Ni siquiera él mismo puede calcular con exactitud cuántas fueron las veces que le puso voz a la Misa Criolla, la obra que interpretara por primera vez en 1974 a partir de la convocatoria de su compositor, Ariel Ramírez. A pesar de ello, Zamba Quipildor se reconoce invadido por la misma emoción que en el debut, sensación que se transmite a su interpretación y, así, al público. Y es precisamente la aceptación popular la que hace que, cada año, Quipildor vuelva a entonar la magistral obra. Algo que ocurrirá nuevamente mañana en el Centro Municipal de Distrito Norte Villa Hortensia (Warnes 1917). Hasta allí llegará el cantante jujeño acompañado de Norberto Pereyra (guitarra), Dante Valdivieso (guitarra) y Matías Rosenwasser (sikus y quena), a quienes se sumará como invitado un pianista con amplio conocimiento de causa: Facundo Ramírez, hijo del creador de la Misa. Para completar el marco, el maestro Augusto Gilli dirigirá un coro de cien voces, en una función que se realizará a las 21.30 con entrada libre y gratuita. En caso de lluvia, la presentación se desarrollará el viernes, a la misma hora.

En medio del viaje que lo llevó desde La Plata (ciudad en la que se presentó el domingo por la noche) y Victoria (localidad que anoche recibió a la Misa criolla), Zamba Quipildor dialogó con Rosario/12 y se explayó respecto al profundo vínculo que lo liga a la obra de Ramírez. "Creo que no tengo presente la cantidad de veces que la hice, pero ya van 34 años que estoy cantando la obra, una obra que la gente tomó como propia, y por ahí incluso no se acuerda de mi nombre, pero dicen: `Ahí va el de la Misa criolla`. Eso para uno es muy lindo. Por supuesto hay varios grupos y solistas que cantan la obra, pero la gente la toma como propia. Personalmente para mí tiene un gran significado artístico, cultural y religioso. Uno le pone sentimiento, le pone todo el amor, que es lo que la obra está pidiendo, más en estos tiempos en los que se derrumba el mundo. Alguien me puso en el camino para que cumpla esa función, y la estoy cumpliendo de la mejor manera posible, con afecto ante la gente, y respeto para los seres humanos. Es una obra que sirve para darnos cuenta que, más allá de los distintos pensamientos culturales, políticos, religiosos, creo que al final del camino nos encontramos con todos ellos que piensan distinto. Buscamos la paz, y eso es lo importante".

Y fue más allá el cantante: "Hoy en día siento lo mismo que sentí cuando fui a cantar a Sorrento, en Italia, que fue convocada la obra a participar de un festival de coros de todo el mundo. Nosotros la cantamos con uno de los cinco mejores coros del mundo, los Madrigalistas de Bucarest, de Rumania. Creo que hoy sigo manteniendo la misma sensación de cuando canté por primera vez la obra".

Luego de convocar a cerca de 20 mil personas en el concierto gratuito realizado el domingo en la Catedral platense, Quipildor regresará a Rosario con una propuesta que se ha instalado fuertemente en el público local. "Por ahí le pregunto a Marcos Abiad, el productor, si no estaremos cansando con la obra, pero él me dice que la gente es la que lo pide. Y pide que yo cante. Esas cositas son las que me conmueven personalmente. Además esta vez el concierto tiene la particularidad de que vamos con la Navidad nuestra completa, con la Anunciación, Peregrinación, Nacimiento, Pastores, Reyes Magos y la Huida. Todo con la participación del coro que dirige el maestro Gilli, un coro excelente".