Adriana Calcanhotto contesta todas las preguntas con su voz cadenciosa, cristalina, que le da una personalidad especial a sus discos. Y así se ríe también. Cuando responde sobre la jocosa iniciativa de un grupo de argentinos que quieren ser brasileños para contagiarse de la alegría, primero contesta en serio, que no le gustan las generalizaciones. Pero al rato retoma la broma y dice que "no es buena idea, porque el fútbol perdería toda la gracia". Una carcajada contagiosa acompaña la ocurrencia. También se ríe cuando asegura que deberá conocer Rosario para saber si se parece a Porto Alegre, la ciudad donde nació y se crió. Esta noche, en Metropolitano, una de las voces más originales y potentes de la música popular brasileña brindará un show gratuito, que será una réplica "quizás más pequeña" del ofrecido en mayo en Buenos Aires. Desde su casa carioca, la artista adelantó que ofrecerá temas de sus discos Maritmo y Maré, los dos primeros de la trilogía dedicada al mar.

Quienes hayan disfrutado de esos discos, deberán saber que hará una versión de la bella "Quem Vem Pra Beira do Mar", de Dorival Caymmi, cantada con el propio autor bahiano en Maritmo. "Es un sueño, no pude creer cuando llegó al estudio. Encantador, generoso, noble, exigente", dice Calcanhotto en el booklet. Por teléfono, afirma: "Es una de las que más me gusta de toda la producción playera de Caymmi. Volví a cantarla en el concierto Maré y me gusta mucho hacerlo, porque es muy bonita".

En realidad, Maritmo nació como un disco independiente. Después de hacerlo, y cuando aparecieron nuevos temas ligados al mar, surgió la idea de tres. Sin embargo, fiel a su estilo inclasificable, Calcanhotto sitúa a Maré como parte de una trilogía, aunque aclara que eso no la obliga a hacer un tercero. "Lo que encontré muy interesante fue la posibilidad de hacer un disco sabiendo que estaría en Internet, que sería un disco sin punto final", expresa. ¿Con la continuidad del mar? "Exacto", responde.

Inmersa en la marea de presentar su último disco, Calcanhotto adelanta que aún no piensa en producciones nuevas. "Estoy todavía muy ligada a Maré, todavía tengo que hacer conciertos lejos, que mezclar, cambiar el orden de las canciones, no tengo pensadas canciones nuevas por ahora", afirma.

Sobre la fascinación que le provoca el mar, reconoce que haber nacido en Porto Alegre, una ciudad que está lejos del océano, pudo contribuir al encantamiento. "Pueden ser muchos los motivos de ese origen, pero no estoy preocupada en investigar eso, la verdad no me intereso por la causa de la fascinación hacia el mar. Me fui interesando por los autores del mar, básicamente, el mar metafórico, la poesía", subraya.

Ese interés por la poesía y la música está presente en todos sus discos, desde el primero. Y ella misma cuenta, en el DVD del show de Público que cuando era pequeña escuchaba música popular junto a su niñera. "Eran baladas, canciones de amor, de la joven guardia, como se escuchan ahora, no se trataba de boleros, esos eran de la época de mi padre", puntualiza. Es que Calcanhotto se formó en una familia de artistas. Su madre era bailarina y su padre músico de jazz. "Crecí con el privilegio de oír un espectro muy amplio de música y, hasta determinado momento, crecí absolutamente sin preconceptos, para mí todo era música, no tenía música superior o inferior, era apenas música", relata.

De esa formación amplia surgió una cantante y compositora que conoció el éxito muy temprano. "Naquela estacao", de su primer disco, Enguico, fue el tema musical de la novela Raina da Sucata, que en 1990 se emitía en el horario central de TV Globo, a las 20. Después editó Senhas (1992), A fábrica do Poema (1994). Cuatro años después llegaría Maritmo, dedicado al mar y en 2000 editó Público, un disco en vivo en el que canta "Clandestino", de Manu Chao. Cantada es una producción de 2002, y luego, un "cambio de piel": Adriana Partimpim (2004), un trabajo para niños que compitió por el Grammy.

En la tapa de ese disco, Calcanhotto contaba que se había convertido en Partimpim en el camino de los artistas japoneses, que reinventaban su identidad periódicamente para no quedar encasillados. "Me gustaría hacer más discos Partimpim, pero no conseguiría hacerlos al mismo tiempo que mis trabajos Calcanhotto, tengo necesidad de intercalar. Voy a retomar Partimpim cuando esté cerrado el ciclo Maré", afirmó como un guiño sobre la continuidad de esa experiencia.

Justamente, Arnaldo Antunez es, según cuenta, uno de los artistas de su generación con el que siente más afinidad. En la misma línea de trabajo conjunto y empatía están Moreno Veloso y el proyecto más dos (con Kassim y Doménico), que también actuarán esta tarde en Metropolitano.

Se hace más complicado cuando se le pide que mencione influencias. No sólo Caetano Veloso y sus amigos, sino también Joao Gilberto (con quien muchos la identifican por la economía de recursos de su música), Dorival Caymmi, Ney Matogrosso. "Son tantos que me costaría trabajo enumerar. Además, no me gusta tomar un criterio generacional. No tiene importancia la localización en el tiempo, sino el impacto que esa obra puede traerme y cuánto me puede influenciar", subraya.

En el show de mayo en Buenos Aires, Calcanhotto hizo una festejada versión de "Resistiré". "Me encanté con la letra y la canción. La escuché en una película de (Pedro) Almodóvar, no la conocía de antes. Sé que es una canción muy antigua, pero sólo la conocí con Atame", cuenta sobre el origen de la versión que repetirá esta misma noche.

Como siempre, con su guitarra, la voz cristalina, y un estilo definido: despojarse de todo ornamento para brillar con luz propia. Por eso rechaza la definición de minimalista. "Esa palabra está muy cargada de cosas que no me identifican, prefiero decir que soy una artista esencialista", precisa.