Lunes, 14 de agosto de 2006 | Hoy
DEPORTES › LA LEGION PARAGUAYA DE ÑULS BRILLO EN EL MONUMENTAL
Gracias a las actuaciones de Cardozo, Salcedo y Villar, los
del parque se trajeron un punto de mucho valor. En el primer
tiempo fue superior y solo fue superado en algunos pasajes.
Por Juan José Panno
3 RIVER: Lux; Ferrari, Nasuti, Lussenhoff, Federico Domínguez; Belluschi, Lima, Sambueza; Gallardo; Ortega, Farías. DT: Daniel Passarella.
3 ÑULS: Villar; Araujo, Aguirre, Torren, Ré; Colace, Gavilán, Lucero, Peralta; Salcedo, Cardozo. DT: Nery Alberto Pumpido.
Goles: PT: 11m Salcedo (Ñ), 16m Gallardo (R) de penal, 23m Belluschi (R), 43m y 47m Cardozo (Ñ). ST: 1m Tuzzio (R).
Cambios: ST: Desde el inicio Tuzzio por por Domínguez y Zapata por Sambueza (R), 23m Gerlo por Lussenhoff (R), 36m Steinert por Cardozo (Ñ), 48m Miramontes por Peralta y Flores por Salcedo (Ñ).
Expulsado: PT: 18m Nery Pumpido (Ñ)
Arbitro: Daniel Jiménez
Cancha: River
Desde Buenos Aires
Fueron a ver a Ortega y terminaron admirando al paraguayo Oscar Cardozo. ¿De dónde salió ese? se preguntaban los hinchas de River. Respuesta: tiene 23 años, viene de Nacional, Pumpido dice que Ñuls lo contrató después de que él lo viera en un video. Cardozo hizo dos goles, uno de cabeza, el otro de más de treinta metros, metió un cabezazo en el palo y un tiro libre que obligó a una volada espectacular a Lux. No se le puede pedir mucho más. Fue el mejor en un partido que tuvo a varios figuras destacadas en los dos equipos; en un partido que tuvo aristas brillantes en el primer tiempo y que recién se cayó sobre el final.
River no tiene buena onda con los paraguayos. Un equipo. Libertad, hace poco lo echó de la Copa Libertadores; un defensor, Julio Cáceres le estaba dando buenos resultados, pero se fue y le dejó un enorme hueco en el fondo; un arquero, Justo Villar, le ahogó varios gritos de gol en la tarde del domingo y dos delanteros, Santiago Salcedo y Oscar Cardozo fueron para sus defensores una auténtica pesadilla sintetizada en tres goles y dos tiros en los palos entre los dos.
Ñuls no ganó porque entre las figuras también hay que anotar a varios de River, empezando por Fernando Belluschi y Marcelo Gallardo y porque los dos equipos se repartieron aciertos y errores que redondearon un partido parejo, entretenido, cambiante y emotivo.
El empate está bien, aunque los rosarinos quedaron más satisfechos, por el rendimiento general como equipo, por la condición de visitantes y por la sensación de que lo producido por la dupla Salcedo-Cardozo la semana anterior no había sido casualidad.
Los locales se quedaron con un gustito agridiculce: agrio por la debilidad defensiva y la certeza de que hay que trabajar mucho, dulce por el potencial ofensivo y algunas llegadas de lujo en el primer tiempo; agrio porque Ortega no anduvo lo bien que se aguardaba, dulce por la excelente producción de Belluschi y lo mucho que de él se puede esperar. River juntó un montón de jugadores "de buen pie", como se usa decir ahora: Sambueza, Gallardo, Ortega, Belluschi... y eso le permitió elaborar en el primer tiempo buenas y continuas llegadas que en algún momento hicieron presagiar un festival. No pudo ser porque Villar es un arquerazo y porque los de Pumpido devolvieron golpe por golpe con jugadores "de buena cabeza": dos de los tres goles de los rojinegros llegaron con cabezazos y el restante con un disparo de casi 35 metros de Oscar Cardozo, beneficiado por el viento y los reflejos desactivados de Lux.
De los tres goles de River el más lindo fue el de Belluschi, el segundo (le sacó la pelota a Ortega, la pisó, se acomodó y metió el zurdazo contra un palo). El primero fue un penal, producido en un choque entre Farías y Toren, ejecutado por Gallardo y el tercero un cabezazo de Tuzio, tras un centro de Gallardo, en el arranque del segundo tiempo.
El segundo período tuvo mucha menos intensidad que el primero porque Passarella rearmó la defensa, dejó tres en el fondo y con más gente en el medio equilibró la pelea y porque Ñuls (que hasta ahí había sido un poquito más) de a poquito se empezó a conformar con lo que ya había acumulado y en el último tramo tiró demasiados pelotazos, esperando el final. Como sea, tiene demasiadas razones Pumpido para decir, como dijo que se iba, "muy conforme".
Fue, en definitiva, un justo empate en un partidazo. Ojala siempre soplen vientos de buen fútbol como ayer a la tarde en el Monumental.
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