Sábado, 13 de agosto de 2011 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MAHLER HABLA DE LOS 20 AñOS DE "DRáCULA, EL MUSICAL"
De vigencia tan permanente como su personaje, el musical de Cibrián y Mahler celebra sus veinte años en Rosario. "El amor a través del tiempo ha hecho que el musical siga emocionándome como la primera vez", dijo el director musical.
Por Leandro Arteaga
"Mi mujer me regaló un viaje y vamos a ir a Rumania, al castillo del conde Drácula. Un día entero donde voy a conocer el sarcófago, donde voy a vivir un poco más de cerca esa historia que inundó mi cabeza desde chico", confiesa Angel Mahler a Rosario/12, como prólogo de entusiasmo a las funciones que de Drácula, el musical. 20 años están teniendo lugar en el teatro El Círculo hasta mañana. "En esta vuelta reorquesté toda la obra. La verdad es que está como nunca, es la mejor versión que pudimos hacer", comenta el compositor.
Es la primera vez que podemos ver Drácula con la orquesta presente.
Algo que va a permitir que se aprecie de otra manera. Yo sé que es difícil, sobre todo por los costos, pero hay veces en que los costos no importan, y en este caso particular sentí que había que hacerlo, porque las cosas dejan sus huellas también desde la manera en que son gestadas. Si nosotros no hacíamos este Drácula así, y dejábamos que se siguiera haciendo de la manera habitual, no hubiese sido lo mismo. La gente lo va a poder vivir ahora de una manera muy intensa, así como también nosotros. Drácula es una obra que no permite respiro ni distracción, de una concentración total para toda la orquesta y para todos los que están arriba. Produce una energía única que la gente advierte. Creo que es ése el motivo por el que la vuelven a ver, de otra manera me resulta inexplicable.
Creo también que lo que han logrado con Cibrián fue redimensionar el mito mismo.
Nadie lo había visto a Drácula desde un perfil más humano, como alguien que sufría por sus dotes. El es inmortal pero para ello necesita matar, y es esa inmortalidad la que no lo deja disfrutar de determinadas cosas de la vida, como una salida al sol. Todo eso lo hemos puesto en la obra porque sentimos que es un personaje, si bien altamente seductor, también muy sufrido.
En tal sentido, se adelantaron a la película de Francis Ford Coppola.
¡Y en dos años! Cuando vimos la película, con Pepito nos dijimos "¡Coppola se sentó en el Luna Park a verla!". Se dan las coincidencias de los 500 años, de la relación con Mina, toda la transformación.
Debe haber una coincidencia de sensibilidades. En la novela "Ella", de Rider Haggard, se cuenta también una historia de amor maldito, a través del tiempo.
La pregunta que hay que hacerse es ¿qué es el amor para Drácula? Es la pregunta que se hace el personaje. Es allí cuando toma una decisión y determina el desenlace, porque todo tiene que ver con haber entendido qué es el amor. Por eso la gente también termina queriendo a Drácula, porque al morir elige la vida, la de Mina, la de la persona que ama. Además, también está el misterio, que en la obra se plantea desde el principio, en la obertura "si hay un misterio, por qué negarlo, en lugar de comprenderlo". Es un texto que me gusta mucho, porque Drácula está inmerso en todo eso, tanto en lo que no conocemos como en lo que creemos conocer. Sobre todo en lo que respecta al vivir en el límite entre lo bueno y lo malo. "El amor a través del tiempo" es lo que ha hecho que el musical tenga veinte años, y que siga emocionándome como la primera vez. Cuando lo hacemos, desde la primera nota hasta la última, me resulta una construcción, un edificio que se va levantando, donde es maravilloso ver todo lo que va ocurriendo en el medio, mientras el público y nosotros somos llevados hacia el desenlace. La energía del público se puede percibir, siempre está sucediendo. Durante los 19 años que dirigí la orquesta fue siempre maravilloso. Esa es la magia del arte, del teatro.
Y ahora es tu hijo, Damián Mahler, quien dirige la orquesta. ¿Qué sensaciones te provoca?
Desde que la obra se estrenó en Buenos Aires, fueron 153 funciones en las que siempre me emocioné. Es algo que me hizo llorar mucho. Es que verlo a Damián dirigiendo, que era un nene cuando compuse esto, es como ver un ciclo cumplido, donde el camino tuvo sentido. Es algo tal vez inesperado en mi vida, así como un premio a la entrega por algo que me gusta.
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