El actor y director local Raúl Marciani anunció a Rosario/12 el estreno de "La realidad no se responsabiliza de la pérdida de sus ilusiones", extenso título de una obra escrita por Rafael Monti que subirá a escena el primer viernes de junio a las 21.30 en la sala Amigos del Arte de 3 de febrero 755. Marciani que sigue en cartelera en esa misma sala con "Imágenes de un Kaos", reestreno del año pasado que puede verse todos los domingos a las 21, señaló que esa obra "la reestrené como un trabajo en progreso y fue toda una experiencia, pero esta otra obra ya la veníamos ensayando desde noviembre de el año pasado, y cuando la leí pensé que era el momento justo para hacerla".

El autor del texto es el salteño Rafael Monti, ligado al teatro desde la década del 80, pasando por la actuación, la dirección y la escritura teatral en la que incursionó no sólo en obras para adultos sino también en el teatro para niños. Entre sus obras se pueden destacar "Martínez y el senador" estrenada en el 2006 y que fue una prolongación de la exitosa comedia de humor político: "¿Qué cenamos, senador? (2001)

"La realidad no se responsabiliza por la perdida de sus ilusiones" se estrenó en Buenos Aires el año pasado en el "Centro Cultural Fray Mocho" dirigida por Daniel Mulieri.

"Este texto me resultó muy atrayente comenta Marciani el autor la considera una comedia dramática y nosotros la abordamos por el lado del patetismo que tienen estos dos personajes, son dos cómicos de varieté olvidados en un camarín de mala muerte".

En el proceso de lectura y adaptación, el creador de La Catapulta menciona dos referentes del arte contemporáneo a los que asocia con la obra de Monti: "Rojos, globos rojos", obra teatral de Eduardo Pavlovski y el film de Alex de la Iglesia "Muertos de risa".

"Sí, me parece que los personajes tienen mucho de esas dos propuestas artísticas, hay algo muy competitivo entre los dos, pero no llegan al extremo del dúo de "Muertos de risa", la obra de Monti es un canto la vida y tiene algunos momentos muy críticos a las estructuras sociales".

Con motivo de su estreno en Buenos Aires, el autor se refirió a su obra como "un pequeño homenaje a la historia de nuestros queridos e ignorados (pero recordados) actores, a nuestro teatro independiente,sobreviviendo para poder vivir...".

Esta visión es la que precisamente trata de rescatar Marciani y con la que coincide plenamente: "lo que más me gustó de este texto, es que habla sobre el teatro y habla de nuestra realidad como teatreros ,eso de que estamos olvidados y hay que conceder algunas cosas para seguir,pero que al final prevalece la necesidad de una amistad y de un vínculo solidario frente a los espejitos de colores que significan la televisión o el sindicato ,que aparecen a lo largo de la obra para desviar los verdaderos objetivos de los actores."

En "La realidad..." se plantea la cuestión siempre vigente de aquel actor que quiere trabajar para la televisión y con esta actitud se enfrenta al otro más tradicional que quiere mantenerse siempre dentro del purismo del teatro independiente.

"Uno de ellos es seducido por la televisión y el otro es más consecuente, en medio de esto aparece un amor olvidado, pero es muy interesante la relación entre los dos, el mayor es como el maestro del otro, también se genera eso del amor odio que es tan común en una relación intensa como la que tienen los protagonistas de esta obra", plantea Marciani.

En una de las escenas se plantea según el director, una parodia de la actitud de un dirigente gremial que pondera las virtudes de las actuaciones y despues de las felicitaciones les sugiere que voten a favor de su gestión en el sindicato de actores.

A la hora de reflexionar acerca de la metodología de trabajo, el creador y director de La Catapulta vuelve a reiterar en esta nueva puesta su confianza en el texto como disparador de su estrategia teatral.

Para esta obra, el director seleccionó dos nuevos actores con diferentes caracteristicas: Oscar Aguirre y Marcelo González de Galdeano, y confía en el modo en que los convocó para un trabajo donde el texto será el protagonista.

"Oscar Aguirre es padre de otro actor que trabajó conmigo, Chelo Aguirre, yo lo habia convocado para hacer "Stéfano" el año pasado hasta que nos enteramos que se estaba haciendo y no pudo ser, y Marcelo Gonzalez de Galdeano ,hizo la carrera de actor en una de las escuelas de teatro de Rosario, estuvo trabajando con el Gato Molina, viene con toda la técnica a diferencia de Oscar que es intuitivo".

El director de "Imágenes de un Kaos" comentó a este diario que a partir de este montaje descubrió que teniendo claro los objetivos de la obra, lo estético y la forma de actuación salen solos,teniendo en cuenta una vez más la importancia de textos realistas donde no habría nada que forzar.

El grupo de trabajo se completa con Gabriela Olmedo en asistencia de dirección, Alejando Hiller y Gabriel Cejas en gráfica y fotografía y Alicia Perelo en la asistencia de producción.

Como adelanto del estilo de la escritura de Monti y como dato concreto para el espectador, Marciani cita una frase de uno de los momentos más potentes de la obra: "La vejez debe ser sinónimo de experiencia y de sabiduría, no de decrepitud".