"Pensar hoy en continuar en Central es muy difícil", adelantó en la madrugada de ayer Eduardo Coudet, a pocos minutos de la eliminación del canaya de Copa Libertadores. Como nunca antes, el Chacho habló de su futuro profesional lejos de Arroyito, decisión de la que los dirigentes ya estaban advertidos. Pero las autoridades del club se reunirán con el entrenador la semana que viene, luego del partido del lunes con Belgrano, para allí intentar persuadir el entrenador a que se quede un torneo más. "Depende mucho de su ánimo, pero sabemos que está la posibilidad de que se vaya", admitió un directivo a este diario. Con o sin el Chacho, Central empieza a debatir una nueva etapa para su primer equipo.

Coudet decidió irse de Central. El Chacho entregó las primeras evidencias de sus intenciones en el vestuario visitante de Atlético Nacional, ya en la madrugada del viernes, con la desazón latente por la eliminación de la Libertadores. "Es difícil pensar en continuar", reconoció Coudet. Pero además el Chacho ensayó en Medellín un balance de sus 18 meses en el club que apuntalan su partida: "Si nos ponemos a ver los números, los chicos que se potenciaron, el lugar que ocupa ahora Central te podría decir que es bueno el trabajo que se hizo. Pero con el dolor de la derrota es difícil de ver. En este año y medio intentamos potenciar al equipo, que Central vuelva a tener un lugar importante dentro del fútbol y creo que lo logramos".

"Sabemos que está la posibilidad de que Coudet se vaya. Todavía no hablamos del futuro. Y seguro que su decisión va a estar condicionada a su estado de ánimo", aceptó un directivo auriazul.

La delegación canaya regresó ayer por la tarde a la ciudad y durante las ocho horas que duró el vuelo desde Medellín no se habló el futuro del equipo. El desánimo reinaba en dirigentes, jugadores y cuerpo técnico.

A Central le queda pendiente aún la última fecha del torneo Transición. Visitará el lunes a las 19 a Belgrano en Córdoba con mayoría de titulares. Recién mañana el Chacho prestará atención al equipo que se llevará a Córdoba. Y luego del encuentro con el celeste el entrenador se reunirá con los dirigentes para anunciar que no continuará en el cargo.

Coudet se volverá a Buenos Aires, donde no le faltarán ofertas para trabajar. Su salida de Arroyito obedece, básicamente, a que el equipo perderá jerarquía en las vacaciones de invierno con la venta de Franco Cervi, las probables desvinculaciones de otros jugadores titulares (Alejandro Donatti, Marcelo Larrondo, los candidatos) y la inminente transferencia de Giovanni Lo Celso a Europa.

De igual modo, la dirigencia se esforzará por persuadir a Coudet a que permanezca en el club bajo la promesa de "mantener la jerarquía del equipo". "No quiero ser injusto con los que confiaron en mí", reconoció Coudet, en referencia a los directivos. Pero lo que hará Coudet en la reunión con las autoridades del club es explicar su decisión de alejarse, intentando encontrar comprensión en la otra parte.

Coudet deja un equipo formado y con ideas de juego que echaron raíces en el club. El sucesor del Chacho tendrá ese perfil, es decir un entrenador que priorice la ambición ofensiva por sobre la especulación.