Organizado por el Area de Artes Escénicas de la Secretaría de Cultura municipal en adhesión a la campaña de prevención "El alcohol al volante mata", mañana se iniciará un ciclo de teatro para niños en la Plaza Aguaribay de Boulevard Oroño al 1500. El envío --que se desarrollará cada viernes de febrero, desde las 20, con entrada libre y gratuita-- permitirá acercarse a las distintas corrientes artísticas que por estos días se gestan en la ciudad con el público infantil como principal destinatario.

La directora teatral Cristina Carozza, una de las responsables de la organización del ciclo, explicó que el proyecto se inició luego de que Mónica Gangemi --madre de una de las adolescentes fallecidas en un accidente de tránsito ocurrido en mayo de 2005-- ofreciera el espacio de la plaza Aguaribay para acompañar la campaña de prevención con diferentes propuestas artísticas. "Como también se estaba presentando el ciclo Rosario bajo las estrellas, que está destinado a un público adulto, vimos que en ese lugar se podía hacer algo para niños, entonces decidimos programarlo todos los viernes de febrero. Y tratamos de hacer una programación diversa, con humor, circo, malabares, clown, gente que hace teatro de títeres, números de magia, acrobacia, zancos y juegos", apuntó Carozza, quien además resaltó la diversidad presente en el terreno del arte para chicos.

"Creo que en este punto hay muchos espectáculos dando vueltas que se pueden programar. En estos últimos años el trabajo con los niños creció muchísimo. Creo que se ha hecho un trabajo fuerte teniendo en cuenta la visión de los niños, se les acerca de un modo diferente. Entonces la idea es aprovechar un nuevo lugar", remarcó en relación a una experiencia que, de resultar positiva, podría prolongarse más allá del mes de febrero.

Por lo pronto, la apertura del envío llegará con la actuación de R.O. Breakers, agrupación coordinada por Sergio Monzón. Payaso, acróbata y malabarista, Monzón es además el responsable de combinar en un mismo espectáculo distintas disciplinas circenses con el hip hop, género con el que comenzaron a trabajar desde la fundación del proyecto en 1999. "Nos costó mucho, porque empezamos en Rosario cuando no había nadie haciendo hip hop, nos miraban mal y nosotros le dábamos para adelante igual --recordó el artista en diálogo con Rosario/12--. Pero buscamos la manera para que crezca y la gente lo mirara desde otro punto. Así estuvimos durante muchos años, se nos cerraban las puertas pero nosotros seguimos haciendo lo nuestro, que era sacar a los chicos de la calle, haciendo que bailen, que traten de tener un buen estado físico, para que disfruten. Entonces hicimos una escuelita en la Vecinal Unión y Progreso de Pedro Lino Funes 3355, se fue arrimando la gente y empezamos a hacer eventos".

De esa manera, al baile se irían sumando luego distintas disciplinas: "Cuando aprendimos a bailar, que fue lo más difícil, empezamos a meter acrobacias y, como a mí me gusta el circo y soy artista callejero, fui conociendo a gente de distintas ramas. Así fuimos metiendo cosas distintas para que el espectáculo tuviera variaciones, y todos los años lo vamos cambiando". Con esa política, el grupo fue incrementando su poder de convocatoria. "Los espectáculos se fueron haciendo más grandes y la vecinal nos empezó a quedar chica, entonces hacíamos eventos en distintos playones, plazas, hasta que después hicimos el primer encuentro nacional de hip hop en el Monumento a la Bandera, al que fueron cuatro mil personas", distinguió Monzón, que este año irá por la tercer edición del certamen.

Sin embargo, la propuesta que mañana presentarán en la plazoleta de Oroño al 1500 no se delimita a las habilidades de la danza: "En el espectáculo hay circo, humor, monociclos, malabares, y después tenemos unos chicos que están con nosotros a los que les estamos enseñando desde hace un tiempo, y que tienen entre seis y quince años. Como el espectáculo tiene variaciones, incluimos a los chicos entre los números que hacemos nosotros. Son algunas rutinas que tenemos, y entre medio están los chicos, que los hacemos crecer un poco, porque se dan cuenta que lo que hacen es lindo y que pueden llegar a trabajar de eso, como nosotros".

Así, el contexto del ciclo colaborará para que la propuesta de R.O. Breakers llegue a un público aun más amplio, para que nuevos jóvenes descubran en las artes callejeras un medio de vida. "Eso nos ayuda, porque nosotros hacemos el espectáculo en todos lados, vamos a hogares de huérfanos, trabajamos para chicos carenciados. Eso es algo que le transmitimos a los chicos que están en el grupo, porque hay gente mucho más carenciada que nosotros y a los que se les puede dar una mano, darles un rato de alegría", concluyó el coordinador del grupo.