CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. CULTURA PASAJERA REGRESA AL CENTENARIO PASAJE PAM.
En contraste con la antigua construcción que une las calles Córdoba y Santa Fe, a la altura del 900, el espacio artístico interviene el edificio con una amplia gama de propuestas artísticas, desarrolladas en técnicas diversas.
› Por Beatriz Vignoli
En "la casi primavera invernal" de estos húmedos días de agosto rosarinos, el centenario Pasaje Pam que va de Córdoba 954 a Santa Fe 955 huele a vetusto; pero hay siempre nuevas e innovadoras propuestas artísticas en el espacio Cultura Pasajera que lo interviene. Este mes exponen Florencia Laorden, Gisela Cortese, Luciana Rondolini, Estanislao Florido, Guillermina Ygelman, Juan Carlos Ampuero y Ciro Múseres. Hay obras (y esto no es exageración) hasta en el llavero del baño. Pablo Nicolás Maximiliano Saavedra Arévalo (Santiago de Chile, 1987) es el curador desde Valparaíso de la Galería Llavero, un espacio de exposición de obras de arte que se restringe al cuadrado de madera de 8,4 x 8,4 x 2 centímetros que les hace de marco, y que constituye el llavero de los baños del Pasaje Pam. La idea se le ocurrió en una residencia de artistas organizada este verano por Curatoría Forense, de Chile, y por Gabriela Gabelich, curadora de Cultura Pasajera y jurado de selección para los espacios Vitrina y Cubo junto a Carlos Herrera y Mauro Guzmán.
Este mes expone en la Galería Llavero el dibujante chileno Juan Carlos Ampuero Acevedo un autorretrato titulado, precisamente, El dibujante. Ampuero vive y trabaja en Valparaíso y los escasos centímetros del llavero le alcanzan para invitar al "meante" (como lo denomina el curador del espacio) a su blog: www.pararayar.blogspot.com.
Impactan por su belleza, en la planta baja, la obra en papel calado de Gisela Cortese titulada El tiempo entre mundos y dos obras en técnica mixta sobre lienzo por Florencia Laorden, en el local Ribuar. Cortese presenta un dibujo al modo del arte oriental, sin perspectiva sino abarcador de un universo, y lo traza con el filo de la trincheta con tanta delicadeza que las líneas son nervaduras de sombra proyectada real. El título de la muestra de Laorden es La casi primavera invernal y surge del poético texto de Joaquín Boz que la acompaña. Con firme pulso expresionista, y con un sentido lírico del color que se impregna del ánimo de los cambios de las estaciones, Laorden (que expuso este año en Arte de Santa Fe) despliega, sobre el fondo blanco de la tela imprimada, manchas y líneas gestuales que sugieren formas vegetales pero están al límite de la abstracción.
Quien además de acercarse al espacio El cubo y contemplar la vitrina, ingrese en su trastienda, podrá oler frutas en descomposición; tal la contradicción entre fachada e interior, entre semblante y realidad que ofrece Tiffany, la instalación de Luciana Rondolini (Buenos Aires, 1976). Al pie de una ominosa y por lo demás realista figura humana dibujada en grafito, cuyo rostro está cubierto de piedras preciosas talladas, se apila una cornucopia de frutas revestidas de joyas de fantasía. Debajo, nada es lo que parece. Es el olfato lo que revelará aquello que la mirada apenas intuye o sospecha.
En algún momento del siglo pasado, Tiffany fue un estilo de arte decorativo; en otro, una marca de desodorante. Además de esta ironía, la obra se lee como reflexión sobre lo efímero, en línea con Carlos Herrera o los Young British Artists; pero resulta más inquietante aún como comentario sobre la vanidad y la profunda incógnita respecto de la identidad, en sintonía barroca con aquel "algo huele a podrido en Dinamarca" con el que Hamlet profería su loca verdad sobre la corte.
La sutil inquietud continúa ante la mini vitrina donde Estanislao Florido (Buenos Aires, 1977) anima digitalmente en stop motion (técnica de animación cuadro por cuadro) pinturas que a su vez citan a otras pinturas de la historia del arte. Florido reescribe en su propia pintura, por ejemplo, un interior con ventana de Edward Hopper; pero algo, una forma negra, una sombra agazapada lo ha invadido y tiembla como a punto de saltar. El video se titula La habitación roja, dura 2 minutos con 40 segundos, fue realizado en 2010 y lo seleccionó la videasta Eugenia Calvo. Una dialéctica específicamente moderna entre lo inanimado y lo animado se plantea en cada una de sus viñetas, donde el leve temblor insiste como dando a dudar de si algo vivo existe afuera o sólo fue alucinado por el sujeto. "¿Qué veo excepto sombreros y trajes en los que podrían ocultarse unos autómatas?", preguntaba Descartes en sus Meditaciones metafísicas. En el Castagnino se vio hace poco, de Florido, Todos los cuadros del mundo, donde el artista cita obras de la colección Federico Klemm.
En la planta alta del Pasaje Pam, en la sección autobiográfica e intimista Monoambiente ("Estás viendo una pared de mi casa") expone una selección de objetos y fotos personales Guillermina Ygelman. La diseñadora de 36 años, que tiene su propio estudio, dirige la revista de arte, cultura y tendencias Atypica, codirige la galería de arte urbano ClubBlast, ha publicado el fanzine Lelalandia, es directora asociada en la Argentina de la revista Rojo y abrió la tienda-galería de Atypica dentro del Pasaje Pam, ha encontrado tiempo para formar una familia, un emotivo relato en imágenes de lo cual se puede apreciar en Monoambiente. Junto a una remera de The Ramones para un niño de seis años se ve al mismo niño seis años antes, un bebé al que rodean los brazos de su papá y los de su mamá: ella, en el medio, es como una cadena de transmisión. Hay algo de tierno y perturbador en la imagen, algo intraducible a palabras (o traducible a una novela de quinientas páginas), algo de eso que se ve en las grandes obras de arte aunque esto no sea nada de eso, apenas una instantánea íntima y fugaz.
Y por si esto fuera poco, para el mouse de la dama y el teclado del caballero, Cultura Pasajera suma este año el espacio Minilab, curado por Inne Martino. El espacio virtual está dedicado al net art y se activa en la página al inaugurarse las muestras. Este mes la muestra es YesWeAre, de Ciro Múseres, y puede verse al seguir este vínculo:
http://culturapasajera.com.ar/novedades/2011/08/10/yes-we-are. Ciro Múseres viene recomendado por Luciana Ponte, quien explica que varias de las obras son como "deconstrucciones" de webs ajenas: la web del PRO, su propia bandeja de entrada de correo electrónico, videos sobre el conflicto con el campo, y el favorito de esta cronista: el blog http://spamky.blogspot.com, que al ser prolijamente destruido revela cómo el falo es lo que está en venta en Internet. Del ser y del tener habla la obra interactiva YesWeAre ("estructuras que se superponen, que generan ruido, que comunican y no"), donde el espectador es llamado a llenar el espacio en blanco.
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