Desde Rafaela

La comunidad local y regional respondió una vez más a la convocatoria de la sexta edición del Festival de Teatro de Rafaela, que arrancó el miércoles pasado, con una masiva convocatoria, ya que desde temprano se agotaron la mayoría de las entradas de los 17 espectáculos programados por los organizadores. El acto inaugural, que comenzó con un tradicional desfile por las calles del centro rafaelino, contó con la presencia de la banda musical rosarina Una Cimarrona que acompañó la caravana con su particular estilo, escoltando a la estrella del Festival, un pulpo gigante construido con globos rojos.

Para evitar toda suspicacia, el intendente Omar Perotti aclaró en la inauguración oficial que este pulpo fue pensado por los rafaelinos; mucho tiempo antes de la consagración del famoso animalito que vaticinaba los resultados de los partidos del Mundial de Sudáfrica. Lo cierto es que el pulpo fue la nota de color del acto inaugural, y surcó la ciudad al ritmo de las melodías de Una Cimarrona.

En la ceremonia, que contó con la presencia del gobernador de la Provincia Hermes Binner y la Ministra de Innovación y Cultura María de los Angeles González, el intendente de Rafela volvió a reiterar entre tantos agradecimientos su reconocimiento a la prensa especializada y a los integrantes de Critea (Críticos Teatrales de la Argentina).

El comienzo de la programación debió ser alterado frente a a la suspensión de la obra Fulanos a cargo del prestigioso Gerardo Hochman, director de la compañía La Arena, quien no pudo llegar a tiempo de su gira internacional; siendo remplazado por los payasos Naná y Tomate con su espectáculo Casicapresse. Dos excelentes artistas porteños que deslumbraron a un público con la magia de un espectáculo diseñado para la calle, que llegó hasta inquietar al mismisimo gobernador de la provincia, cuando debió cubrirse de un "piedrazo" de utilería que parecía ser demasiado real.

A continuación, los espectadores se trasladaron al Club Atlético de Rafaela, donde en uno de los vestuarios se realizaba la obra Un hueco de Juan Pablo Gómez; una ingeniosa performance dramática que venía precedida de una buena crítica por sus presentaciones en la provincia de Buenos Aires y logró el aplauso y el reconocimiento del público y la crítica. El marco de público en el Festival fue óptimo.

El postre teatral de la noche inaugural fue sin duda el perturbador trabajo de la actriz travesti cordobesa Camila Sosa Villada en Carnestolendas, la obra creada por ella y María Palacios, un inquietante cruce entre la vida de la actriz y los textos de García Lorca; un espectáculo que tomó por asalto a un público inmerso en el en ese momento dramático contexto de la votación por la Ley del matrimonio gay.

Una vez más el teatro demostró a través de la piel de una actriz travesti un alegato que conmocionó a la sociedad rafaelina y arrasó con los prejuicios de los intolerantes y los sectores más retrógrados de una comunidad que pareciera estar cegada por poderes que le impiden acercarse a reconocer a sus semejantes.

El jueves desde horas tempranas, el Festival se trasladó a los barrios, con la presencia del grupo rosarino Compañía de Teatro y Circo Pato Mojado que presentó en la Vecinal del Barrio Martín Fierro su espectáculo Patologías; interpretado por Felipe Franchi, César Artero y María Franchi. Los payasos Eulogio y Rosaura viajan juntos y a lo largo de sus peripecias amorosas se encuentran con Felipe, apodado el "Hombre sin Huesos". De estos encuentros surgen impactantes momentos donde se recupera lo mejor de la tradición de saltimbanquis, mimos y juglares.

En horas de la noche, subió al escenario del Centro Cultural Municipal uno de los trabajos de mayor repercusión dentro de la diversificada cartelera rosarina: Dionisos Aut; escrita y dirigida por Aldo El Jatib.

Una vez más el grupo El Rayo Misterioso demostró la solidez de su búsqueda y la capacidad de sus actores para sostener uno de sus últimos trabajos; casi una síntesis de sus ricos 15 años de trayectoria teatral.