Bajo la consigna "¡Ya basta! Los Monopolios no gobiernan la ciudad", unas 400 personas se movilizaron y recorrieron durante todo el día los lugares en los cuales se ejecuta "la concentración y privatización de tierras". Con la organización de Giros, la actividad contó con la participación especial del Movimiento Nacional Campesino Indígena y diversas agrupaciones sociales y asambleas populares locales. La caminata de siete kilómetros pasó por la planta de Cargill, la Fundación Libertad, la financiera Rosental y la Bolsa de Comercio. A las 17, en la plaza 25 de Mayo, un acto, con la actuación del personaje Germinal Terrakius que encarna Miguel Franchi y el recital de los músicos Raly Barrionuevo y Demi Carabajal fueron el cúlmine de la jornada.

La marcha se realizó dentro del marco de la Escuela de la Memoria Histórica, espacio que organiza el movimiento campesino. Se desarrolla todos los años en distintos puntos del país, pero hacía tres que no se efectuaba. Es un área en el cual se dictan talleres de formación para los mismos integrantes del movimiento y sus diversas organizaciones "de muchos lugares del país".

Este año se optó porque se realice en Rosario y que Giros sea el anfitrión. En una de las reuniones (mensuales y operativas) que realiza el movimiento de campesinos e indígenas se propuso la novedosa idea, ya que la actividad suele desarrollarse en el "campo", por lo que, durante toda la semana, esta vez los cursos se hicieron en un espacio urbano. Como para cerrar el trabajo es habitual que el grupo local organice una marcha, Giros debió encargarse de preparar la movilización.

En cada uno de los lugares "monopólicos" se realizó una intervención, se leyó un documento explicativo del porqué se elegía ese sitio y se hizo una serie de pintadas en la calle. Javier Galán, integrante de Giros, explicó a Rosario/12 que los espacios en los que manifestaron "son dueños de muchos sectores laborales y tierras de la ciudad" y, a la vez, "responden a los mismos intereses de mucha gente que está en otras urbes".

El cierre de la jornada contó con la compañía de algunas agrupaciones rosarinas. Entre la Municipalidad y la Catedral se montó un escenario, de cara a la plaza. Adentro de la 25 de Mayo, una olla de agua caliente se usaba para preparar mate cocido y llenar los termos. Era el elemento indispensable para superar el crudo frío.

Sobre calle Buenos Aires, unos jóvenes decoraban una tela que representaba un mapa con los lugares visitados. Para sus creadores, la Fundación Libertad es el "poder privado que controla lo público" y los directivos de la Bolsa de Comercio son "articuladores de la especulación". A un lado, una fila de tablones de madera sostenían los productos artesanales especialmente fabricados por campesinos e indígenas. Para comer, mermeladas y salsas caseras. Para beber, mistela y vinos, en botella o damajuana.

Ramón Paz, campesino de Santiago del Estero, estuvo toda la semana en la ciudad. Mañana pega la vuelta, pero al descubrir Cargill en Rosario entendió que esa empresa "está en todos lados". "Es como una guerra que tienen contra los campesinos y no se dan cuenta que están matando personas y animales con el uso del glifosato", sentenció, calmo y desesperado a la vez. Su compañero Adolfo contó cómo en su pueblo santiagueño de Quimilí batallan "muy fuerte" para que no los desalojen de "sus" tierras. Deben luchar contra "los paramilitares, gente armada contratada por las transnacionales" para que "no siga desapareciendo la semilla".

Por su parte, Raly Barrionuevo destacó la tarea de Giros, que "está haciendo un trabajo de base muy fuerte". En su canto, se reconocía como un "activista de la conciencia en el escenario sangriento". Abajo, 30 jovenes y otros no tanto participaban del baile.