Jueves, 5 de enero de 2006 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › CINE / BALANCE 2005
El año cinematográfico 2005 de la ciudad se fue entre estrenos
postergados, la llegada de algunos buenos films y la producción independiente en respuesta a la ausencia formal de apoyo estatal.
El amor y el marketing
Por Emilio Bellon*
Y es entonces que la circunstancia nos solicita hacer memoria sobre todo aquello que una panorámica presupone: trazar un recorrido desde una mirada que intente --sólo intente-- traer a nuestro presente aquello que define a ese período de calendario llamado año en lo que al cine, en este caso, nos invita. Se trata, claro está, de gustos, preferencias, enojos. Se trata de que la marca de un yo se haga sentir con mucha fuerza, como un no tan desacertado intento de hablar, a través del cine, de uno mismo.
Y en un primer momento, entre los cruces que proponen los títulos y ciertos acontecimientos, sí subrayar el esfuerzo y la paciente labor que ha merecido la concreción del 12º Festival Latinoamericano de Video, que incluía no sólo proyecciones, sino foros de discusiones y mesas de trabajo. Igualmente, la nueva edición del Festival de Cine Independiente que a lo largo de varios días nos permitió asistir a encuentros con films que ya habían sido dados a conocer en el festival homónimo de Buenos Aires. En esta dirección, dos grandes nombres reafirman su tradición en el amor al cine: Cine Club Rosario, con programaciones habituales y organización de ciclos; en otro ámbito, en un clima de amable familiaridad, los films de la sala Madre Cabrini ya han pasado a ser legendarios en nuestra ciudad. De la misma manera, otros centros e instituciones se propusieron revalorizar nombres y films, a través de ciclos, homenajes.
Claro que también están las broncas. Las que son generadas por ciertas actitudes de marketing que no permiten que ciertos films lleguen a salas en nuestra ciudad; quedando sólo el consuelo a posteriori de saber que recalarán en los estantes de algunos video clubs. Tal es el caso de numerosos films latinoamericanos: Machuca de A. Wood y Cachimba de Silvio Caiozzi; como asimismo las obras de jóvenes realizadores de nuestro país: Sed de Mausi Martínez, Nordeste de Juan Solanas, Un minuto de silencio de Roberto Maiocco, Vida en Falcon de Jorge Gaggero y el último film en el que actuó la recordada Susana Campos, Cómo pasan las horas de Inés Oliveira César.
Entre los hallazgos, para quien escribe esta nota mientras espera ansiosamente asistir a las primeras funciones de Oliver Twist de Roman Polanski, destaco, en voz alta, Después de la medianoche de D. Ferrario, El secreto de Vera Drake de Mike Leigh, Whisky de Rebella y Stoll, La ventana de enfrente de F. Oztepek, Gente de Roma de E. Scola, El lápiz del carpintero de A. Reixa, Luces rojas de Cedric Kahn, El noveno día de Volker Schlöndorff, Closer de Mike Nichols, Contra la pared de Faith Akin, Melinda y Melinda de Woody Allen, Oro Nazi en la argentina de R. Pereira (sólo cuarenta personas en una semana), El viento de Eduardo Mignona y algunos más. Y una pregunta: ¿cuándo podremos ver El mercader de Venecia con Al Pacino y Jeremy Irons?
* Docente UNR y periodista de Rosario/12
Uu puñado de buenos films
Por Leandro Arteaga *
Desde características generales, el año cinematográfico no ha conocido demasiados films memorables, cuyos estrenos hayan impacientado la curiosidad del espectador. Sí ha habido, como siempre, expectativas publicitarias para la tranquilidad mercantil en la que descansa, cada vez más, la cinematografía norteamericana. Aún dentro de estos rasgos, quien sigue sobresaliendo por mérito propio es Tim Burton, cuyas dos películas -Charlie y la fábrica de chocolate y El cadáver de la novia- han ratificado, una vez más, la postura estética y temática del personal realizador.
Dentro del cúmulo de films de estreno demorado, es imposible soslayar el talento de títulos como Million Dollar Baby (Clint Eastwood), Entrecopas (Alexander Payne), y Closer, llevados por el deseo (Mike Nichols). Las tres son distintas miradas desde las que se nos representan temáticas tales como la amistad, las relaciones afectivas, la alienación, el amor y, sorpresivamente, la muerte. Las tres, también, son claros ejemplos de un cine sin esteticismos, cuya importancia radica en saber qué se quiere decir y en conocer los recursos necesarios para contarlo. Dentro de la misma línea, podemos pensar en las admirables composiciones que Daniel Day-Lewis y Sean Penn llevan a cabo en La balada de Jack y Rose (Rebecca Miller) y en Días de furia (Niels Mueller), respectivamente, en donde los lazos sociales son revisitados desde un prisma que alude a ideales caídos en desuso pero revalorizados, mientras se indaga, impiadosamente, en el sueño artificial del "modo de vida americano". Temática, ésta, que David Cronenberg aborda desde su personal estilo en Una historia violenta, crónica pesadillesca en la que aflora, para prevalecer, la hipocresía social; retrato que, descarnadamente, practica también el magnífico George Romero en su Tierra de los muertos.
Esta lista de títulos no puede omitir films como El secreto de Vera Drake (Mike Leigh), Reencarnación (Jonathan Glayzer), Los edukadores (Heinz Weingartner), El noveno día (Volker Schlöndorff), La secretaria de Hitler (Heller y Schmiderer), Gente de Roma (Ettore Scola), Conociendo a Julia (István Szabó), Melinda y Melinda (Woody Allen), La dama de honor (Claude Chabrol), The Company (Robert Altman), entre tantos otros.
Vale la pena destacar, desde las líneas finales, el acierto narrativo que constituye El aura (Fabián Bielinsky), más la inteligencia con la que Iluminados por el fuego (Tristán Bauer) ha reinstalado cinematográficamente hablando el tema Malvinas.
* Periodista de Rosario/12 y Citynema.com
El apoyo ausente
Por Mario Piazza*
Aún en el milagro de su existencia, la producción audiovisual rosarina durante el 2005, con unos doce nuevos títulos entre cortos y mediometrajes, ha representado una merma con respecto a años anteriores. Y el marcado retroceso del apoyo oficial en la especialidad puede encontrarse en la base de esta circunstancia. Los que hacemos cine solemos ser acusados de acabar siempre hablando de plata, a la vez que muchos nos desafían a dejar de reclamar y dedicarnos a hacer la mejor película que podamos con lo que tenemos. Eso es justamente lo que ha hecho desde siempre el cine rosarino. Pero las cuentas hay que pagarlas y si no hay apoyo, la producción se posterga. En el ámbito municipal, el gran paso adelante dado en el 2003 fue desandado por el gobierno asumido al año siguiente. El Congreso de la Lengua celebrado en Rosario en el 2004 era el implícito motivo que concentraba todas las energías oficiales. Sin embargo, en el 2005 el apoyo municipal al sector audiovisual rosarino no varió en un ápice. La provincia, por su parte, ha permanecido ausente en los últimos dos años, más allá de sostener la Escuela Provincial de Cine y TV de Rosario. Y a nivel nacional, la estructura centralista del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y los fuertes intereses crecidos a su torno exceden el hecho casi desconocido de que la principal autoridad del organismo es el Consejo Federal, constituido por representantes de las provincias argentinas, a la vez que desafía el hecho constatado de que la mayor parte de sus fondos (el 70 por ciento) son recaudados en el llamado interior del país. Queda pendiente a los realizadores rosarinos la organización de la entidad que les (nos) permita articular el justo reclamo ante cada una de las instancias mencionadas.
Las producciones rosarinas fueron vistas durante el 2005 en festivales en Chile, España, Alemania, Colombia, Cuba, Francia, Japón, Perú y Brasil, incluyendo el premio para Una mancha en el agua, de Pablo Romano, como el Mejor Filme del Festival de Cine Documental de Belo Horizonte. Dos realizadores rosarinos tuvieron sendas muestras retrospectivas en el exterior: Gustavo Postiglione en la muestra Sudestada de París, y Gustavo Galuppo en el Festival de Arte Audiovisual Chroma en Guadalajara, México. La Escuela Provincial de Cine y TV de Rosario fue homenajeada con una sección especial en el Festival de Escuelas de Cine de Poitiers, Francia. El Centro Audiovisual Rosario, que durante el 2005 realizó la duodécima edición de su Festival Latinoamericano de Video y lanzó su propio programa de TV, recibió una importante distinción de la UNESCO. Todo esto habla de la importancia y el potencial del movimiento local, aún sin haber tenido durante el 2005 un estreno en circuito comercial, lo que sin embargo se espera para el entrante año 2006. El robo de equipos perpetrado en la Escuela de Cine sintetiza como un símbolo la realidad imperante.
* Director, documentalista y creador del boletín informático de cineastas rosarinos
Ciudad set de filmación
Por Gustavo Postiglione *
No sé si destacar un hecho puntual como lo mejor del año, creo que el cine en el país cada vez cuenta con más realizadores, productores, técnicos y actores que antes hubiera sido impensable. Y no estoy hablando de los consagrados. Hay una gran cantidad de chicos nuevos que en pocos años harán una verdadera renovación del cine argentino. Lo auspicioso es que sigan surgiendo.
Quizás lo más triste para quienes hacemos y producimos en Rosario haya sido la muerte de Fernando Toloza, uno de los pocos críticos de cine con los que se podía dialogar e intercambiar ideas y que se mostraba preocupado por la realidad cultural de nuestro medio. Es una pérdida importante para la cultura de nuestra ciudad.
En cuanto a lo que viene, hay un largo camino por recorrer, fundamentalmente aplicar una política realmente federal en el ámbito de lo audiovisual. Las provincias aportan cerca del 60 por ciento de los fondos que recauda el INCAA y el grueso de ese dinero es afectado a producciones que tienen su origen en la Capital. Creo que esta es la lucha que debemos afrontar quienes producimos en el interior, una verdadera coparticipación federal de los fondos del INCAA que tiendan tanto a la producción como a la capacitación y la distribución de las producciones en todo el territorio nacional. En estos momentos estamos armando una asociación de realizadores federales, con referentes de todo el país. Dentro de este punto entiendo que es fundamental también discutir el rol del cine y la producción audiovisual dentro del contexto del diseño de una política cultural en donde el cine participe de la discusión y no quede relegado solamente al comentario o la anécdota dentro del mundo del espectáculo y el entretenimiento. El cine es un arma fundamental en la construcción de nuestra identidad y esto es algo que debe formar parte de la discusión política. En el ámbito local la Municipalidad debe tomar en serio el tema del cine y ofrecer la ciudad como set de filmación, como lo hace la ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires. Hace más de un año le propuse al gobierno municipal desarrollar un proyecto para ofrecer en el exterior a Rosario como set de filmación.
* Director y docente UNR
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