sus compañeros, Maxi juega su tercera copa del mundo, ya que ya integró los planteles de Alemania 06 y Sudáfrica 10. Conocedor de que Argentina ingresó en la etapa decisiva, donde no se perdonan las fallas, dijo ayer que "en estos partidos ya no tenés margen de error y se ganan en los detalles. La concentración tiene que ser al 100 por ciento".

Pensando en Suiza, Rodríguez dijo que "la mentalidad para jugar será la misma". Si bien en los papeles el equipo helvético es inferior al seleccionado albiceleste, el delantero leproso recordó que "se quedaron grandes rivales en el camino", por ese motivo es imperioso estar "concentrado", caso contrario "cualquiera te puede ganar". "El fútbol se emparejó mucho y está todo muy ajustado", analizó Maxi, para luego admitir que en este tipo de instancias "lo único que sirve es ganar, no importa cómo se juegue". Con respecto al equipo que jugará el martes, Sabella dispondría un solo cambio: el de Lavezzi por el lesionado Agüero, manteniendo el esquema de 4﷓3﷓3, aunque con una contribución mayor del delantero del Paris Saint Germain en defensa, ya que cubre toda la banda derecha haciendo un gran esfuerzo.

Al respecto de las diferencias entre ambos delanteros, Maxi apuntó: "Son jugadores diferentes, pero a la hora de atacar son bastante similares. Pienso que el Pocho te puede ayudar en el medio. Se puede cambiar el sistema muy fácil con él y pasar de un 4-3-3 a un 4-4-2". En efecto, esa es la razón por la cual el entrenador argentino se inclinó por Lavezzi, ya que pretende, cuando se pierde la pelota, un retroceso más ordenado y poblado en el mediocampo para que los defensores, sobre todo los laterales, no queden tan expuestos en los contrataques de los rivales. Una situación que como se ha visto la Argentina debe cuidar en forma extrema sobre todo en los regresos veloces cuando el equipo acaba de lanzarse a un ataque en campo rival.

"Maxi es un referente en esta Selección, es un caballero y a veces los técnicos tenemos una idea futbolística convencidos de que es lo mejor y a veces las cosas no se dan. En el partido ante Bosnia, Maxi no estaba jugando mal como tampoco Campagnaro, pero hubo que cambiar de sistema, y me imagino que no fue fácil para él", abogó Gugnali, ante la insistencia de los periodistas. Firme, no se movió un centímetro de una defensa estoica hacia el jugador rojinegro.