Después de seis años con Ojo de Buey, y un disco como único legado, Facundo Nardone se decidió a registrar sus propias canciones. Para ello convocó a algunos compañeros de sus años como cantante y guitarrista en la escena rockera de la ciudad, y entre agosto y octubre de este año (y en medio de sus apariciones como guitarrista invitado de Divididos) registró En el más acá. Grabado en los estudios El Dorado, el disco tendrá hoy a las 21.30 su presentación formal en la Sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza), a la que Nardone llegará acompañado de los mismos músicos que lo secundaron en la grabación: Nahuel Antuña (bajo), Gerónimo Pavani (teclados) y los bateristas Marcelo Sali, Diego Villalba y Juan Pablo Sancho.

Iniciado en los escenarios con apenas 12 años, Nardone tuvo su primer experiencia grupal con un proyecto de reggae-rock, se nutrió de las zapadas bluseras y fue invitado habitual de Vudú. En 2002 se puso al frente de Ojo de Buey, con la que trabajó por más de un lustro. Llegaría entonces el momento de transitar su propio camino: "Cuando se separó la banda me quedaron un montón de temas. Quería seguir haciendo música, tocando, presentando algo nuevo, entonces me mandé solo. Entonces llamé a algunos amigos que me ayudaron a hacerlo. Pero no fue con un concepto de power trio, sino dándole forma a las canciones en el estudio. Además con el teclado suena muy distinto, le da otra luz, te saca del mambo del trío".

Para las presentaciones en vivo, Nardone sostendrá a Pavani como tecladista estable, para luego ir sumando a otros invitados ocasionales, en una formación que podrá modificarse y, lógicamente, haciendo que las canciones se amolden al esquema ocasional. "La formación de acá en adelante puede ser de batería, teclado y guitarra, o sino se sumará el bajo. Pero podemos tocar sin bajo, tocando los temas con otra impronta, aunque el teclado cubre los graves y otras necesidades --explica el guitarrista--. Pero la idea es tocar el disco en vivo todo lo que podamos, tanto lo que queda de este año como también el año que viene. Porque una cosa es el estudio y otra historia distinta es tocar las canciones en vivo. Me parece que en vivo hay otro fuego, vale la pena verlo".

Fácilmente encuadrables dentro del rock argentino (donde las influencias palpables pueden ir desde los mismos Divididos hasta los años rockeros de Spinetta), las canciones de Nardone buscan además la metáfora por sobre lo explícito. "Por ahí me pasa que con las letras quiero decir cosas que se alejan del hecho de estar en una ciudad o en esta sociedad --detalla el compositor--. Por ahí escribo cosas que creo que podría escribir en cualquier lugar o situación, porque vienen de otro lado, de pensar cómo es el mundo. Hoy en día tenemos esta forma de vida, pero las letras no están conectadas con el hecho de vivir en una urbe, están conectadas a otro sentir del universo. No quiero hablar de cuestiones existenciales, porque sería caer en un lugar común, pero tiene que ver con éso".

Ya en su faceta estrictamente guitarrística, Nardone se ha convertido en un invitado habitual de Divididos. De hecho, para la grabación de En el más acá Ricardo Mollo aportó su set de pedales. "Eso entre muchas otras cosas", según apunta finalmente Nardone: "El apoyo y cariño que me brindan al invitarme a tocar es algo que me marca. Primero porque me da muchísimas ganas de seguir haciendo esto, experimentando, viviendo de esta actividad, de hacer música. De hacer rock, sobre todo. Más allá de todo lo que uno pueda esperar a futuro, compartir fechas con ellos, haber tocado mucho, es un incentivo enorme, una gran felicidad".