1 Central: Caranta (7); Ferrari (7), Donatti (5), Berra (5), Delgado (5); Encina (4), Barrientos (5), Domínguez (5), Aguirre (4); Niell (5), Abreu (4). DT: Miguel Angel Russo.

2 Lanús: Ibáñez (6); Araujo (5), Martínez (6), Braghieri (6), Velázquez (5); Diego González (6), Somoza (6), Ortiz (7); Romero (7), Silva (6), Acosta (5). DT: Guillermo Barros Schelotto.

Goles: PT: 34m Romero (L). ST: 8m Martínez (L) y 19m Acuña (C).

Cambios: ST: 16m Valencia (5) por Abreu y Acuña (5) por Encina (C), 21m Ayala por Romero (L), 32m Becker por Niell (C), 41m Melano por Acosta (L) y 45m Pasquini por Ortiz (L).

Arbitro: Pablo Lunati,

Cancha: Central.

Una suma de voluntades hace de Central un equipo que siempre está cerca de ganar. A veces puede. Ultimamente, no. Es que un rival disciplinado como Lanús, de ideas tan sencillas como definidas, se alzó con una victoria que bien pudo ser empate, y por tal sufrida hasta el final, pero que dejó merecidamente a los granates a dos puntos del líder River y a los canayas un poco más marginado de la discusión mayor en el torneo. La derrota, entonces, multiplica aún más los objetivos de los canayas por avanzar en Copa Argentina, el próximo jueves.

En resumen, en el Gigante se vio el duelo de un equipo que tiene libreto concreto, más allá de sus errores, como Lanús, y otro que no es más que una suma de generosa voluntades, como Central.

El reclamo a Miguel Russo para encontrar en el equipo una identidad de juego se prolonga en el tiempo. Ayer, como tantos otros partidos, el auriazul tuvo buenas intenciones ofensivas, pero siempre embarrados en lo confuso de pelotas al aire y corridas repetidas de Aguirre y Ferraripara lanzar centros.

Mientras que Lanús desplegaba una sincronización de movimientos que despertaba temor en cada intento que encontraba precisión. La primera secuencia de pases dejó a Caranta ganando un mano a mano con Ortiz. Mientras que en Central era Encina el que aparecía en posiciones de riesgo, pero decidió siempre mal.

Ortiz estrelló un tiro libre en el travesaño y Abreu no pudo conectar en ninguna de las pelotas que sus compañeros lo buscaron en el área menor. El partido perdía velocidad en el juego, cuando Lanús sorprendió al Gigante. Es que con Central parado en defensa respetando reglas de manual, Romero tocó en el medio a Araujo y corrió en diagonal, superando a Delgado y al pisar el área recibió la devolución de su compañero, marcando el primero con derechazo cruzado. Dos pases, una corrida al vacío y gol.

Los hinchas debieron esperar el segundo tiempo para ver a Central reaccionar. Aunque cuando se acordó, el canaya ya perdía dos a cero: Martínez le ganó un tiro libre por arriba a Berra y superó de cabeza a Caranta con pelota sobre el segundo palo.

A partir de allí Central desesperó, empujó al rival y generó un juego tan vertiginoso como confuso: muchas pelotas al área a buscar un cabezazo o un rebote. En el barullo, Acuña, recién ingresado, encontró por derecha un centro de Barrientos y logró el descuento con remate cruzado.

Pero superado los minutos de zozobra, Lanús encontró estabilidad en defensa, dejando a Central atrapado en su desesperación, y así y todo bien pudo empatarlo. Porque Ibáñez desvió sobre el palo derecho un cabezazo de Berra y el travesaño desvió un tiro libre de Delgado. Central se resignó cuando sonó el pitazo final.