Después de la edición del auspicioso Nostalgias del futuro, el cantante Leonel Capitano abandonó la composición durante cuatro años. Durante ese tiempo, el artista intensificó sus estudios musicales y se sumergió en una búsqueda personal que terminaría convirtiéndose en el cimiento de Pi, el flamante disco que esta noche presentará en la Sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza). El concierto, que dará comienzo a las 21.30, encontrará a Capitano rodeado de algunos de los músicos que participaron de la placa, como el pianista Joel Tortul, el bandoneonista Cristian Gustafsson, el violinista Luis Ciliberti y los guitarristas Pepe Ferrer y Marcelo Stenta. A ellos se sumarán también la pareja de baile que integran Luciano y María Muñoz.

Para desglosar las razones que llevaron a Capitano a retomar la senda creativa hay que ahondar en un proceso interno que le permitió intelectualizar aspectos que, luego, se convertirían en el eje de Pi. "El proceso involucró no solamente el animarse a escribir sino a sentir algunas cosas --explicó el compositor a Rosario/12--. Y a poder hablar del sentimiento de manera libre, sacando afuera éso. No es fácil, más que nada en un género como el tango, y fundamentalmente cuando uno porta la palabra. Porque la palabra es absolutamente desnuda. Pienso que en otras manifestaciones del arte uno puede camuflar algunas cosas, darle una intención más abstracta, pero en la palabra son símbolos que se le otorgan a elementos y sensaciones, y la combinación de esos símbolos hace que te desnudes completamente, no te permite mentir".

De esa manera, durante algo más de dos años Capitano fue esbozando la docena de obras que le dan forma a su segundo material discográfico. "En un momento decidí grabar el disco porque me encontré con una esencia fuerte de lo que quería hacer artísticamente --precisó--. Fudamentalmente me animé a algo que pide el arte, que es poner como garantía mi vida en lo que digo y lo que canto. Esa desnudez que se necesita para ésto me costó procesarla y estar bien parado para ejercerla. Mi disco anterior, Nostalgias del futuro, tiene temas compuestos prácticamente en una post-adolescencia, y tiene más que nada una mirada externa de las cosas. En este nuevo disco hay un proceso muy intrínseco, habla de cuestiones íntimas, encriptadas de manera artística".

Esa desnudez, ese nivel de exposición, se explicitan en el arte gráfico de un producto que se distingue por su packaging arriesgado, por apostar a la valoración del disco como objeto. En ese sentido, Capitano consideró: "A los artistas que tenemos cierta marginalidad no nos molesta demasiado la descarga de música. Es más, a veces lo que ofrece internet nos pone en un ámbito muy democrático. Sin embargo pienso que estas apuestas contribuyen a darle valor al disco como objeto, que eso nunca se va a perder. De hecho, el disco tiene su eje en lo literario, la razón fundamental del disco es literaria, entonces decidimos hacer una gráfica para cada tema en particular, con un diseño que se basa en alguno de los versos de cada tema. El disco, al ser conceptual, está construido en base a ese concepto. Particularmente, si escucho algo en internet que me gusta, y sé que está ese objeto, lo adquiriría sin ninguna duda, porque sería algo tangible que no me quita nadie, que es maravilloso tener".

Después de su actuación en la Lavardén, Capitano partirá hacia Europa para presentar Pi en Madrid y Barcelona, el 23 de junio y 9 de julio, respectivamente. A esas funciones sumará otras en Inglaterra, Francia y Alemania, de la mano de este disco conceptual que lo devuelve a los primeros planos de la escena tanguera.