¿Qué es la trova rosarina sino sus canciones? ¿Cuánto de aquel movimiento perduró luego de que sus principales protagonistas continuaran como solistas con el camino que ya se insinuaba en sus obras? En su desembarco conjunto a la Capital Federal, a principios de los 80, aquel grupo heterogéneo en sus orientaciones musicales logró llamar la suficiente atención como para terminar disparando las trayectorias de sus protagonistas. El tiempo, y su transcurrir, ayudarían a definir los horizontes de nombres dispares en sus intenciones compositivas, pero unificados por el compromiso con su obra y el talento para llevarla adelante. Sin embargo, el movimiento presentado como Trova Rosarina perdería sus rasgos colectivos, dejando sí un legado de composiciones que, a tres décadas de la irrupción trovadora, son inseparables de aquel rótulo.

Consciente de ello, la cantante Silvina Garré decidió volver a algunas de aquellas canciones que se inmortalizaron con su voz. "No fue dificultosa la elección, fue bastante simple. Hice una lista de las canciones que más me gustaban de cada autor. La selección tuvo que ver con que consideré cuáles podía cantar mejor y considerando el tipo de banda que tengo", sintetiza Garré a Rosario/12, echando por tierra las posibles complicaciones que conllevaría rastrear entre el rico repertorio producido por aquel grupo de rosarinos en los primeros 80.

En ese proceso, la cantante optó por dejar a un lado los recuerdos o sentimientos que los temas disparaban, poniendo el foco en lo puramente musical: "Tiene que ver con las canciones, con la melodía y la letra. Que me sienta representada, que me guste como canción. Elegí musicalmente y por supuesto en el tema poético. 'Tumbas de la gloria' me encanta musicalmente y además me siento muy identificada con su letra. Sí hay mucha cosa emocional en términos de que estas canciones me emocionan porque son bellas, pero no elegí ligándome a recuerdos. Como si hubiese tomado cierta distancia de estos autores, más allá de que trabajé con ellos".

Entre el listado de obras, y además de la ya citada, Garré sumó otras dos firmadas por Páez: 11 y 6 y Yo vengo a ofrecer mi corazón. De Fandermole reabordó Cuando y Corazón de luz y sombra, de Lalo de los Santos Aquella niña en soledad, de Rubén Goldín Sueño de Valeriana y de Adrián Abonizio la infaltable El témpano. El flamante disco se completó con tres obras de su autoría: Una vuelta de cara, Fin de carnaval y Los sueños incompletos.

Esta noche, a las 21.30, Garré llegará a la Sala Lavardén para presentar esas composiciones, a las que sumará otra decena de obras. "Presentamos las once canciones de la trova y después casi diez canciones más que están en distintos discos. Muchas están en el disco Canciones sin Tiempo (publicado en 2008), donde hice algunos clásicos con arreglos de cuerdas", anticipa la cantante, que estará acompañada por Diego Clemente (guitarra, clarinete, voces y dirección musical), Luciano Pallaro Batagliesse (bajo), Marcelo Pilotto (piano y acordeón) e Ignacio Piana (batería y percusión).

Respaldada por esa formación de cuarteto, Garré recorrerá un repertorio claramente diverso, producto de la heterogeneidad compositiva que en un momento dado se unificaría bajo el rótulo de Trova rosarina. "Creo que la diversidad estaba desde el comienzo y fue una de las cosas más valiosas, porque cada uno aportó su estética personal ﷓﷓reconoce la cantante﷓﷓. Eso armó un concepto y una estética. Porque el resultado fue una estética similar, donde había aires de tango, rock, pop y folclore. Me parece que éso fue clave".