Durante algo más de diez años, la dupla conformada por Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale unió distintas generaciones de autores en un abordaje personal del repertorio popular argentino. De Cobián y Cadícamo a Adrián Abonizio, de Falú y Dávalos a Jorge Fandermole, de Roque Narvaja a Fito Páez, el repertorio del dúo quedó registrado en discos como Postales del alma, por el que lograron un Grammy latino en 1999. Después de colmar los teatros más importantes del país durante una década de trabajo compartido, el proyecto entró en un impass hasta que, en 2010, los músicos decidieron regresar al ruedo, esta vez junto a Guido Martínez en bajo y Julián Baglietto en batería. Con esa formación, hace apenas algunas semanas fueron ovacionados en el festival de Cosquín, donde presentaron una versión reducida del espectáculo que esta noche, a las 23, brindarán en el Casino Victoria.

En esencia, el concierto estará dividido en dos segmentos. El primero encontrará a Baglietto y Vitale en su clásica formación de dúo, para luego sumar al tándem de bajo y batería. Al respecto, fue el cantante rosarino el que anticipó: "El repertorio de la primera parte tiene que ver con una cosa más relacionada al tango, en versiones `a la nuestra`. En la segunda parte se incorporan Guido y Julián y hacemos temas un poco más folclóricos, y también algunas canciones".

En relación al formato de cuarteto, Baglietto adelantó: "Tenemos ganas de grabar con esta formación, editar un formato de Dvd y disco. Con Lito nos gusta la imagen, y tenemos conciertos grabados en el Luna Park, el Teatro Opera, el Gran Rex, pero nunca sacamos nada de éso. Además esas imágenes se hicieron hace más de diez años, y hoy somos un poco distintos... Nos parecía que estaba bueno actualizar la imagen y actualizar también la música".

Y si bien la intención es lograr un registro en vivo, la grabación no se llevará a cabo durante una función pública, sino en un espacio seleccionado especialmente para el rodaje. "La intención es grabar en vivo dentro de una locación que inventaremos --apuntó el cantante--. Y después vamos a seguir haciendo shows. De hecho estamos muy contentos porque en Cosquín tuvimos una acogida extraordinaria".

En ese sentido, la actuación en el festival folclórico cordobés no sólo le dio mayor impulso a esta nueva etapa del proyecto Baglietto-Vitale, sino que internamente los reconcilió con el público de la plaza Próspero Molina. "La última vez que habíamos tocado en Cosquín compartíamos la noche con Horacio Guarany, y toda la gente estaba esperando a que él tocara. La verdad es que esa noche más que de tocar, disfrutamos que el show se terminara", recordó el rosarino, que sin embargo destacó que ese antecedente no influyó en el armado del repertorio para la reaparición en esta edición 2011.

"Armamos un repertorio que nos parecía que valía la pena y ahí fuimos --explicó--. En realidad si te ponés muy analítico terminás analizando una cosa que no requiere de mucho análisis: fuimos y tocamos lo que nos parecía que salía bien y que nos iba a gustar tocar ahí. Nosotros no somos festivaleros, pero lo que sí creo que estuvo bien como criterio de elección, y eso sí fue un plan, fue bajar un poco. Lo que sucede en los festivales es que, como te dan media hora, todos los artistas tocan al mango los cinco o seis temas más fuertes que tienen. No se para nunca, es raro que suceda esa cosa de bajar, entonces me parece que eso estuvo bien. Y está buenísimo saber que el público está dispuesto a aceptarlo. Cuando comprobás que eso pasa deja de ser un riesgo".