En el marco del "Experimenta 12 Teatro", que finaliza el martes próximo, el público rosarino pudo encontrarse con una ingeniosa versión de La Celestina a cargo de la experimentada y talentosa actriz española Maite Agirre que presentó "¡Puta vieja alcahueta Celestina!, una versión muy particular y festiva del tradicional texto de Fernando de Rojas. Esta investigadora de los lenguajes teatrales que se inició en los '70 en el transgresor grupo Dagoll﷓Dagom, funda en 1985 en Euskadi la compañía Agerre Teatroa, visitando por primera vez Rosario en el 2001, con su espectáculo "Marranadas" que se presentó en el Experimenta 4.

Agirre dialogó con Rosario/12 acerca de su particular forma de concebir el teatro en relación con el público.

"Después de salir de Rosario, comencé a trabajar en La Celestina, armé el personaje a partir de la necesidad de justificar por qué está ella, aquí y ahora, tomé el Arcipreste de Hita y su Trotaconventos, leí otras versiones muy moralistas, la de Rojas me parecía la más fresca y me quedé con algunos escritores que la presentaban cómo alguien que negaba su muerte, y volvía a estos tiempos gracias a que sus artes la mantenían viva", dice la actriz.

Algo vital y que tiene que ver con la recuperación de la tradición oral y con las costumbres de los diferentes lugares donde se representaba la obra, hablan de la forma en que esta experimentada creadora concibe el oficio y el rol del teatro en la sociedad.

"Este recorrido cambia cuando llego a Maputo (Mozambique), donde la Celestina se transforma en algo coral, comienzan así innumerables versiones, que varían según el sitio en el que la representábamos, iba tomando aspectos de la cultura, el refranero del lugar, que era lo mismo que tenían en cuenta los antiguos autores cuando hacían esos trabajos", explica Agirre.

En el 2004 la creadora es invitada a Mozambique, donde se realiza un concurso del cual surgen tres grupos seleccionados para participar del Festival Internacional y ella tenía que armar algo en pocos días, no lo dudó y propuso su trabajo de La Celestina. "Yo elegía los personajes entre esos actores que recitaban en portugués, mientras yo decía mis textos en español, en vez de ser Celestina la que narraba, intervenían otros personajes, en Maputo cuando les preguntaba si conocían a la Celestina, sabían de qué se trataba, ellos conocían a las celestinas de sus pueblos: La curandera, la herbera, a la que acudía todo el mundo, ese personaje necesario para juntar familias, organizar los matrimonios", afirma la creadora del Agerre Teatro.

La versión que se presentó el jueves pasado en el Centro Cultural Parque de España, es una de las más conocidas en escenarios internacionales y también incorpora a espectadores del lugar que participaban desde el escenario, sentados en las mesas de una imaginaria taberna, regenteada por la Celestina. "Pasamos muchas versiones hasta que llegamos a la de la taberna que se vio aquí en Rosario, a mí me sorprende lo que pasa en festivales como el de Chiloé, aquí mismo, esta es una experiencia arriesgada tanto para los organizadores como para nosotros mismos, puede pasar de todo. En La Habana he vuelto con esta misma obra a todos los festivales, en Perú fuimos invitados a participar por segunda vez con el mismo espectáculo", asegura la actriz española.

-A lo largo de tantos años de experiencia en estas búsquedas, pareciera ser está última etapa la que más te reconforta.

-Yo ya tengo muchos años, ahora me interesa la gente, llegar a un sitio donde no hay electricidad, y poder decir: ﷓"¡Yo lo que traigo es teatro y deseo hacer una convivencia!". Para alguien que lleva tantos años haciendo teatro, que aparezcan estas experiencias nuevas, te hacen sentir que comenzar a mezclarte con la gente, con la naturalidad de sus risas, qué les voy a enseñar a ellos si esa risa la voy a intentar imitar yo como actriz﷓ dice Agirre.

La notable investigadora española, cita a uno de sus referentes, con quien ha trabajado en algunos espectáculos, el escultor Jorge Oteiza, quién planteaba que todo evoluciona hasta llegar a la gente: "Te vuelcas a ellos o sino te conviertes en un fabricante de esculturas", comentaba este artista. "También recupero la enseñanza de otro de mis referentes, el maestro Jerzy Grotowski, cuando dijo que `Apocalipsis cum figuris', era su último espectáculo, 'no me interesa el espectáculo ,me interesa la gente'",﷓decía. "Es el camino natural, vas haciendo tu proceso artístico y llega un momento en que lo único que te espera es la gente", dice Agirre citando al gran innovador del teatro contemporáneo y también uno de los pilares teóricos del Rayo Misterioso, grupo que organiza el Experimenta.

La creadora del grupo "Teatro en un claro del bosque" (Agerre Teatroa) hace un paneo acerca de su trayectoria y recuerda algunos momentos que se parecen a muchos de los grupos jóvenes de todo el mundo que no siempre tienen al público como gran objetivo de sus búsquedas. "Vamos hacia la gente, esa ha sido siempre mi obsesión, cómo hacerle entender lo que hago a las vendedoras de pescado, por poner un ejemplo, esa barrera que yo sentía con la gente de pueblo, todos quieren llegar a la gente, nosotros hemos pasado por las fases de juventud, donde me da igual que me entienda o no, recién la madurez te da esta posibilidad de querer llegar", afirma la protagonista de "¡Puta vieja alcahueta Celestina!". En esa obra, durante la función, la actriz hace partícipe al público del resultado del espectáculo: "Nos miramos y somos dos actores, has venido como espectador pero eres ahora actor y estás actuando conmigo y los demás lo están viendo, eso para mí tiene un toque sagrado muy importante", dice de su búsqueda, la creadora española.