Jueves, 10 de mayo de 2012 | Hoy
PSICOLOGíA › EL PSICOANALISTA LUIS HORNSTEIN LLEGA A ROSARIO EL 19 DE MAYO
Con la propuesta de dialogar en libertad, el encuentro apuesta a que "salga algo" en una tarea "exquisitamente comunitaria".
Por Luis Hornstein*
Los preparativos del encuentro La práctica actual, que coordina la psicóloga Carolina Galán para el próximo 19 de mayo en Rosario implican ilusiones y confianza en que del encuentro "va a salir algo". Pondremos en juego nuestras ideas, si dialogamos, si contrarrestamos el solipsismo que a veces nos ahoga. Freud recomendaba: "Es muy difícil ejercer el psicoanálisis en calidad de solitario; pues se trata de una empresa exquisitamente comunitaria. Y en cualquier caso sería mucho mejor que todos rugiéramos o aulláramos a coro y en armonía, en lugar de que cada cual se limite a gruñir en su rincón". Un encuentro requiere desplegarse en libertad. Libertad no quiere decir vale todo. Tampoco que estemos dispuestos a dejarnos llevar por la primera idea que nos encandile. No hay garantías. Pero es deseable que nuestra jornada sea una tarea "exquisitamente comunitaria" y no nos limitaremos a "gruñir en un rincón".
El psicoanálisis abarca prácticas heterogéneas. ¿Qué piensa cada uno de nosotros? ¿Qué todas lo son o que sólo es psicoanálisis lo que uno hace? Mientras que algunos psicoanalistas optan por el "tenedor libre" y algunos por la "verdadera teoría", otros piensan esa heterogeneidad que complejiza el diálogo... y a veces lo convierte en diálogo de sordos. Claro que hay aspectos no comunicables en un análisis, lo cual da pie a discursos místicoesotéricos sobre lo inefable del encuentro de dos inconscientes. Debemos enumerar esos aspectos no comunicables. Y sobre todo avanzar sobre ellos.
Más que ninguna otra disciplina, el psicoanálisis está cerca del lenguaje corriente. Sobre la palabra "debate" el diccionario trae dos acepciones. En la primera es sinónimo de controversia. Y en la segunda es contienda, lucha, combate. En una contienda el objetivo no es la verdad, sino triunfar sobre el enemigo. Ojalá que en la Jornada nuestro enemigo sea el anquilosamiento o el pensamiento dogmático. ¿Y qué es "controversia" según el diccionario? No es un altercado entre dos o más personas. Es un intercambio de opiniones contrapuestas. Como dice Freud (1917): "La controversia teórica es la más de las veces infecunda. Tan pronto como empieza a distanciarse del material del que debe nutrirse, corre el riesgo de embriagarse con sus propias aseveraciones [...]. Por eso considero muchísimo más adecuado combatir concepciones divergentes poniéndolas a prueba en casos y problemas singulares". ¿Nos animaremos a exponer opiniones contrapuestas, pero "poniéndolas a prueba en casos y problemas singulares".
Confluyen en nuestra praxis la escucha analítica y lo que se ha incorporado del sistema conceptual, así como las representaciones, imágenes, sentimientos que produce el estar sumergido en la relación transferencial (contratransferencia). Un psicoanalista es alguien que se inscribe en una trayectoria, cuando procesa sus lecturas, su experiencia clínica, su propio análisis, su participación en diversos colectivos. Alguien que va complejizando su escucha, liberándola de una teorización insuficiente o de una tan consciente, tan sistemática, que deja de ser flotante. En la clínica ya no caben los gustos y ponemos entre paréntesis nuestros intereses teóricos en beneficio de la singularidad del tratamiento.
Un análisis es un encuentro entre un analizando con su historia y un analista con su historia (personal, teórica, analítica, práctica) y una disponibilidad para la escucha que estará al servicio de una experiencia singular, la potenciará, la ayudará a desplegarse. El psicoanalista está ante un enigma, exigido a un pensar y a un hacer. ¿Huye o lo enfrenta? Ese no rehusarse es la atención flotante. Es el prerrequisito para una interpretación a salvo de un saber preestablecido, congelado, una mera "aplicación" de la metapsicología. La atención flotante no es sólo un correlato de la asociación libre. Es una asociación libre restringida por la escucha y no una remisión sin fin al mundo fantasmático del psicoanalista.
Una forma de pensar compleja se prolonga en una forma de actuar compleja. Por eso el método, en los tratamientos, debe incluir iniciativa, invención, arte. Nuestro método tendrá algún parecido con el de la ciencia contemporánea y casi ninguno con el de la clásica, en la que era un conjunto de aplicaciones que tendían a poner al sujeto entre paréntesis, como si el observador pudiera ser eliminado para siempre.
Es urgente disminuir el hiato entre lo que se dice en las reuniones de colegas y una praxis enfrentada con apremiantes demandas. No digo que ese sinceramiento sea fácil sino que es ineludible. ¿Cuánto puede haber de no compartido en nuestro proceder técnico? ¿Cuál es el conjunto de condiciones necesarias y generalizables que permita ese postergado debate clínico?
*Premio Konex Platino 1996-2006: Psicoanálisis. Publicó numerosos libros. En www.carolinagalan.com.ar/jornadas2012.
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