Jueves, 28 de agosto de 2008 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › SOLISTAS, CORO, ORQUESTA E INSTRUMENTOS DE éPOCA EN CENTRE CATALá
El elenco -integrado en su totalidad por artistas locales- ofrecerá al público la puesta en escena de la ópera barroca King Arthur, compuesta en 1691 por Henry Purcell, uno de los máximos exponentes del barroco musical.
Por Marisol Gentile
Mañana, la ciudad será sede de un concierto que reviste características interesantes, al tratarse de una presentación que será sin duda un verdadero tributo al período barroco: en el salón auditorio del Centre Catalá, Entre Ríos 761, a partir de las 20, se realizará un concierto sinfónicocoral, junto a la presencia de destacados solistas vocales de reconocida trayectoria. El elenco integrado en su totalidad por artistas locales ofrecerá al público rosarino la puesta en escena en su versión de concierto de la ópera barroca King Arthur, que fuera compuesta en 1691 por el compositor Henry Purcell (16591695), uno de los máximos exponentes del barroco musical.
La presentación de este concierto contará con la participación del Coro de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (fundado en 1997 por iniciativa de su rector Ovidio Torres, y desde ese entonces dirigido por la profesora Irene Chaina), los solistas vocales Adriana Sansone, Romina Amoruso y Valeria Sánchez (sopranos), María de los Angeles Cámpora (contralto), Pablo Travaglino (contratenor), José González del Cerro y Juan Carlos Sáez (tenores) y Rodolfo Ramaccioni y Maximiliano Baños (bajos) y una orquesta comandada por el violinista Rodolfo Marchesini. Participarán además Federico Ciancio en clave, María Jesús Olondriz en violoncello barroco y Eduardo Cáceres en archilaúd, guitarra barroca y percusión. Todos, bajo la dirección general de Chaina.
Además de la rareza que supone la interpretación de esta ópera dramática, lo original de este concierto radica en la inclusión de instrumentos barrocos dentro de la orquesta moderna. Así, convivirán sin molestarse un cello barroco con cuerdas de tripa junto al violín moderno; el archilaúd y la guitarra barroca (antecesores de la moderna guitarra española) junto a oboes y trompetas de este siglo, y un clavicordio (antecesor del piano actual) que realizará el bajo continuo en toda la performance.
Y no es para menos: es que Chaina, la gestora del proyecto, desde siempre ha centrado su atención en el estudio de la música antigua. Un lugar de destacada preponderancia presenta para ella el período barroco, al cual ha consagrado años de riguroso estudio.
Tal vez su interés se centre en el hecho que la mencionada época es extremadamente rica en muchos aspectos del despertar musical: es el tiempo del surgimiento de la tonalidad (este sistema que gobierna nuestras vidas, que comanda los jingles en la televisión y en las radios, que regula hasta los sonidos de las alarmas y de los silbatos de los vendedores ambulantes); es el tiempo del nacimiento de las formas musicales tal cual las conocemos hoy (bajo los nombres de sinfonía, sonata, passacaglia, obertura, suite); es el tiempo del surgimiento de la ópera; es la época del desarrollo de la escuela violinística y el punto de partida de la orquesta como organismo instrumental. Además, puede decirse que es éste el período más rico en cuanto a producción musical existente, ya que los compositores, que en ese entonces eran simples empleados del Rey, debían ser prolíficos a la fuerza, y nutrir de música nueva cada semana al caprichoso monarca que nunca se satisfacía sino con al menos dos producciones semanales, lo que obligaba al compositor a transformarse en una verdadera máquina de producir composiciones a granel.
Tal vez todas estas razones llevaron a Chaina a perfeccionarse en la música del barroco, y por tal, al estudio y perfeccionamiento en viola da gamba, el instrumento barroco por excelencia, la "diva" de los siglos 17 y 18. La viola da gamba (que en apariencia podríamos compararla con el violoncello actual) se presentaba en diferentes tamaños: soprano, contralto, tenor y bajo, acrecentando sus dimensiones a medida que el registro se hacía más grave, y participando casi siempre en sets, llamados "consorts". Presentaban hasta 7 cuerdas de tripa, a diferencia de las 4 del cello moderno. Otra particularidad era la toma del arco: a diferencia de la actual, las cerdas se apoyaban transversalmente sobre las cuerda.
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