El fútbol argentino está patas para arriba y lo que tiempo atrás era una utopía pensar, hoy es una realidad. Resulta que la Asociación del Fútbol Argentino ya no corre detrás de los clubes para cobrar sus deudas, ni financias sus descalabradas cuentas. Al menos en el caso de Central. Porque la casa rectora del fútbol nacional usó plata de los canayas para cumplir compromisos corrientes, hasta agotar los más de 24 millones de pesos que ingresaron en AFA a nombre de los auriazules en concepto de premios por su participación en Copa Libertadores. Esa plata no está, no se sabe cuándo aparecerá y menos aún cuando en Arroyito recibirán los fondos. "Se la gastaron, esa fue la explicación", lamentó un directivo canaya.

Durante décadas, la relación financiera entre la AFA y los clubes del fútbol argentino tenía el rojo siempre en el columna de las instituciones. Central no fue la excepción. Las anteriores dirigencias de Central, desde la que lideró Víctor Vesco, pasando por Horacio Usandizaga, Pablo Scarabino y Norberto Speciale, todas tenía el hábito de pedir prestado en AFA. Esa deuda llegó a superar los 14 millones de pesos.

En el último año Central se esforzó por saldar cuentas. Empezó a pagar hasta no tener reclamos. No satisfecho con eso, la AFA le tomó el gusto a los billetes canayas y se apropió de los 24 millones de pesos que ingresaron entre abril y mayo por la participación de Central en la Copa Libertadores.

En concepto de premios, Central debe cobrar aún 750.000 dólares por jugar los octavos de final y 950.000 por disputar los cuartos de final, es decir un total de 1.700.000 dólares, que al cambio de hoy suman más de 24 millones de pesos. La Confederación Sudamericana de Fútbol giró los fondos a la AFA, que es la encargada de entregar el dinero a los clubes. "Ese circulación de billetes se hace para darle un rendimiento financiero, lo que demoraba meses en llegar a los clubes", reconoció un ex empleado de la AFA.

Pero este no es el caso. Porque el dinero de los canayas no está en ninguna de las financieras amigas de la casa rectora del fútbol argentino. "La plata se la gastaron. En su momento nos habían dado unos cheques pero nos pidieron luego que se lo devolvamos porque no tenían fondos. Y no sabemos cuándo se va a cobrar", reconoció un directivo.