Jueves, 29 de marzo de 2012 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › CINE. MOACIR, DEL REALIZADOR TOMáS LIPGOT, UN DOCUMENTAL CON APUNTES DE FICCIóN
Moacir es la historia de película y de música de Moacir dos Santos, bailarín y compositor brasileño. Su estancia en el Borda y las canciones en Sadaic. Se estreno hoy en Cine El Cairo y podrá verse durante todo el fin de semana.
Por Leandro Arteaga
"Moacir es el título de la película así como el nombre de un brasileño que vive en Argentina desde hace treinta años, que vino aquí con deseos de grabar un disco que nunca pudo hacer, debido a sus problemas de salud mental y de pobreza", introduce el realizador Tomás Lipgot a Rosario/12. Apreciación que este periodista complementará al señalar que Moacir es también carta de cariño hacia la vida y vocación de Moacir dos Santos, cantante, compositor y bailarín de carnaval, de sesenta y ocho años de edad. "La música nos aleja de las cosas feas", dice Moacir en la película, además de bailar, de mirar en el espejo sus pelucas, de recordar pesadillas y pobreza, o de encontrar las palabras justamente pronunciadas entre la mixtura de las lenguas portuguesa y castellana.
Moacir es también estreno en El Cairo Cine Público (Santa Fe 1120), cuyas proyecciones de los días viernes y sábado, en el horario de las 20, contarán con la presencia de Tomás Lipgot para dialogar con los asistentes. Además, es título que completa una grilla de programación que la sala exhibe junto con films como El artista, La mujer sin cabeza, y Las vacaciones del Sr. Hulot.
-¿No te parece providencial que tu película pueda verse durante el mismo fin de semana que una película de Jacques Tati?
-Claro que sí. No hay muchos espacios en Argentina como El Cairo, que tengan esta capacidad de pensar el cine y de exhibirlo con una programación semejante. Por otro lado, tengo una alegría enorme de poder ir a Rosario, lo que está pasando con la película es maravilloso.
-¿A qué pensás que se debe?
-A que despierta mucho entusiasmo, a que tiene muchas aristas para abordar, y eso está bueno. Es una alegría enorme haber hecho esta película, sobre todo porque tuve muchos rechazos. Fue muy difícil conseguir que el Incaa diera algún apoyo, no supieron entender el proyecto desde el punto de vista propuesto, es decir, desde un cruce entre ficción y documental, algo que estuvo presente desde un comienzo. Pero parece que algo semejante es muy difícil de entender para ciertas estructuras rígidas, de "comité". Me provoca mucha satisfacción el resultado alcanzado, al ver el efecto que la película tiene en la gente. La acompañé a varios lugares, estuve en Alemania, en Brasil, en Chile, y es impresionante lo que desata, tiene algo universal. Acaba de ganar en un festival en Francia la semana pasada, y la verdad que, de estar en una instancia donde creía que la película no se hacía porque no conseguía apoyo, hasta arribar al proyecto terminado, con lo que me encuentro es increíble. En este sentido, agradezco a todos los que me bancaron hasta el final.
-A Moacir dos Santos lo habías conocido a partir de una película previa...
-Yo ya lo había filmado en Fortalezas, que rodé en lugares de reclusión social como una cárcel, un geriátrico, un leprosario. A Moacir lo conocí durante su internación en el Borda. Él es el personaje que representaba, justamente, a esta institución. Lo filmé en su faceta de internado y, ahora, de liberado. Moacir cuenta su historia desde afuera del Borda, mientras graba sus propias canciones, las cuales estuvieron perdidas durante treinta años. Es decir, es la aventura de Moacir grabando el disco. Vale aclarar que, aún cuando esté utilizando palabras como "Borda" o "locura", la película es muy divertida, también por momentos densa, pero tiene una potencia y una alegría que se deben al personaje que Moacir es. En ese sentido, es muy positiva.
-¿Cómo diste con las canciones?
-Pasó algo muy interesante. Cuando estaba en el Borda, Moacir decía que tenía canciones registradas pero nadie le creía mucho. Yo asumo que le creí a medias. Fui a Sadaic buscando las canciones -que él creía estaban perdidas-, y efectivamente estaban guardadas allí. Cuando vuelvo al Borda a mostrárselas, me entero de que estaba externado y por mérito propio. Por estas cuestiones "trascendentales", surgió entonces la idea de hacer una película sobre él. En la película lo acompaña Sergio Pángaro, músico reconocido y prestigioso, a quien cuando invito al proyecto y le muestro las canciones, se entusiasma porque le parecen todas muy buenas, todos hits. Es decir, además de la historia de por sí increíble, las canciones de Moacir son buenísimas.
Quizás algunos de los mejores momentos de la película de Lipgot estén comprendidos en ciertos instantes de tensión --calmos y candentes- entre Pángaro y Moacir. Allí cuando se corrige la fonética, se discuten los arreglos, se consulta el diccionario, o se baila con alegría plena y casi burlona. La cámara mira lo que sucede, mientras el espectador sale al encuentro de trazos de sonrisa en el rostro, a veces inescrutable, de Pángaro.
-¿Cómo fue tu relación con Moacir, a lo largo de esta aventura de cine y de música?
-Fue un vínculo fuerte. Un poco de esto lo expuse en la película, donde aparezco sobre todo para señalar este tema. Pasó de todo. Además de todo lo que pasa en un rodaje. Influyeron las características de Moacir tanto como las mías. Hubo momentos más tensos, y otros donde la cosa fluyó más. También fue interesante el vínculo con Sergio (Pángaro). Cuando pensé en él, lo pensé a la manera de un contrapunto, ya que la película no es un documental clásico, sino que tiene elementos de ficción. A Sergio lo pensé desde la figura del productor musical, desde la relación histórica entre el artista y el productor. Allí se produjo otra tensión, que ayudó mucho a que la película sucediera.
Moacir podrá verse en Cine El Cairo durante todo el fin de semana, así como también el día lunes 2 de abril. A excepción de hoy, cuyo horario es 22.20, los demás días será proyectada a las 20.
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