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Miércoles, 31 de diciembre de 2008

CULTURA / ESPECTáCULOS › LOS MúSICOS INDEPENDIENTES PELEAN POR UNA LEY NACIONAL

Una oportunidad para crecer

Nucleados en la asociación civil El Qubil, los rosarinos hacen charlas para "democratizar la información y unificar objetivos que favorezcan la creación y difusión" de su arte. Quieren un marco regulatorio del mercado de la música.

 Por Edgardo Pérez Castillo

A partir de la experiencia de proyectos como la Unión de Músicos Independientes de Buenos Aires, los músicos del interior del país comenzaron a nuclearse en asociaciones civiles que generaran marcos de encuentro y contención. Desde septiembre, todas ellas se sumaron en la Federación Independiente de Músicos de la Argentina (Fima), que reúne a proyectos de Mendoza, Neuquén, Buenos Aires, Tucumán, Córdoba, La Plata y Rosario. El movimiento local se nuclea en El Qubil, asociación civil que comenzó a desarrollar charlas entre los músicos de la ciudad, para democratizar la información y unificar objetivos que favorezcan la creación y difusión.

Desde ese lugar de participación federal, El Qubil envió sus representantes a la reunión que el pasado 18 de diciembre la Fima y Músicos Convocados mantuvieron con José Nun, secretario de Cultura de la Nación, para plantear la necesidad de aprobar una nueva Ley Nacional del Músico que reemplace a la impulsada en 2005 por el Sindicato Argentino de Músicos (Sadem), que a su vez reflotó una normativa diagramada en 1958. Como resultado se le dio vigencia a una regulación discriminatoria y de claros objetivos recaudatorios, aunque a partir del rechazo de los músicos a nivel nacional y de las multitudinarias asambleas realizadas en el Bauen, se logró una reunión con el entonces presidente Néstor Kirchner, que sacó de vigencia la Ley y designó al diputado Jorge Cossia para que junto a un grupo de músicos redactara una nueva norma (disponible en www.musicosconvocados.com).

Avalado mayoritariamente en el Congreso Nacional de Cultura realizado en octubre, el proyecto de ley contempla la creación de un Instituto Nacional de la Música, según distinguió Andrés Abramowski, integrante de El Qubil: "Hay otras artes, como el cine o el teatro, que funcionan de esa manera. El Estado, más allá de los gobiernos de turno, tiene un organismo autárquico que puede promover esas artes. La música no sólo no tiene éso, sino que está liberada al juego del mercado. Una de las cosas que propone la Ley es un Instituto Nacional de la Música que para mí tiene cuestiones superadoras".

"Tiene dos patas fuertes --amplió Daniel Pérez--. Una es regular la actividad musical y otra parte es la creación del Instituto, que sería como un punto medio entre el Incaa y el Instituto Nacional del Teatro, y que tendría participación del Gobierno y de las asociaciones civiles que se formen en cada una de las provincias".

En ese marco, Rosario estará representada por El Qubil, asociación civil sin fines de lucro que apunta a la horizontalidad y la democratización de la información para los músicos independientes de la ciudad, y que respalda una Ley que "da un marco de legalidad a lo que hace al mercado de la música, al oficio, a todas las pequeñas economías que están involucradas en el hecho artístico, desde la concepción de la canción hasta que se presenta el disco en vivo", según apuntó Rubén Bussi, otro de los integrantes de la agrupación.

En tanto, El Qubil no apunta a reemplazar las tareas desarrolladas por el Sindicato de Músicos de Rosario, sino que ofrece un marco de contención para los artistas. "Desde que arrancamos a trabajar, antes de ser asociación civil, el objetivo fue construir, no oponernos --remarcó Pérez--. Después nos encontramos con la Umi por cuestiones básicas en común, no fuimos en contra de Sadaic, los sellos discográficos o el Sindicato de Músicos, sino en favor de los músicos independientes, de conseguir convenios, hacer que el laburo sea más fácil. Las cuestiones ideológicas que vienen aparejadas con éso alguna gente las entendió y otra no, pero funcionamos igual. Nosotros no tenemos oposiciones a nadie, estamos ofreciendo cosas".

En esa misma línea, Abramowski agregó: "Esto surge por necesidad y también hay un aprendizaje. Porque, como la Umi, El Qubil es una forma de asociación de los músicos en tiempos de crisis. Si nos juntamos hay muchas cosas que se pueden hacer y pueden fortalecer a cada uno. Es cortar la cultura de la atomización". Con ese espíritu de fortalecimiento colectivo, El Qubil (www.elqubil.com.ar) viene desarrollando reuniones informativas y sumando voluntades. "Más que en una etapa de ofrecer cosas, estamos en una etapa de concientización. Nos juntamos, intercambiamos ideas, las vamos enriqueciendo. Hay que encuadrarlo en un lugar para que se sepan cómo son las cosas. Para que podamos transitar el oficio más tranquilamente", admitió Bussi.

"El Qubil es una asociación de músicos independientes, pero no ponemos en discusión qué es ser independiente --concluyó Abramowski--. Es una entidad de músicos, no es una asociación de autoayuda ni tampoco una tabla de salvación de proyectos individuales. Esto está en construcción, hay cosas que los músicos necesitamos hacer porque nadie lo va a hacer por nosotros. Es algo nuevo que tiene que ver con las relaciones que se empezaron a dar. Así como la tecnología permite editar un disco sin tener que esperar a un sello, también se modificaron las relaciones sociales. Básicamente, lo que se pone en juego es un montón de información que puede hacerse circular. No es que desaparezcan los paradigmas verticalistas, pero no tenemos que esperar que al poderoso se le caiga una moneda para poder vivir. Las bandas son pequeñas Pymes, y de alguna manera hay que ir aprendiendo eso. Porque si uno quiere que sus canciones se difundan, es necesario conocer un montón de otras cuestiones que hacen al medio".

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Daniel Pérez, Andrés Abramovksy y Rubén Bussi en la primera charla informativa del Qubil.
 
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