Partícipe de la renovación del tango rosarino como miembro de diversas formaciones --ya sea en los dúos con los guitarristas Martín Tessa y Javier Fioramonti o el pianista Daniel Turano, como al frente de su quinteto Los Tauras--, Carlos Quilici decidió darle forma a lo que considera "la máxima expresión del tango", y así se abocó a la creación y dirección de su propia orquesta típica. Acompañado por Ignacio Claramonte y Carlos Becú (bandoneones), Briseida Alejo Ortega, Simón Lagier y Luisa Torres (violines), Marina Giandoménico (viola), Cecilia Zabala (contrabajo), Sofía Cardi Bonfil (piano) y Leonel Capitano (voz), el bandoneonista estrenará hoy su flamante proyecto, en un concierto que dará comienzo a las 21 en La Casa del Tango (Avenida Illia y España).

Consultado por Rosario/12, Quilici reconoció que era éste un proyecto algo postergado, por razones fundamentalmente coyunturales: "Yo tuve suerte de formar parte de la orquesta de Domingo Federico a mitad de los 90 en la Escuela de Música de la UNR. Esa fue mi formación orquestal, y después que Domingo falleció el proyecto quedó trunco. Pero siempre quedó el bichito picando. Tener una orquesta propia implica mucho trabajo, no hay muchas orquestas grandes".

Y fue la insistencia de algunos de sus alumnos de bandoneón la que disparó la concreción de la orquesta. "Ellos me preguntaban cuándo íbamos a armar la orquesta, y un día uno me comentó que tenía varias violinistas interesadas en tocar --relató Quilici--. Así que decidimos largar. Hace un año empezamos a preparar a la gente, porque si bien ya son músicos formados, por ahí no tienen la formación tanguística. O bien algunos habían tocado tango, pero no orquestalmente, o de la manera que me interesa a mí. Así que estuvimos trabajando durante todo un año, con intermitencias por mis viajes, y ahora decidimos largarla".

Emulando la labor de Federico, Quilici ahora asume el rol de director y formador, colaborando con un proceso que también tiene como propuesta vigente a la Orquesta Escuela que dirigen Javier Martínez Lo Re y Martín Tessa. Sin embargo, el bandoneonista distinguió: "En este caso no sólo se trata de formar a los otros, sino que yo mismo me estoy formando como director y arreglador de orquesta, que es una experiencia nueva. Para mí no deja de ser una formación".

Director, arreglador y bandoneonista, en su flamante orquesta Quilici aporta además como compositor, nutriendo a un repertorio que será diverso, pero que fundamentalmente buscará dar soporte a la búsqueda de un sonido personal. "Me interesa trabajar el repertorio clásico, al que pronto vamos a incorporar temas de Piazzolla, y obras mías. Compongo bastante, entonces voy alternando las dos cosas. Lo que sí me interesa es no copiar un estilo determinado, como el de Troilo, Pugliese, Di Sarli. Obviamente tomo elementos de todos, pero mi objetivo es generar una propuesta propia, personal, que ojalá desemboque en un estilo. Es el objetivo más importante, tratar de tener un sonido. Es difícil, porque si bien lo han logrado muchos maestros, no siempre se logra. Podés escuchar a Troilo, Pugliese, o a Domingo Federico mismo, que tenía su propio estilo. Esas son mis influencias, pero mezclo todo, incluso el bagaje musical que uno tiene por escuchar también otros géneros", concluyó Quilici, entusiasmado con la concreción de aquel viejo anhelo.