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Lunes, 12 de marzo de 2012

CULTURA / ESPECTáCULOS › CULMINó LA OCTAVA EDICIóN DEL ENCUENTRO CINEMATOGRáFICO ARGENTINO- EUROPEO

Días dedicados a dialogar el buen cine

"Pantalla Pinamar" volvió a mostrarse como un espacio apto para la discusión, el intercambio de opiniones y el encuentro entre público, críticos y realizadores. Su programación incluyó obras que pronto llegarán a las salas de la ciudad.

 Por Emilio A. Bellon

Desde Pinamar

Si en la primera "Función Sorpresa", que tuvo lugar el domingo 4 pasadas las 23.30, del "Octavo Encuentro Cinematográfico Argentino﷓Europeo", gran parte de la trama sentimental, finalmente y tras algunas coartadas y partidas de póker, miraba hacia la escenificación de la Trova Rosarina (en el último film de Daniel Burman, La suerte en tus manos, que conoceremos a fin de mes); en el día de cierre, el sábado 10, la segunda película sorpresa miraba igualmente hacia el mundo de la música, ya desde su título, que con sólo nombrarlo nos lleva a evocar a aquel tema que desde los umbrales de los 60 fue pieza de repertorio de los más exitosos intérpretes. Y es que el film en cuestión, este que pudimos ver luego de un vacilante renglón de expectativas, lleva por título Extraños en la noche y su director --Alejandro Montiel un joven egresado de la Universidad del Cine a quien ya no conocemos particularmente por Chapadmalal (2009)-- ofrece una pieza de género que articula elementos de comedia romántica y policial, con citas cinéfilas que hacen guiños al periplo de los vecinos investigadores de Misterioso asesinato en Manhattan, a los policiales clásicos de nuestro cine de los 40 y 50, a los mitos estelares que poblaron el universo de los grandes estudios. Y hasta logra que sus protagonistas, vestidos de gala, Julieta Zylberberg y Diego Torres, acaricien una sensual y fugaz escena de Los Fabulosos Baker Boys. Su estreno, a nivel nacional, se anuncia para el 5 de abril.

Si hay un espacio en el cual la prensa y el público pueden debatir es sin duda el que ofrece, en esta época del año, "Pantalla Pinamar". Y es que día a día, en esa franja horaria que se inicia a las 10 y que se extiende en más de una oportunidad hasta las 13.30, cada uno de los invitados, en relación con las proyecciones que han tenido lugar, ofrece una presentación que inmediatamente invita a una serie de motivadoras inquietudes, que despiertan en preguntas, comentarios, anécdotas, recorridos de vida; lo que forma parte de ese modo de hacer en el quehacer cinematográfico. Algunos de los realizadores, guionistas, se expresan en su lengua materna, lo cual permite vivenciar otros acercamientos, acompañados por traductores. Espacio de diálogo coordinado por quienes ya desde mucho antes de la llegada a este lugar mantienen un contacto frecuente con los periodistas, a través de diferentes vías, desde las oficinas centrales. Y que, quince días antes de la apertura del Encuentro, lleva a una reunión general en la que su director, Carlos Morelli, presenta e informa sobre toda la programación, modalidad e invitados. Todo un año de labor para que ese otro cine (lamentablemente no todos los films presentados conocerán sala de exhibición) finalmente pueda darse a conocer en otros circuitos, que en la mayor parte por pertenecer a embajadas y otros centros culturales puede ser solicitado por instituciones. Cabe señalar al respecto que a lo largo de los días representantes oficiales de Polonia, Francia, España y de la República Checa estuvieron presentes acompañando los films programados en cada una de las secciones respectivas.

En la ceremonia de clausura de esta octava edición, antes de que se proyectara la comedia francesa Las mujeres del sexto piso de Philippe LeGuay --que le permite a su personaje, interpretado por Fabrice Luchini, en ese París de los 60, entrar en contacto con unas mujeres españolas de ese piso de arriba, entre ellas actrices tales como Carmen Maura y Lola Dueñas, que lo llevan a que se afloje el nudo de su corbata--, tuvo lugar una singular premiación, que resulta del voto del público y de la crítica. Y en esta oportunidad, el Premio Egeda (Entidad de Gestión del Productor Audiovisual) lo mereció Tiempos menos modernos, film de Simón Franco, realizador nacido en la Patagonia, coproducido entre Chile, Alemania y Argentina.

El premio Egeda es otorgado al productor del film y el mismo consiste en una suma de 6 mil euros. Y cabe señalar que este film, ópera prima en el campo del largometraje del director, está ambientado en los últimos años del menemismo, allá en un desolado sur. Su personaje Payaguala, de ascendencia tehuelche, vive solo, alejado, en un espacio perdido. Trabaja la tierra y en sus horas íntimas dedica su entusiasmo a las artes manuales y a la música. Pero un día algo extraño ocurre, desde algún lugar, le llega una encomienda con sello oficial y en el interior de ella, un televisor satelital...

Según su director, en este film teñido de una fuerte mirada crítica y trazos irónicos, como asimismo una particular ternura, el largometraje partió de un corto realizado en el 2004. Y a lo que el film apunta es a ver cómo ciertos modos de la industria cultural de hoy intentan lograr un vaciamiento de identidades, a través de los reality shows, de la manipulación continua de la información según intereses, de promover una vida "fast food".

Fue el mismo Día de la Mujer cuando Radu Mihaileanu, el realizador rumano nacido en 1958, de tradición judía, presentó en el escenario de una de las salas el film cuyo estreno en Rosario se anuncia para este jueves 15, La fuente de las mujeres. Esto ocurría pasadas las 20.30, luego de que, como ocurría a diario, gran parte del público no había podido ingresar a la sala porque ya no había ya más localidades. Esa misma tarde, recuerdo, antes de llegar al cine deambulé por una galería a cielo abierto que por su diseño arquitectónico, sus coloridos locales, sus cafés con sus toldos y sus puestos de flores, y por su caprichosa e insinuante geometría, me llevó a sentirme como un personaje de una historia ambientada en Parque Chas... Luego de algunos minutos y de visitar una librería de saldos, tras haberme dejado perder, me encontré de pronto en una calle lateral llamada Simbad El Marino... Y en pocos minutos más, luego de cruzar una plaza, allí estaban las puertas abiertas de los cines Oasis.

En un pasaje de este tan aplaudido film --que el director de El tren de la vida, Ser digno de ser y El concierto, conocidas y valoradas en nuestro medio, dedicó a todas las mujeres presentes--, la lectura de pasajes de los fabulescos cuentos del libro de los libros Las Mil y una Noches por parte de una de estas mujeres que habitan un espacio del Oriente Medio, junto a otro acto de resistencia que reescribe a la pieza de Aristófanes "Lysistrata", les permitirá enfrentar un orden cerrado desde las voces del dogma religioso y del orden familiar.

Otros notables films se estrenaron en "Pantalla Pinamar 2012". Y entre ellos, amén del señalado, El puerto (Le Havre) de Aki Kaurismaki, El chico de la bicicleta de los hermanos Dardenne, No tengas miedo de Montxo Armendariz, Retirada de Vaclav Havel (merecería todo un capítulo en virtud de la trayectoria política de su director, fallecido en diciembre del 2011), Vidas pequeñas del realizador argentino, radicado en España desde 1977, Enrique Gabriel, entre otros.

Y para quien firma esta nota, El molino y la cruz del realizador polaco Lech Majewski, con quien se promovió un abierto y generoso diálogo, intérprete mediante, desde su sublime acercamiento a la obra del pintor flamenco Pieter Brueghel, Cristo cargando la cruz de mediados del siglo XVI, abrió un sendero de imborrables huellas por los carriles de la memoria y de los sentidos.

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El molino y la cruz, de Lech Majewski, es un sublime acercamiento a la obra de Brueghel
 
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