4 Central: Caranta (5); Salazar (5), Donatti (6), Pinola (7), Alvarez (6); Montoya (4), Domínguez (7), Fernández (8); Lo Celso (7); Larrondo (6), Ruben (8). DT: Eduardo Coudet.

0 Gimnasia: Navarro (4); Bonifacio (4), Barsottini (4), Coronel (4); Rojas (5), Alvaro Fernández (4), Rinaudo (5), Ignacio Fernández (5), Oreja (3); Mazzola (5), Meza (4). DT: Pedro Troglio.

Goles: PT 26m Domínguez (C), PT 28m Ruben (C), PT 39m Larrondo (C), ST 26m Ruben (C).

Cambios: ST 11m Medina (5) por Alvaro Fernández (G), 15m Cervi (6) por Lo Celso (C), 28m Brum por Rinaudo (G), 29m Niell por Larrondo (C), 31m Musto por Domínguez (C), 41m Contreras por Mazzola (G).

Arbitro: Diego Ceballos.

Cancha: Central.

A cuatro fechas del final, cuando los nervios afloran y las tensiones le ganan a la serenidad, Central mostró su mejor versión para ganar, golear y gustar, y consolidarse como un aspirante franco a pelear el campeonato. El canaya fue sólido en todos las líneas y contundente como nunca en el certamen para quebrar sin sobresaltos a Gimnasia de La Plata y completar así un 4 a 0 inolvidable. Ruben anotó en dos oportunidades y Domínguez y Larrondo completaron el marcador. El elenco que dirige Eduardo Coudet llega de la mejor manera al choque crucial ante San Lorenzo, la semana que viene. De cara a ese partido, el defensor Pablo Alvarez llegó a la quinta amarilla y no podrá jugar.

Central es candidato y se prendió en la pelea por varias razones. Juega bien. Esa es la primera y es insoslayable. Pero en las últimas jornadas le agregó personalidad y recambio, argumentos que no habían aparecido en el inicio del torneo largo. En la tarde de ayer, más allá de que la figura estelar fue Ruben, tanto el pibe Lo Celso como el zurdo Fernández fueron claves en el peso ofensivo del equipo. Ambos se convirtieron en partícipes necesarios del buen juego en los últimos días. Saben ubicarse en zonas libres de rivales, desnivelan con facilidad y asisten con precisión a los atacantes. Así es todo más fácil para un equipo que tiene una base firme.

Después de unas imprecisiones en el comienzo, una gran salvada de Caranta y un tanto mal anulado al lobo, el canaya empezó a construir la goleada, siempre respetando el manual de Chacho. Larrondo la limpió para Fernández, que jugó con Alvarez y asistió a Nery, que definió con un sablazo desde fuera del área. La ventaja no durmió al canaya, que fue en busca de una mayor diferencia. Gimnasia se desarmó y descontroló y no supo cómo pararse en la cancha. Central no bajó el ritmo y dos minutos después de la apertura estiró el parcial con un golazo de Ruben, que la picó con sutileza ante la salida de Navarro.

El Gigante explotaba, Central se floreaba, pero todavía quedaba más en el tintero. A falta de cinco minutos, todavía en la etapa inicial, Cevallos cobró un dudoso penal y Larrondo lo canjeó por gol. Sus cuatro compañeros del fondo, acostumbrados a que patee Ruben, eligieron darse vuelta y no mirarlo. No confiaron del lungo, que definió con mucha tranquilidad. En apenas 40 minutos, el canaya había resuelto un juego que en los papeles parecía sumamente complicado. La cancha era una fiesta y por primera vez en el ciclo bajó desde las cuatro tribunas el "Y ya lo ve, y ya lo ve, es el equipo de Coudet", un merecido reconocimiento al DT, padre de la criatura.

El segundo tiempo estuvo de más. Gimnasia se adelantó, presionó más arriba, pero nunca inquietó a Caranta. Con inteligencia, Central se dedicó a cuidar la pelota y resguardar energías. Volvió Cervi, una buena noticia, y a los 26 minutos coronó el marcador con otro golazo. El zurdito asistió a Pinola. El central, devenido en lateral, se tomó todo el tiempo necesario para encontrar a Ruben, que definió de volea por el carril del nueve. Los hinchas ovacionaron al defensor, pieza fundamental desde que se calzó la camiseta auriazul. La ilusión se sostiene en argumentos sólidos. Hay técnica y actores en gran nivel. El canaya pelea en los dos frentes, llegó a semifinal de la Copa Argentina y no se baja del certamen. Tiene con qué.