Domingo, 25 de septiembre de 2011 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › EL XIX FESTIVAL DE POESíA DE ROSARIO SE DESPIDE HASTA LA PRóXIMA.
Con obras en cantidad y calidad, esta edición del tradicional festival de poesía de Rosario completó una vez más una serie de jornadas que colmaron la expectativa de los visitantes extranjeros y nacionales. Un hecho delictual que no empañó nada.
Por Beatriz Vignoli
Hoy es la última jornada del evento local anual en que los poetas desafían la utopía de Platón y acceden a ocupar el centro de la polis.
Con una alta calidad de obras, el XIX Festival Internacional de Poesía de Rosario se despide hasta la próxima. En la primera mesa de lecturas es a las 17 en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río) leerán un poeta esloveno, uno galés y un neuquino; en la última, a las 20, se presentan Sonia Scarabelli (Rosario), José Villa (provincia de Buenos Aires), Ana María Falconí (Perú) y la poeta mexicana Laura Solórzano.
Ayer alrededor del mediodía, con una presentación llena de swing por Andrea Ocampo, bajo un cielo cambiante como el abanico de voces y estilos que desfilaron por el micrófono, tuvo lugar la ya tradicional maratón de poesía. Empezó emocionando Santiago Alassia, de Rafaela, con un poema dedicado al vate chileno Gonzalo Rojas y que parecía resumir el espíritu de compromiso estético y ético con la palabra que reinó en esta edición del Festival: "...a la música / déjenla tranquila, dejen el escándalo / de hienas que hacen fundamento en el eructo. // Dejen la ironía de ver agua en el afuera / si nunca la atisbaron en el íntimo llover". Siguió el canto festivo y potente de la escritora y performer uruguaya residente en Suecia cuyo nombre artístico es Lalo Barrubia. Leonel Lienlaf, de la comunidad mapuche de Alepue, Región de los Ríos (Chile) cantó en mapudungun. Florencia Milito, hija de rosarinos exiliados en Estados Unidos, homenajeó a Sor Juana con un poema donde resuena la voz de su madre diciendo "la quebraron". Leyó un poema pop que reescribe a Shakespeare el mexicano Luis Felipe Fabre, quien la noche del viernes deslumbró con sus "Villancicos del Santo Niño de las Quemaduras", saga basada en las actas virreinales de un proceso por sodomía que concluyó con una quema de indios, negros y mulatos en 1658. Los "Villancicos" se publicaron en Oaxaca (México) en 2009 y en Valencia (España) en 2010. "Paren el tiempo", pidió Fabre y leyó un poema sobre zombis. Su tocayo Luis Chaves, de Costa Rica, y la poeta marsellesa Florence Pazzottu, traducida por Daniel Samoilovich, también deleitaron con una poesía donde las tradiciones y temas más antiguos confluyen con un entorno y un lenguaje contemporáneos.
Un matutino local se cebó en el momento angustioso que pasaron Milito y Fabre el jueves, sobrevivientes de un asalto a mano armada sin víctimas cerca de la vecinal Güemes (Plaza Argentina 3208) que obligó a suspender su lectura. Fabre estaba consternado e indignado pero pronto se recompuso, logró bloquear sus tarjetas robadas y comprendió que sólo había perdido dinero: Nada grave. Su pasaporte había quedado en el hotel. Milito contó ayer a Rosario/12 que se despierta en medio de la noche y le vuelve una y otra vez la imagen del arma. ¿Retornará esa imagen exorcizada en algún futuro poema?
A las mesas de debate, legado de ediciones anteriores, se suman las lecturas descentralizadas en barrios (que seguirán pese a todo) y el recurso de abrir el Festival con una figura de gran trascendencia. En 2009 fue inolvidable el pope del neobarroco cubano, radicado en Florida, José Kozer; este año dio una clase magistral de poesía el santafesino Hugo Gola. Quejándose al comienzo de la amplitud excesiva del teatro, ante un público sumamente atento, el autor de El poeta y su trabajo (1980 y 1984, Universidad Autónoma de Puebla, México) desgranó en poemas y ensayos su ars poética. "Uno podría decir que escribe un poema tocado por una circunstancia, una imagen, pero también podría decir que uno escribe un poema tocado por los sonidos de otro poema. Un poema se hace de sonidos. El poeta usa las palabras de todos pero las organiza para hacer con ellas otra cosa. En el poema aparecen todas las dimensiones de la palabra: sonido, ritmo, sugerencia. El poema es una concentración que permite la liberación de una energía interior. Esa carga de energías emocionales que la memoria guarda se libera en palabras. El poema multiplica los significados. La palabra no dice lo que dice. ¿Qué dice entonces?". El poeta y docente universitario nacido en Pilar (Provincia de Santa Fe) en 1927, explicó que en sus poemas abundan las referencias al paisaje de su provincia porque "desde 1975 vivo exiliado de mi tierra". Este año, Gola volvió a radicarse en Santa Fe capital. Un escritor rosarino grabó en video toda su intervención y promete subirla pronto a su blog, Marce nomalumbre' (nuestrotaller.zoomblog.com).
"Rosario y el Festival confluyen y se alimentan mutuamente porque los dos invitan a ver la vida de una manera más humana", recapituló el jueves en su discurso de apertura Marcelo Romeu, Secretario General del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe e impulsor del Festival. Los otros dos oradores de la apertura oficial fueron el secretario de Cultura, Horacio Ríos y el director del CCPE, Martín Prieto, quien destacó "el recambio generacional" y recitó "La calle del agujero en la media" del poeta homenajeado en esta edición del Festival: Raúl González Tuñón.
Hoy también se podrán escuchar entrevistas públicas: a las 17.30, en el Túnel 4 del CCPE, Daniel Samoilovich dialogará con Irina Garbatzky, y a las 18.30 el poeta chileno José Angel Cuevas conversará con el poeta y traductor argentino Cristian Di Nápoli. A las 18 leerán Julia Sarachu (Buenos Aires), Jessica Freudenthal (Bolivia), el poeta colombiano Felipe García Quintero y un poeta paraguayo, Edgar Pou, que recitó poesía en guaraní en la trasnoche del jueves en el bar Jekyll Hyde. A las 19 leen Irma Marc, Gustavo Wojciechowski y Mercedes Roffé.
Las trasnoches fueron especialmente concurridas; el micrófono abierto del viernes en Lapacheta, con la conducción de Alejandra Méndez, duró hasta esa hora en que, como dijo un poeta canadiense, "y nadie sabe adónde va la noche, / y nadie sabe por qué corre el vino". El poeta es Leonard Cohen, la canción es "Los invitados" y resume la alegría de un festival que un incidente menor no pudo empañar.
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