Después de haber editado casi una decena de discos, y de haber construido una relación con la canción que ya lleva tres décadas, el cantautor cubano Carlos Varela actuará hoy por primera vez en Rosario. Heredero de los grandes nombres de la Nueva Trova, referente del movimiento que la sucedió (la Novísima Trova), el cantante y guitarrista actuará a las 21.30 en la Sala Lavardén, a la que arribará con un listado de obras para muchos ya reconocidas, en un show que permitirá aproximarse además a la intensidad que Varela (con una extensa formación actoral) le imprime a cada uno de sus conciertos.

Un concierto que tendrá un repertorio extenso, según apunta Varela en su diálogo con Rosario/12: "Seleccionamos los temas que más salieron a la luz, que más sonaron en aquellas épocas. Por supuesto también está incluido el último disco que grabamos, No es el fin, y una selección que hicimos a partir de un proyecto que llamamos Los hijos de Guillermo Tell, que eran como grandes éxitos, pero con el paso de los años se fueron sumando otros temas". Acompañado por el pianista Aldo López Gavilán y el bajista Julio César González, Varela adaptará ese amplio listado a un formato de trío, lo que le brindará a las obras nuevos matices.

Con una intensa grilla de funciones en suelo sudamericano, Varela se dará el gusto de comprobar el efecto de sus canciones en este lado del continente. Un feedback que el compositor disfruta y analiza también en su propio país, al que cada dos años recorre en giras prolongadas. "Soy partidario de que no puedo intentar hablar de Cuba sin salir de La Habana --explica--. Cuba no es solamente La Habana, sino una isla que es muy amplia en el sentido de la población. Es increíble descubrir cómo, en provincias tan distantes como Olguín o Santiago de Cuba el sólo hecho de llegar a esas ciudades crea un fenómeno en la gente. Pero las canciones de uno significan mucho más que ir a ver al artista, quieren encontrar otra cosa en los conciertos. Y lo que ha sucedido siempre es que ese público ha ido creciendo en número, pero sobre todo se han ido acercando más jóvenes".

La aparición de nuevos oyentes no es menor para Varela, que concluye: "En tiempos como éstos, con tanta música de mierda que se escucha en la radio y la televisión, saber que todavía hay muchos jóvenes que te siguen es una bendición. Y son conciertos donde se produce una electricidad y comunicación tremendas. Te hacen sentir vivo, conectado con tu realidad alrededor de toda la isla, donde hay una tradición de muchos años, sobre todo a partir del 73 con el inicio de la Nueva Trova y con todos los que vinimos después. Definitivamente hay una costumbre de escuchar y de hacer buenas canciones. Eso mantiene el listón cultural, musical y poético bien alto. Que los jóvenes persigan estas canciones es una manera de sentir que estamos salvados en un mundo donde nos desborda tanta mediocridad".