OPINIóN › PANORAMA POLITICO
PARITARIAS
Por Pablo Feldman
El gobernador Hermes Binner convocó a paritarias para el próximo miércoles. Esto en si mismo es una buena noticia, pero deberá ir acompañada de un acuerdo salarial para que el instrumento desusado por gestiones anteriores en la provincia no sea desmerecido como ineficaz. Alguien que haya vivido en los '90 en la provincia puede imaginarse semejante ejercicio democrático, frente a un gobierno que no sólo no aumentaba salarios sino que descontó un 13 por ciento y ni siquiera tuvo piedad con los jubilados. O para el caso de los docentes que utilizaba el "presentismo" cual si fuera una pistola en la cabeza para que los maestros fueran a dar clases.
Pero eso es tiempo pasado, aún cuando los mentores de dichas políticas aplicadas en los sucesivos gobiernos de Carlos Reutemann y Jorge Obeid -y sus respectivos bises critiquen desde sus bancas el gasto publico, el déficit o se nieguen sistemáticamente a mejorar la recaudación con un esquema mucho mas equitativo que el aplicado por entonces. El caso emblemático es el de Juan Carlos Mercier, quien no sólo parece convencido de haber podido borrar su pasado colaboracionista con la dictadura, sino su rol de recortador en el reciclaje democrático que lo tuvo como ministro de Hacienda durante las dos gestiones del ex piloto de Fórmula Uno. Tan alta está la autoestima de Mercier que se imagina candidato a Gobernador si su jefe se lo permite y no tendría problemas en enfrentar en internas abiertas a Ricardo Spinozzi, Omar Perotti o Agustín Rossi, si insiste en sus anhelos de gobernar Santa Fe. Pero para hablar de esto ya habrá tiempo.
La referencia aparece como imprescindible para contextualizar lo que será el dialogo entre gobierno y gremios a partir del 10 de febrero. Lo primero que hay que decir es que este presupuesto -las paritarias- los sindicatos lo asumen como una conquista. Ahora hay que hablar de dinero. Sucede con más notoriedad en el área de educación donde las notables diferencias entre esta gestión y las anteriores -titularizaciones, concursos, cargos creados, nuevas escuelas, capacitación, entre otras cosas no entran en consideración a la hora del diálogo. Si se cuantificara el tiempo dedicado a las discusiones por temas; el 90 por ciento se emplea en hablar de salarios y el 10 restante (para ser generosos) en contenidos y estrategias. Esto es así, y el Gobierno lo sabe, por eso mismo sus exposiciones pueden ser consideradas pero no resolverán los problemas inmediatos. Es probable que de seguir este modelo, la educación en Santa Fe vaya mejorando paso a paso y que sea superior a la que hubiera sido sino se hubieran introducido esos cambios, pero para que todo eso rinda tiene que haber clases, y para ello un acuerdo salarial.
Y es aquí, donde deberán tomarse algunas determinaciones y explicárselas a la comunidad. Sin recursos propios -sin reforma tributaria- ni mayor coparticipación -es poco probable que el Gobierno central modifique el reparto del Impuesto al Cheque- la única alternativa es aumentar el déficit. El Fondo del Bicentenario, que el socialismo apoya en cuanto a su creación como herramienta de política económica pero no para cancelar deuda con reservas, podría ser un paliativo. Lo mismo si llegara algo del dinero que la Nacion le adeuda a la provincia y que está a fallo en la Corte Suprema de Justicia. Pero el centro de la cuestión esta instalado en la Casa Gris. Y en ese sentido, los aprontes con UPCN de Alberto Maguid y los representantes de ATE pueden transformarse en buenas referencias. La permanencia y control del gerente general de UPCN, podría ser un aporte. Sobre todo si el legislador peronista recuerda que hizo o mejor dicho que no hizo cuando sus compañeros desde la Casa Gris le escamotearon parte del salario a sus afiliados para tener equilibradas la cuentas. El "superávit" en si mismo no encierra ningún valor. Tal vez sirva para ser invitado a disertar en la Fundación Libertad a fin de año, pero no para dar respuestas a las necesidades de la población. Es lo mismo que una familia decida hacer un plazo fijo pero no vacunar a los chicos. Tal vez con suerte no contraigan ninguna enfermedad de las que inmuniza la vacuna. Pero puede que no y el desenlace es imaginable. En la administración publica sucede algo similar. Aunque los campeones del "lápiz rojo" son los que hicieron un festival de nombramientos en 20 años y que no dejaron de cobrar en el Estado ni quince minutos. Si no hay despilfarro ni dispendio, que haya déficit es una consecuencia lógica de una situación en la que el gobernante debe dar respuestas a la comunidad. Y no se está hablando de exámenes de economía, sino de atención médica, educación y servicios.
Es por eso que más allá de las declaraciones del Gobernador en las que sostiene que "es imposible un aumento del 20 por ciento" y las advertencias de los gremios que parten de ese número, lo que se abre ahora es una instancia de negociación donde se puede acordar en un par de puntos menos o algo así. Es importante porque se trata del salario de los trabajadores, pero no es menos importante tener en cuenta la historia y proyectarla al futuro. Seguramente a los legisladores de la oposición que no quisieron "tocar" Ingresos Brutos -y mantienen la inequidad y privilegios- les interese más hablar del déficit, y les caiga como anillo al dedo que no comiencen las clases.
Con más razón entonces el gobierno debe extremar los recursos para garantizar que el 1º de marzo los chicos estén en las aulas y los maestros al frente. Porque es justo y necesario, y por que las clases igualmente algún día -si no es ese- van a empezar y el aumento tarde o temprano va a llegar, y las "fórmulas" para sufragarlo serán lo que ya se ha explicado. "Podría ser peor" dicen desde el Gobierno, y con razón. Pero debería ser mejor. Otro tanto sucede con la educación, para que rinda todo lo que se hizo y se pretende hacer; deben empezar las clases. Se está a tiempo, al menos las reuniones comienzan con anticipación. Habrá que tratar que esta vez, lo urgente no demuela a lo importante.