Cargada con la suficiente experiencia como para perder el rótulo de novedosa, The Broken Toys acaba de editar un segundo disco en el que demuestra su madurez como banda. Siempre bajo el prisma global del rockabilly, en Del lado equivocado el sexteto que integran Andrés Barlé (saxo tenor), Sebastián Delfino (contrabajo), Alejandro McHiuker (saxo tenor y trompeta), Cristian "Dr.Papa" Papalardo (batería), Ariel Vercesi (guitarra) y Santiago "McFly" Vivas (voz y guitarra rítmica) presenta un set compacto de 13 canciones en las que blues, jazz, country y swing aparecen como condimentos que ratifican el carácter diverso de un grupo pionero en la escena local.

Lejos de atarse a viejos logros, la banda apostó a la afirmación de una identidad que había comenzado a vislumbrarse en Noches & Pecados. De la mano de aquel debut terminaron de conquistar a la desarrollada escena porteña, y comenzaron a girar por Argentina, Chile y Brasil. Destinos a los que ahora llegarán con su nueva placa, editada por Scatter Records y que será distribuida por Universal a través de su sello Tommy Gun. Ese mismo que acaba de publicar Death Drop!, última producción de The Tormentos, referente indiscutida del surf argentino. Y no es ese el único punto de contacto entre ambas bandas: mañana, a las 21.30, compartirán el escenario de la Sala Lavardén para presentar formalmente sus flamantes creaciones.

Y en lo que a los rosarinos se refiere, Del lado equivocado asienta una estética que, en su diversidad, resulta distintiva de la propuesta de los TBT. Así lo admitió McFly Vivas, frontman del grupo: "Buscamos no cerrarnos a un estilo, ni hacer un disco con 13 canciones bajo el mismo ritmo y estructura. Más allá de que vamos a seguir siendo una banda de rockabilly, de que tenemos una estética rockabilly y de que, básicamente, el planteo siempre viene por ese lado, la idea es ir incorporando distintos estilos, y es algo que se fue dando. Siempre hubo libertad a la hora de escribir e ir incorporando esos ritmos nuevos, así es como surgió hacer un tema con aire flamenco, otro más jazzero, temas western, western-swing. Estamos muy contentos con eso".

Formada a fines de 2001, la banda irrumpió en la ciudad con una propuesta en la que el rock & roll de los 50 era abordado con furia punk. Así abrieron el camino a la aparición de nuevos proyectos que comenzaron a mirar al pasado con visión personal. En paralelo, el grupo conquistó a la vasta escena del vintage en Buenos Aires, que reconoció a su set de vientos como un rasgo distintivo, algo que los TBT reforzaron en esta nueva producción. "En eso se hizo bastante hincapié, se trabajó sobre el hecho de ir desplegando los vientos --reconoció el cantante--. Es algo que trabajamos día a día en los ensayos, y creo que también ayudó mucho que para este disco se mantuviera la formación durante todo el proceso. Creo que todos los músicos mejoramos mucho a nivel instrumental, y creo que notoriamente se nota en los vientos".

En relación a lo lírico, la complicidad con el público sigue anclada en los excesos. "Creo que la temática lírica es un poco algo que nos identifica. Incluso el nombre del disco, a pesar de no ser parecido al del disco anterior, remite básicamente a lo mismo. Es un poco la temática de la banda, eso de seguir por un camino pecaminoso, hablar de descarriados y cosas que uno hace a sabiendas de que están mal", detalló Vivas respecto a un disco que suma como invitados a César "Pana" Pérez (percusión), Federico Salcedo (piano), Vladimir Garbulsky (clarinete) y Lucas Raspall (violín).