Con el propósito de preservar la salud institucional de los clubes, vecinos de la zona norte de la ciudad, que ya vieron cómo algunas entidades cedieron sus terrenos para la construcción de emprendimientos comerciales privados, presentaron un proyecto a la Comisión de Planeamiento del Concejo que propone recategorizar el Código Urbanístico de los terrenos que pertenecen al Club Atlético Argentino y el Club Agua y Energía con el fin de espantar cualquier otra operación inmobiliaria sobre las instalaciones de las entidades sin fines de lucro. Pero esta iniciativa tiene una singularidad: No cuenta con el respaldo de los dirigentes que están actualmente a cargo de estas entidades.

Conocida es la intención de la Comisión Directiva de Argentino por vender el estadio de barrio Sarmiento. El boom inmobiliario que se registra en la zona revalorizó los terrenos de la cancha salaíta. El proyecto, promocionado por la dirigencia alba bajo el eufemismo de "mudanza", se vio frustrado año atrás por la férrea oposición de los vecinos. Pero como la directiva promete lanzar un nuevo intento para negociar el estadio, los vecinos se movilizaron y encontraron una salida lúcida: cambiar el Código Urbanístico donde está emplazada la cancha, acudiendo a la complicidad del sector político, e impidiendo de esta manera que las autoridades de turno no puedan contemplar ninguna negociación sobre los terrenos que pertenecen a los socios.

En similar situación se encuentra Agua y Energía. Aunque, en este caso, la estrategia para favorecer la comercialización de sus instalaciones es diferente. Es que el club dejó de prestar servicios, alentando la diáspora de sus socios y obteniendo mayor libertad para conversar sobre el destino de la entidad. Hoy en día el club de la zona norte casi no tiene actividad deportiva, dejó de prestar servicios sociales y no son pocos los privados que posaron sus ojos en los terrenos de la institución con fines comerciales.

Pero los vecinos del barrio reunieron mil firmas y llevaron su inquietud al Concejo. Y es la Comisión de Planeamiento la que ahora debe atender la demanda. Aunque la iniciativa es tan ingeniosa como efectiva: solicitan la modificación del Código Urbanístico de los terrenos de las instituciones, siendo recategorizadas a Distrito H3, tal cual goza, entre otros, Central. ¿De qué habla dicho Código? El mismo dice que aquellos terrenos son "destinados a recreación privada", agregando que "se permiten únicamente construcciones, reformas o ampliaciones, limitando la superficie edificable al mínimo admisible, para preservar al máximo el uso al que están destinados".

De lograr la nueva ordenanza la dirigencia de Argentino, por ejemplo, deberá aplazar definitivamente sus ambiciones inmobiliarias sobre el estadio que donó la familia Olaeta. En alguna oportunidad los propios socios de Argentino lograron desalentar las intenciones de un empresario de la construcción que había planificado edificar dos torres sobre la cancha salaíta. Pero, claro está, es imposible apelar a la solidaridad de quienes se interesan por los terrenos de los clubes como estrategia de preservación. Y en Agua y Energía (situado en las calles Sorrento, Hernández, Alvarez Thomas y Del Parou) sus autoridades deberán buscar la llave del candado que cuelga desde hace meses en el portón de entrada.

Esta institución, que supo tener más de 4 mil socios, fue creada por la empresa belga que a inicio del siglo XX tuvo la concesión del servicio eléctrico de la ciudad y que donó en los años 40 al retirarse de la explotación del servicio energético.

Quienes se movilizan en defensa de las entidades sin fines de lucro ya cuentan con cierta experiencia. Años atrás los propios socios del Club Sparta se sorprendieron cuando la esquina de Av. Sorrento y Av. Casiano Casas fue vendida a un ex dirigente de Argentino que levantó allí una estación de servicio, arrasando con dos canchas de fútbol donde acostumbran a patear los chicos del barrio. Aquella millonaria operación fue rubricada por quienes eran oportunamente los dirigentes de la entidad.