Tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro. Este último anhelo como huella del paso por la vida se ha transformado en una razón de ser para miles de rosarinos que se animan cada vez más a golpear las puertas de las editoriales con un sueño a cuesta: publicar su primera obra. Atravesados por la palabra escrita, proliferan en la ciudad talleres literarios, encuentros entre poetas consagrados y lectores que muestran sus propias creaciones, así como editoriales dispuestas a publicar todo ese material, la mayoría de las veces a cuenta del autor. Según relevó Rosario/12, en Rosario se publican aproximadamente unos 350 títulos por año con una tirada total de 300 mil libros. Hay 18 editoriales autóctonas, diez de las cuales surgieron en la última década. Algunas tienen proyección nacional e internacional, otras pertenecen al underground y venden sus libros de mano en mano. Desde la secretaría de industrias culturales de la provincia hablan de "un auge editorial que no se detiene". Y anuncian para este año la puesta en marcha de un programa de inversión con fondos del estado provincial.

"Para que haya buenos libros tienen que salir muchos libros asegura Pedro Cantini, secretario de industrias culturales de la provincia-. Cuanto mayor es la actividad editorial es más probable que se encuentren buenos escritores y se vuelva al modelo clásico en el que el editor invierte en el autor". Lo que sucede actualmente es que la mayor parte las publicaciones literarias locales, salvo excepciones, son pagadas por el propio autor a la editorial. Y cada una de las editoras consultadas coincidió en que todos los días reciben varios pedidos de autores ansiosos por publicar su primera obra. "Los libros a cuenta del autor se han duplicado en los últimos años", explica Aldo Battissaco, director de UNR Editora. Él centra las razones de este fenómeno en la historia cultural del país: "Hay cada vez más gente que tiene necesidad de exponer lo que siente. Esto puede deberse a una proscripción que hubo en nuestro país y ahora, con 25 años de democracia descubren que escribir y publicar un libro está al alcance de todos. Que cada uno puede ser protagonista de su propia idea".

Segio Gioachini, escritor y titular de la editorial Ciudad Gótica coincide en ese criterio: "Creo que poco a poco la gente se está animando a hablar después de años de haber roto con estructuras de pensamiento, entonces surge el ansia de la publicación. Por día recibo a cinco o seis personas de Rosario o la región con propuestas para publicar un libro. Tiene que ver con que la escritura es catártica. La sociedad es muy frustrante para los seres humanos y publicar un libro puede ser parte de un sueño realizado", afirma. Pero su lectura sobre esta situación es controvertida: "Para la sociedad es saludable que la gente se anime a escribir pero eso no significa que estemos llenos de escritores", opinó. Gioachini lidera la editorial que más libros de poesía publica en la región, unos 50 títulos con una tirada anual de 50 mil ejemplares. En ese rubro no hay una franja etárea predominante. A modo de ejemplo, cuenta que el año pasado presentó su primer libro un hombre de 88 años. Un ex viajante que se decidió a publicar sus anécdotas de viaje, retratando paisajes e historias disímiles.

Y si se trata de hacer historia Ross es la editorial con mayor trayectoria en la ciudad, su directora, Silvina Ross atribuye el crecimiento de autores a la enajenación social. "En un mundo aparentemente tan comunicado por la tecnología existe una gran incomunicación. Antes era más factible expresarse y debatir en los pasillos de la facultad o en un café, había encuentro. Ahora eso es más difícil entonces aparece mucha gente queriendo mostrarse y expresarse a través de un libro", opinó.

En la penumbra de un centro cultural ubicado en calle corrientes al 1300 todos los miércoles por la noche se recrea la mística de la literatura. Desde hace once semanas se realiza con particular éxito el ciclo Poetas Corrientes, donde se invita a tres poetas reconocidos de la ciudad a que lean sus textos. Luego llega el anuncio: "La noche es de ustedes", y algunos valientes de entre el público se animan a tomar el micrófono y leer sus escritos ante medio centenar de personas. Algunos vuelven, como Soraida, una mujer de 70 años que lee una poesía diferente cada miércoles o Ramiro de sólo 15 años, que recita tres sonetos. Entrada la noche se escucha la nítida voz de un médico escondido entre el público que narra cuentos relacionados con su profesión. "El crea un ambiente antiséptico", metaforiza una mujer. El resto escucha en silencio.

El encuentro está organizado por Editorial Calipso, la más joven de las editoriales de la ciudad que fue fundada en agosto de 2008 y tiene 7 títulos publicados. Sus mentoras son dos jóvenes escritoras y licenciadas en Letras, una de ellas no vidente, que sostienen conceptos claros: "Nuestro objetivo es convertir la palabra en una fiesta, un espacio compartido y plural que no sea solemne, sino sagrado y espiritual", sostiene Rocío Muñoz. Los siete ejemplares surgidos en el under son antologías poéticas de jóvenes autores rosarinos. Libros pequeños, "para no abrumar a nadie con el peso de la palabra física".

Por otra parte, las editoriales con mayor trascendencia en la ciudad publican material más bien específico, especializado en educación, psicología, ciencias sociales y fundamentos teóricos de los académicos de la universidad. Tal es el caso de UNR Editora que publica unos 60 mil ejemplares por año, en su mayoría libros de cátedra o investigaciones académicas, aunque sus autoridades afirman que también está abierta a la comunidad. La reconocida Homo Sapiens de Jorge Perico Pérez, edita unos 55 títulos por año con una tirada de 110 mil libros. Se centra particularmente en material sobre educación y ha alcanzado reconocimiento internacional en esa materia. Si bien incluye en su catálogo a narradores y poetas de la ciudad. "Los que más se venden son los libros que hablan de Rosario", cuenta Pérez y explica que reciben cientos de pedidos cada año para publicar narraciones, cuentos o poesía a cuenta del autor, pero sólo un 15% de su producción la destinan a esos fines.

Otra editorial importante, Beatriz Viterbo hace foco en los ensayos y la crítica literaria. Todos coinciden en que en general los libros de narración de autores locales, salvo excepciones, no son un éxito en las ventas. "A diario se acerca cada vez más gente para publicar su primer libro, pero somos selectivos, no estamos a favor de los libros por encargue. Nosotros tenemos un catálogo que respetamos", cuenta Sandra Contreras.

Está claro que la vida editorial de la provincia pasa principalmente por Rosario, donde hay 18 editoriales mientras que en la ciudad capital se registran sólo cinco. Eso sí, el volumen de títulos es disímil y va de siete a 100 por año según cada emprendimiento. "En diez años Rosario duplicó la cantidad de editoriales y se percibe un particular empuje por seguir publicando, mostrando y difundiendo", apuntan desde la secretaria de cultura de la provincia, que tiene previsto para este año concursos destinados a invertir fondos públicos en el desarrollo editorial. También se han multiplicado los talleres literarios y los encuentros formales e informales entre poetas y narradores que van desde el espacio físico hasta la red virtual.

Romper el silencio, contar una historia, cumplir un sueño, realizar un aporte a la cultura. Sobran los motivos para escribir y publicar. A la espera de lectores los libros de autores locales permanecen latentes, cual sacerdotes de un templo, esperando a que los descubran.