Desde su formación a mediados de los 80 en Alemania, Blind Guardian fue consolidando un reconocimiento internacional que distinguió su enorme capacidad de vincular la mitología (fundamentalmente la nórdica), la literatura fantástica (incluyendo el disco Nightfall in Middle Earth, inspirado en El Silmarillion, la obra más compleja de JRR Tolkien) y su propia imaginaria con un rock metálico que supo combinar velocidad, contundencia y búsquedas sinfónicas. Una búsqueda, es válido apuntarlo, en la que no fueron precursores, pero que sí supieron llevar a puntos de difícil superación. Esta noche, a las 22, el grupo alemán que integran Hansi Kürsch (voz y bajo), André Olbrich (guitarra), Marcus Siepen (guitarra) y Frederik Ehmke (batería, flauta y gaita) harán un repaso por las canciones que lo convirtieron en un referente del power metal, con un show que se alojará en Willie Dixon (Suipacha y Güemes).

Y si bien el eje del concierto será At the edge of time (su noveno disco de estudio, publicado en 2010), también habrá espacio para la recorrida por anteriores obras del grupo, según el anticipo realizado a Rosario/12 por el cantante y compositor, que a pocas horas del show brindado en Santiago de Chile y previo al concierto que anoche ofrecieron en El Teatro de Buenos Aires, aclaró: "Ningún show es igual al anterior. Siempre buscamos modificar algo, también como una manera de no aburrirnos nosotros mismos".

- Quizás esa es una clave para poder sostener un proyecto en el tiempo. Blind Guardian está cerca de alcanzar sus treinta años de trayectoria...

- Sí, suena terrible (risas). No siento que haya pasado tanto tiempo. Somos muy cuidadosos de no repetir cosas de un disco a otro, tomándonos el tiempo adecuado para elegir cuidadosamente lo que queremos hacer. Y lo mismo buscamos con nuestras presentaciones, con lo que se muestra en escena. Creo que por éso la gente que disfruta de este tipo de música, que disfruta de nuestra música, y que quizás empezó a seguirnos hace veinte, veinticinco años, puede ver nuestros shows y ver que ha habido un desarrollo.

- En ese sentido, y pensándolo desde la inspiración, quizás otra de las claves para comprender esa permanencia tiene que ver con que los discos de Blind Guardian fueron inspirados por distintas temáticas. Desde lo mitológico hasta la fantasía, aunque siempre sosteniendo una línea y mirada que resultan propias del grupo.

- Sí, es cierto. Mucha gente considera que somos puramente contadores de historias. En cierto aspecto sí lo somos. Pero siempre tratamos de tomar cierta perspectiva de las cosas, ya sea sobre la realidad, la ideología, religión, literatura, historia o sobre la pura ficción. Creo que la gente se siente emocionalmente vinculada con un mensaje que se conecta con las historias que contamos, que tienen que ver también con aspectos generales de la vida. También creo que estas historias no sólo son contadas a través de las palabras, sino a través de la música que hacemos. Hay un fuerte vínculo entre las letras y la música, lo que hace que nuestras canciones sean muy especiales para determinado grupo de personas. Lo más sorprendente para mí es ver cómo nuestros seguidores se relacionan con nuestra música. Cómo ellos pueden llegar a un entendimiento propio de lo que hacemos.

Muchos de los héroes de las historias épicas y mitológicas en las que Blind Guardian se ha inspirado, se caracterizan por sostener valores que sobreponen, incluso, a su propia vida. Creador de sus propias historias, Kürsch considera que, en los tiempos que corren, ciertos valores siguen vigentes. "Definitivamente hay lugar para este tipo de historias, y hay una búsqueda por la verdad, por la fe. Hay preguntas que son esenciales, porque muchas cosas están mal, pero podemos ver que hay ciertos aires de cambio", concluyó.