Más triste no podía terminar el domingo para Newell's. Fue vapuleado dentro de la cancha, se quedó sin técnico y un numeroso grupo de hinchas se manifestó en el Coloso del Parque para pedir "que se vayan todos, que no quede ni uno solo". Se veía venir el fin del ciclo Bernardi. Lucas nunca le encontró la vuelta a la conducción del plantel. Y no sólo falló en el juego, tampoco logró ascendencia sobre los jugadores. Ayer, en el Gigante, eligió retirarse sin brindar conferencia porque "no hay mucho más que decir" sobre el trámite de la derrota. Agradeció a los periodistas "por estos ocho meses de convivencia" y partió. Coronó un pobre 39 por ciento de eficacia: 5 victorias, 5 empates y 8 derrotas. Nada para rescatar.

Pero el ex DT no es el único responsable del presente leproso, más negro que rojo. Los jugadores también tienen una cuota grande de responsabilidad. Y en ese plano los que se llevan las mayores culpas son los referentes. Maxi Rodríguez, minutos después de terminado el partido, cuando el plantel todavía penaba la derrota en el vestuario, le tiró kerosene a la fogata. Agarró su teléfono y retuiteó en la red social del pajarito un mensaje que un hincha rojinegro le compartió al periodista de LT8 Hernán Cabrera. "Hace mucho que se terminó....y seguimos rifando puntos que vamos a lamentar", fue la frase que le respondió al: "Se terminaron las pruebas, fin de ciclo", que anticipó el cronista. El ex jugador de la selección adhirió a la opinión. Por su correcta trayectoria, por su perfil históricamente moderado, sorprendió de sobremanera su actitud.

La dirigencia, el otro elemento para entender este presente, se borró tras el resultado. Los hinchas eligieron la casa del presidente Jorge Ricobelli para manifestarse, y el Ministerio de Seguridad diseñó una fuerte custodia de la casa.

La jornada de bronca de los hinchas cerró en el Parque Independencia. Primero cantaron en la puerta del estadio el "Que se vayan todos, que no quede uno solo", y luego tomaron calle Pellegrini, donde provocaron destrozos en vidrieras de comercios y arrojaron piedras a los autos que pasaban.