Jueves, 21 de mayo de 2009 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › SE ESTRENA HOY DíAS DE MAYO, úLTIMO TíTULO DE GUSTAVO POSTIGLIONE
El director rosarino cuenta el romance de dos jóvenes en los días de rebelión. "Quería que la gente que vivió la época se sienta reflejada, y los más jóvenes vean algo que no habían visto", confesó el director, contento por las repercusiones.
Por Edgardo Pérez Castillo
Todavía disfónico como consecuencia del pre-estreno de su film en Buenos Aires y Rosario (el lunes y el martes por la noche), Gustavo Postiglione se muestra satisfecho por las devoluciones recogidas luego de estas primeras exhibiciones públicas de Días de mayo, su última criatura. Protagonizada por un elenco de jóvenes actores locales --Agustina Guirado, Santiago Dejesús, Juan Nemirovsky y Caren Hulten-- al que se suman los experimentados Darío Grandinetti y Carlos Resta, la obra (que hoy se estrena en distintas salas de la ciudad) se concentra en una historia de amor que le permite a Postiglione ofrecer una mirada respecto a la convulsionada Rosario de 1969.
"Tanto acá como en Buenos Aires los primeros comentarios, las primeras reacciones son mejores de lo que uno espera --precisó el director a Rosario/12--. Uno siempre espera menos porque nunca se sabe qué va a pasar, qué va a pensar la gente. Hay tantas cosas dando vueltas en el medio que uno ya está curado de espanto, se ataja más de lo que debe. Pero por suerte la reacción fue muy cálida. También hay que tener en cuenta que en el avant premiere la gente va invitada, hay otro tipo de relaciones que se establecen, pero es el primer indicio que uno tiene".
Si bien el film no pretende sostener un carácter documental, su ambientación de época y su contextualización histórica dispara diferentes lecturas en el público joven y en aquellos que vivenciaron el Rosariazo. "En principio mi idea era tratar que la gente que vivió aquella época se viera reflejada en algunas cosas, en algo de lo que pasaba. Por otro lado mi deseo era también que la gente joven encuentre en la película cosas que no conocía, o que no están en otro lado. Son los deseos que uno tiene, y creo que en primera instancia la película se acerca a éso. Incluso hablé con alguna gente con la que me había encontrado antes de hacer la película, porque habían vivido éso, y muchos se emocionaron con algunas escenas. Hay algo que evidentemente les pegó, que los trasladó en el tiempo. Eso ya tiene un valor, evidentemente no nos hemos equivocado tanto con la mirada".
La recreación de época le permite además a Postiglione hacer visibles algunos homenajes. De esa manera, acude no sólo a afiches donde resaltan nombres como Goddard o Ugo Tognazzi, sino además a la música de Litto Nebbia, quien participó activamente de la banda sonora. "Obviamente eso es deliberado porque está puesto, es visible. Podía estar el cartel de la película de Goddard (Alphaville) o la película Barbarella, o puede haber otro afiche. La decisión de poner ésos afiches tiene que ver con una cuestión afectiva que tengo hacia cierto cine o referentes del cine. O de la música, en el caso de Nebbia. Que en su caso también hay otra cuestión: yo creía que para transitar esa época necesitaba música original de aquel momento, entonces me pareció importante que Nebbia se sumara. Le encantó aportar lo suyo. Porque si hablamos de una película rosarina, que transcurre en esa época, hablar de música de rock en español y no mencionarlo a Nebbia estaría mal", detalló Postiglione.
Y agregó: "El concepto de trabajo en cine se diferencia de la idea del trabajo que uno tiene. Sumar a éso a un montón de gente con la que compartís otras cosas te permite seguir conectando un montón de cuestiones en el set, que hacen que te relajes más, que te dan comodidad. Hacer una película para mí es un placer y todas las cosas que están en la película forman parte de ese placer de hacer cine y de esos gustos que uno se va dando, desde poner la música de Nebbia a usar una pantalla ancha de punta a punta en el cine, o de agarrar un amigo y pedirle que se disfrace de canillita y le venda el diario en el bar a uno de los protagonistas. Todas esas cosas terminan de colmar la felicidad de hacer una película".
Por otra parte, el sólo hecho de seguir los pasos de la pareja protagonista de Días de mayo --la rebelde Laura que encarna Guirado, y el documentalista que compone Dejesús-- lleva a pensar, indefectiblemente, en el futuro de esos jóvenes idealistas, en la suerte que habrían corrido algunos años más tarde con la irrupción de la dictadura. De hecho, el propio director de la trilogía El Asadito-El Cumple-La Peli pensó en ésta como la primera escala de una nueva saga.
"En un momento, cuando pensé Días de mayo, la pensé como una serie de películas. En la película Laura y Pablo tienen una charla en la que se preguntan qué pasaría si se encontraran veinte años más tarde. Y yo pensé en un momento que ellos se podrían encontrar diez años después y veinte años después, usando este discurso de mayo, esta época del año. En un momento pensé que se podían encontrar, con sus vidas distintas, en el Mundial de fútbol del 78, en el partido Argentina-Perú. Pensé en armar una especie de Casablanca, una película donde Laura viene con su marido, que es un tipo que está clandestino, y Pablo es la opción para que el tipo se vaya. Y después otra en la que se encontraran en los saqueos del 89, que también fue en la época de mayo. De alguna forma con ese pantallazo también estás contando parte de la historia argentina. Es una idea que tuve, y que todavía no descarté, pero después de todo el laburo de Días de mayo, encarar otro proyecto con características similares va a depender mucho de qué pase ahora con la película".
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