Hay mecanismos que, en ocasiones, permiten disimular la falta de recursos (económicos, fundamentalmente). La creatividad es una de las vías posibles. El criterio, otro elemento con el que es posible delinear ciclos culturales que sostengan un nivel de calidad y se encuadren en un objetivo concreto. Para el 2010, año del Bicentenario, el Centro Cultural Bernardino Rivadavia ya ha comenzado a diagramar una programación que tendrá como uno de sus principales ejes el de promover la reflexión y el pensamiento. En ese marco, una de las actividades centrales será el ciclo que recibirá a un grupo de destacados historiadores, además de los homenajes que se realizarán al artista Hermenegildo Sábat, al poeta y dramaturgo Miguel Hernández y a los músicos Astor Piazzolla y Chacho Muller.

Así lo adelantó Rafael Ielpi, director del CCBR: "Estamos por hacer una muestra fotográfica y vamos a publicar un libro de Miguel Hernández, un libro interesante, con mucho material fotográfico, que nos envió la Fundación Hernández. Vamos a ver si podemos también traer a algún músico. Habíamos pensado en Paco Ibáñez, un tipo muy emblemático que fue el primero que musicalizó a Miguel Hernández. Incluso hablé con él y estaría dispuesto".

"Al maestro con cariño" será el título de la muestra homenaje a Hermenegildo Sábat, mientras que la figura de Astor Piazzolla será rememorada a 50 años del estreno de "Adiós Nonino". "Hablé con Horacio Ferrer y está dispuesto a venir, y también vamos a traer a un par de biógrafos, entre ellos Diego Fischerman, de Página/12, que escribió un libro muy bueno sobre Piazzolla, a algunos músicos que tocaron con él (como Horacio Malvicino y Oscar López Ruiz que escribieron un libro sobre su experiencia), y a algunos de sus herederos, como Daniel Vinelli, que tiene su grupo armado y está dando vueltas por el mundo con la música de Piazzolla".

Pero habrá más homenajes: A cien años de la muerte de Florencio Sánchez, la intención de Ielpi es cerrar una coproducción con la dirección de cultura de Montevideo y que un elenco uruguayo pueda presentarse en la ciudad, mientras que habrá también un encuentro para recordar a Chacho Muller, a una década del fallecimiento del fundamental compositor rosarino.

Pero es el motivo del Bicentenario el que más le interesa a Ielpi de cara a un ciclo que pretende profundizar en el pensamiento crítico: "Me interesa mucho armar un ciclo del que participen algunos historiadores como José Carlos Chiaramonte, Tulio Halperín Donghi y Luis Alberto Romero. Estoy buscando un cuarto del mismo peso, pero sino dejaremos a tres para que vengan durante abril y mayo para poder ver qué piensan historiadores de ese fuste sobre estos 200 años. Es un ciclo más de reflexión, porque son tipos con concepciones distintas pero con mucha formación, y no van a venir a dar una charlita".

De esa manera, y a pesar de la escasez de presupuesto, la cuidada selección de los participantes termina delineando un perfil atractivo. "Tenemos muchas cosas, porque también estamos pensando en hacer un ciclo que se llame Ciencia para Jóvenes, con investigadores del Conicet, vamos a ver si podemos hacer un ciclo de documentales latinoamericanos con Pablo Romano, para ver si podemos hacer una cosa de renovación", se entusiasma el director.

"Por razones presupuestarias casi hemos eliminado la música, y eso hizo que la gente venga a escuchar cosas que la enriquezcan por otro lado -agrega . Una vez le dije a Chiqui (NdR: González, ministra de Innovación y Cultura) que quería que el Bernardino sea un centro de reflexión y pensamiento. No lo dije vanidosamente, sino porque el centro cultural tiene una larga tradición de que es un lugar casi para ir a pasar el rato. Entonces me pareció que todos estos ciclos que hicimos en este último tiempo le dieron una impronta distinta, y los propios invitados se van con la convicción de que este es un centro que tiene una programación importante".

¿Cree que el marco del Bicentenario debería funcionar para repensar determinadas cuestiones?

Ojalá fuera así, que la mayor parte de las actividades tengan ese objetivo. No digo que se use la realidad de hoy como disparador, pero lo que me gustaría es que se logre una mirada abarcadora, que le permita a la gente reflexionar sobre qué nos ha pasado en estos 200 años.