Recuperada en medio del fenómeno generado por la vuelta de Los Gatos a cuatro décadas de su formación, la historia de Kay Galifi se ha convertido en una de las notas de color de aquel celebrado retorno. Porque después de colaborar en la gestación del grupo fundacional del rock en castellano, el guitarrista tomó a Brasil como país de residencia y se ocultó así de las biografías del rock nacional. Casi cuarenta años transcurrieron entre aquel cambio de rumbo y la reaparición de Gaetano junto a sus viejos compañeros de ruta en el relanzamiento de Los Gatos en la Plaza San Martín. Desde entonces, la prensa se encargó de reconstruir sus pasos. Esta noche en el Centro Cultural Parque de España (desde las 21.30 y con entrada libre y gratuita) será el público el que podrá apreciar desde cerca qué fue de la vida --musical al menos-- de aquel guitarrista virtuoso, que llegará hasta el Túnel 4 para recorrer su sinfonía clásica Amazonas. Poema violinisto.

Por lo pronto, en apariencia no será éste Galifi el mismo que demostrara sus dotes rocanrrolísticas en la Plaza San Martín. Sin embargo, el propio Kay reconoce a Rosario/12: "A pesar de ser otro instrumento, porque acá toco guitarra clásica, yo soy el compositor y la música que hago tiene mucho de contemporáneo, mucho de moderno". Y si bien su reencuentro con los rosarinos fue precisamente junto a la banda que torció la historia para del rock sudamericano, esta presentación tiene un sabor especial para el guitarrista, consciente de que la gente podrá descubrir a un Galifi desconocido. "Es exactamente eso --reconoce--. Además especialmente me gustó mucho la idea de hacerlo en Rosario. Con la coincidencia también que yo aquí comencé tocando guitarra criolla. Inicialmente quería cantar y tocar como Eduardo Falú, pero esa parte de cantor después se me fue. Hoy en día por lo menos me quedan algunas cosas de aquella época, porque en cierta manera toco la guitarra porque Falú lo hacía".

Evidentemente, no fue el folclore el que terminó atrapando a Galifi, sino más bien el rock que descubrió junto a sus amigos Nebbia, Fogliatta y Moro, entre otros. El resto parecería ser ya parte de un cuento conocido. Aunque fue recién a partir del reciente regreso de Los Gatos que muchos empezaron a redescubrir la historia real de Kay Galifi. Una historia que ya comenzaba a cobrar dimensiones casi míticas. Y aunque ello le dispare una carcajada al guitarrista, tampoco duda en admitir que debió ofrecer numerosas explicaciones en torno al asunto: "La verdad es complicado, porque desde aquella cosa medio misteriosa de la desaparición de Los Gatos... La verdad es que cada uno siguió por su lado, no es que se terminó el conjunto, sino que estábamos yendo para rumbos diferentes. Litto se quedó en Argentina, quería quedarse aquí, nosotros queríamos ir a Estados Unidos a conocer y tocar, y en ese momento yo ya estaba de novio con una brasilera, y me casé con ella. Fue todo muy complejo, Ciro quería ir para España... fue todo muy confuso así que se fue uno para cada lado".

El "lado" que le correspondería a Galifi sería Río de Janeiro. "Allá comencé a tocar en varios conjuntos de rock, que no era muy fuerte en Río, porque la música brasilera llena todo. Entonces empecé a tocar la música brasilera, samba, bossa nova, latin jazz, hasta que después de un tiempo comencé a tocar música clásica, a estudiar la lectura y esas cosas, y terminé pasándome a la música clásica. Cambié de instrumento, de guitarra eléctrica a acústica, y comencé a componer. Lo que pasa es que tuve muchos problemas. Todo artista tiene sus problemas, si no es droga es la cabeza, o sino alguna cosa", sintetiza Kay, que de inmediato propone un salto hasta el presente: "Yo estaba medio aislado de todo, y siempre digo que Los Gatos me encontraron porque yo me encontré primero. Entonces ahí, a través de que Litto había reunido Los Gatos Salvajes y yo estaba haciendo reportajes con algunas personas que habían empezado a descubrirme, Mario Antonelli, que es el amigo de Litto que está escribiendo la biografía de Los Gatos, me descubrió y fue toda esta onda de la vuelta de Los Gatos".

- En algunas entrevistas se trasluce que usted ha tomado este retorno como el cierre de un ciclo, de aquella etapa que había quedado inconclusa hace casi 40 años. ¿Es realmente así?

- Sí, pero no quiere decir que se cierren definitivamente Los Gatos, sino una etapa. Se quedó todo un poquito en el aire, entonces me parece que ahora estamos cerrando ese ciclo. Muy bien cerrado, porque me gustaron muchos los shows que hicimos en Rosario y el Gran Rex y esperamos hacer varios en Córdoba, Mendoza, Tucumán, tal vez en Paraguay y Chile. Me parece que está muy bueno.