Viernes, 29 de mayo de 2009 | Hoy
Como venimos observando en los últimos tiempos, el proceso en Nuestra América sigue avanzando a favor de los pueblos que buscan mejores condiciones de existencia de la mano de proyectos alternativos diversos. Esta realidad que se acentúa a diario se ve enrarecida y en ocasiones, saboteada, por los enemigos históricos.
Hoy asistimos en nuestro país a la ofensiva de la derecha económica y política (elecciones de por medio) que sale a atacar al gobierno del Presidente Hugo Chávez por las medidas que éste toma soberanamente por el bienestar de su pueblo. Descaradamente opinan y cuestionan medidas que sólo deben juzgar los propios venezolanos, pero casualmente lo hacen desde posiciones opositoras al gobierno de Cristina Kirchner y en función electoral. Los empresarios nacionales no muestran la misma preocupación por la empresa Mahle, por ejemplo, y sí se meten con el derecho de cada pueblo a resolver sus problemas soberanamente.
No podemos menos que denunciar estas acciones como intromisión en los asuntos internos de un país hermano, pero y fundamentalmente debemos señalar que se trata de la campaña que se viene desarrollando para desestabilizar estos procesos, que cuenta con el auspicio de los centros de poder mundial, y que pretenden retrotraer la situación para reinstalar el neoliberalismo moribundo que asegure sus máximas ganancias y aborte cualquier posibilidad de desarrollo independiente.
Nada es casual, derechistas nativos se oponen al tratamiento de la Ley de Medios porque dicen nos llevara a lo que "hizo Chávez en Venezuela", ahora ponen el grito en el cielo por la nacionalización de algunas empresas del grupo ítalo argentino con intereses en Venezuela. No al comunismo, no a la soberanía, no al avance de los pueblos es el discurso de las clases que ven afectados sus intereses.
La profundización de los procesos en curso en la región, incluido nuestro país, es el reaseguro para cerrar el paso a los nostálgicos y poderosos enemigos de la gran Nación Latinoamericana. En el marco de éste 25 de Mayo, levantemos nuestra voz y nuestro esfuerzo acompañando éstas nuevas realidades, para concretar la segunda y definitiva independencia que traiga paz, trabajo, progreso, bienestar y libertad a nuestros pueblos.
Héctor Marinangeli
Comisión Directiva
Casa Latinoamericana del Alba de Rosario
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