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El director Eduardo Ceballos, quien el año pasado abrió la temporada teatral con su exitosa versión de El conventillo de la paloma de Alberto Vacarezza, retorna este año con otro clásico del teatro nacional y un merecido homenaje al recordado teatrista rosarino Pepe Costa. Ceballos reflexionó en una extensa entrevista con Rosario/12 acerca de temas que tienen que ver con la historia del teatro independiente y el intento por volver a recuperar una franja de espectadores que se alejó de las salas locales al no sentirse identificado con muchas propuestas actuales. "En lo personal el año pasado significó para mí la apertura de nuevos espacios ya que tuve una impasse por cuestiones personales que me alejaron de la actividad durante dos años, retornando a partir de la convocatoria por parte de un equipo de producción que me convoca para montar El conventillo de la paloma".

A partir del 15 de enero del 2009 y durante tres meses, Ceballos puso en escena el clásico sainete de Vacarezza en el Teatro Nacional Rosario (Córdoba 1331), que llegó a movilizar a más de tres mil espectadores, una cifra que hace reflexionar acerca de la vigencia de ciertos clásicos de la dramaturgia argentina.

"Si tenemos en cuenta la época del año y las altas temperaturas, el resultado obtenido fue todo un logro ya que implica una respuesta masiva de público frente a una producción auténticamente local; eso me dio lugar a pensar que hay un género de teatro argentino que puede hacer que regresen nuevamente a las salas los espectadores de mediana edad para arriba; ya que son muy pocos los que van a ver las nuevas tendencias del teatro local", planteó Ceballos.

El creador del grupo Teatro Libre de Rosario que desde 1987 viene llevando adelante a través de sus talleres propuestas de experimentación que han recorrido algunos prestigiosos festivales nacionales de teatro, se permite volver a un clásico que ya había abordado hace más de 15 años; justificando las distintas formas de abordaje de las artes escénicas.

"La experimentación no la dejé en ningún momento, mis talleres son el punto de partida de esa experimentación, pero en un momento determinado se produce en mí un crack donde me empiezo a cuestionar qué pasa con los espectáculos que, más allá de la calidad, llevan una ínfima cantidad de público; lo que pasó con El conventillo de la paloma me lleva a reflexionar que si tantos espectadores se sienten estimulados con estos productos, entonces tenemos que volver a los clásicos".

A partir de esta experiencia Ceballos se propone la apertura de un ciclo que durante cinco años tendría como objetivo la reposición de textos emblemáticos de la dramaturgia nacional, al mismo tiempo que sigue sosteniendo en sus talleres una búsqueda que lo llevó el año pasado a reponer La madre que lo parió, una madre para registrar, basada en textos del italiano Dario Fó.

-¿Los públicos de estas dos obras son diferentes o comparten las dos experiencias?

La mayoría del público de El conventillo... es de mediana edad para arriba, a los jóvenes no los enganchó mucho esta propuesta; y tiene que ver con la raíz del actor argentino, que está en el sainete, en el circo y eso resulta muy nostálgico para la gente de sesenta años que recuerda aquellas viejas funciones y se pregunta por qué ahora no las puede volver a ver.

¿Se cortaron los vínculos entre una generación y la otra?

-Eso lo asocio con la generación nuestra en relación padre e hijo, esa relación fue cortada por los gobiernos que tuvimos; hay una generación

que se cortó cuando empezamos a tener miedo por la policía en la calle, la dictadura, melló la actividad; pero hoy una persona de 70 años no es una persona vieja; por eso mi intención es convocar a esos actores para el nuevo proyecto que voy a encarar este año.

En el 2005 la Escuela Provincial de Teatro y Títeres organizó las II Jornadas Poéticas Teatrales dedicadas al género por excelencia de la dramaturgia nacional: el grotesco. Allí Ceballos recibió el impulso para recuperar una de las obras de mayor repercusión en la historia del teatro independiente rosarino: Babilonia, una hora entre criados de Armando Discépolo.

"En aquellas jornadas la Escuela le hizo un homenaje a los pioneros del teatro rosarino independiente, se entregaron reconocimientos, y subían al escenario de La Comedia una gran cantidad de actores de las viejas generaciones; gente de trayectoria y eso movilizó en mi el impostergable deseo de hacer un homenaje a aquella gloriosa puesta de Babilonia que puso en escena el grupo Teatrika, bajo la dirección del inolvidable Pepe Costa", explicó el director.

Ceballos recuerda a Costa no sólo como un gran maestro sino como a un amigo del cual aprendía aún en las reuniones informales, café de por medio; un gran creador que según sus palabras "se apresuró a irse".

"Creo que este homenaje habría que haberlo hecho cuando todavía estaba entre nosotros; por eso esta idea que se fortalece con la respuesta del público que tuvo El conventillo... y los comentarios de la gente que agradecía porque recordaba los tiempos en que el teatro independiente rescataba a los autores nacionales", agregó.

En la década del 70 se produce en Rosario uno de los acontecimientos inéditos para la escena local con la puesta en escena de tres clásicos de Discépolo: El organito del grupo Teatro del Mercado Viejo dirigido por David Edery; Stéfano de Arteón, con dirección de Néstor Zapata y Babilonia a cargo de Teatrika, según la aclamada versión dirigida por Pepe Costa.

Ceballos, que fue uno de los integrantes del elenco que puso en escena Babilonia, evoca su acercamiento al grupo y el contacto directo con Pepe Costa que fue uno de los que los inició en el campo de la dirección teatral.

"En aquella época -dijo- ya se había cerrado la Universidad Popular que era donde había empezado a hacer la carrera de actuación y se abre el Departamento de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Rosario (UNR); bajo la dirección de Mirko Buchin que en el 73 puso en escena El casamiento del Laucha en la que yo actuaba y allí me vieron Mimí Ansaldi y Carlos Caruso que estaban buscando un reemplazo para un personaje de Babilonia y así fue como me integré a Teatrika y viví algo increíble, hacíamos cuatro funciones por fin de semana, llegaron periodistas de Buenos Aires que destacaron nuestro trabajo y eso provocó que nos invitaran al Teatro Cervantes donde estuvimos en cartel durante un mes".

A pesar de la intención original del director de convocar a gran parte del elenco original que había realizado aquella puesta histórica, el proyecto debió realizarse con actores reclutados de los talleres de Ceballos y actores que ya habían participado en El conventillo de la paloma. En esta oportunidad el elenco está integrado por Carlos García, Nives Paschetto, Julio Chianetta, Leo Zucca, María Borgobello,Irupé Vitali, Alejandra Aracil, Marcelo González, Bruno Brandoni, Arlen Buchara y Juan Carlos Mac Caddon. En la parte técnica colaboran Martín Ceballos como asesor de vestuario, Guillermo Cabrera en ambientación de montaje, Ramiro Sorrequieta en maquillaje, Carlos Madoery en asistencia de montaje, Tania Scaglione en la asistencia técnica y Magalí Villalba en la asistencia de dirección.

Babilonia se estrenará en mayo de este año en Amigos del Arte (3 de Febrero 755) que fue la sala donde se montó la puesta dirigida por Pepe Costa y se extenderá durante los meses de junio y julio, todos los sábados a las 22.