Jueves, 19 de noviembre de 2009 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › LA NOTABLE CANTANTE LIDIA BORDA SE PRESENTA EN LA CIUDAD
"Siempre se modifica un poco el punto de vista en la interpretación, siempre hay cosas que agregar", sostiene la cantante, quien esta noche en trío hará una síntesis de sus últimos tres discos, donde abre "los márgenes estrictamente tangueros".
Por Edgardo Pérez Castillo
Después de la edición de Ramito de Cedrón, y a tres años de su última presentación en la ciudad, esta noche Lidia Borda actuará en Shakespeare junto al pianista Daniel Godfrid y el guitarrista Ariel Argañaraz. Bajo ese esquema de trío, la cantante interpretará algunas de las composiciones incluidas en ese disco homenaje a Juan "Tata" Cedrón, pero también otras de sus anteriores producciones (Entre sueños y Tal vez será su voz) y algunos estrenos pertenecientes a esta nueva etapa que la llevó a transitar nuevos territorios.
Si bien en su último disco Borda respalda su voz con una formación más numerosa, este nuevo show (programado para las 21.30 en la sala de España 445) la encontrará acompañada sólo por piano y guitarra. Al respecto, Borda apuntó: "El formato de trío es el posible para hacer viajes. En realidad hubiera deseado hacer todo el repertorio de Ramito de Cedrón, y a veces no se dan las posibilidades para poder hacerlo. Entonces me voy a remitir a una especie de síntesis de los tres discos que tengo editados".
Para la cantante el esquema de terceto tiene su atractivo. "Cada formación tiene sus encantos, cosas que a mí me seducen mucho. Porque con cada músico se puede hacer un diálogo distinto, porque nunca hay repetición. Y los diferentes formatos son atractivos por distintos motivos. Las sonoridades cuando se suman, se entrelazan, se intercalan, hacen que uno pueda obtener mayores recursos en cuanto a las propuestas estéticas. De todas maneras, encontré un espacio de mucha comodidad para poder interpretar", explicó la cantante.
Y agregó: "Hace bastante que trabajo con Diego y Ariel, entonces me siento muy cómoda, porque además establecimos una relación personal muy buena. Para mí es muy importante el entendimiento con la gente al momento de tocar. Además el formato de piano y guitarra me parece muy rico porque se pueden lograr cosas muy interesantes. Porque la guitarra aporta una cosa criolla, por ejemplo, y el piano algo más sofisticado, más refinado. Y el cruce entre ambos logra mucha fuerza en ciertos arreglos. A veces no se necesita tanto".
La decisión de retomar obras registradas en sus primeros discos (grabados en 1996 y 2002) implica además una reinterpretación que se ve atravesada por un proceso de maduración lógico para todo intérprete, según reconoció la artista: "A veces me pasa que sigo interpretando los temas y cuando vuelvo a escuchar las grabaciones siempre parecen más antiguas. Siempre se modifica un poco el punto de vista en la interpretación, siempre hay cosas que agregar. En realidad la interpretación tiene mucho que ver con la vida cotidiana, con el aporte de lo vivido, entonces siempre se van sumando cosas nuevas, diferentes miradas. Y también el haber transitado por nuevos repertorios hace que aquello que se hizo antes también, de alguna forma, se haga de modo diferente. De todas maneras escucho mis discos anteriores y no me parece que sean discos envejecidos, desde mi punto de vista como intérprete me parece que siguen siendo vigentes. Pero sí ocurre esto que decía antes: con el aporte de lo nuevo y de los años vividos los temas se modifican cuando se interpretan en vivo".
Más reciente, este tercer disco dedicado íntegramente a temas compuestos por el Tata Cedrón le permitió a Borda incursionar en nuevos terrenos, tarea que "fue generando la necesidad de abrir los márgenes estrictamente tangueros". "Implicó deslizarme un poco más a zonas de la música sobre todo rioplatense, pero incluso cosas folclóricas que forman parte de mi identidad musical. Los nuevos temas van un poco por ése rumbo. Ahora, por ejemplo, estamos por editar un disco que arregló mi hermano Luis, y que seguramente vamos a presentar en marzo cuando venga a Buenos Aires, sobre la obra de Manzi, pero una obra mucho más folclórica que es bastante desconocida. Eso a mí me recargó las energías de creatividad, y con Ramito... también me pasó éso, porque sino es como estar dando vueltas siempre sobre un mismo repertorio. Que es divino, porque yo sigo haciendo los temas que venía haciendo y me siguen pareciendo tremendos, pero ahora con Ramito... por ejemplo apareció también toda una cosa con nuevos poetas. De nuevos-antiguos poetas: Gelman, Vallejo, Tuñón, Villafañe o Marechal, gente que por ahí no se dedicó a escribir canciones, pero que me hacen entrar en otro espectro poético, que para mí fue una experiencia muy muy bella", concluyó.
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