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"A Augusto Schiavoni hay que situarlo entre los pintores que en el presente están abriendo nuevos surcos en pro de un arte argentino", escribía en 1932 Emilio Petorutti, pionero del arte abstracto argentino. En el piso 6 del Espacio de Arte Fundación OSDE (Oroño 973) puede verse, entre otras piezas sorprendentes, una carta firmada "Peto" pidiendo al promisorio rosarino unas 25 telas para exponer.

El piso 4 se abre con un despliegue de retratos de mujeres. Junto a las aristocráticas belles de Alfredo Guido (pura rosa blanca y esplín) o la ultraterrena poeta de Emilia Bertolé, no podían faltar las representaciones mucho más austeras que hace Gustavo Cochet de su compañera Francisca; ni la imponente Victoria Tellería, madre de Augusto y María Laura Schiavoni, retratada por su hijo mayor. Al fin hay una íntima sala donde todo conversa en asordinados blancos: las magnolias de Augusto, las dalias de Manuel Musto y Toky, el perrito de la casa, pintado por María Laura Schiavoni, quien se destaca en el piso 5 por sus paisajes en verdes edénicos y blancos espectrales.

"Resulta oportuno preguntarse por qué Augusto no retrató a María Laura empuñando pinceles, como lo hizo con su entrañable amigo Musto", se pregunta Sabina Florio en el excelente catálogo dedicado a desmontar el falso mito de los hermanitos naïf con el que los estigmatizó la crítica en los años 60, mientras María Laura innovaba secretamente la pintura con unos paisajes gestuales visionarios donde se reconoce la influencia del expresionismo abstracto. "María Laura Magdalena Schiavoni nace en Rosario el 22 de julio de 1904", escribe Florio, quien obtuvo un acervo inédito de documentación para poder corregir inexactitudes biográficas. Florio compuso junto a Iván Hernández Larguía un recorrido de la muestra capaz de "poner en diálogo" la obra pictórica temprana de María Laura con la de sus contemporáneos sobre los mismos temas (arrabales, suburbios con tejados rojos, etc.). En la segunda mitad del piso 5, Schiavoni se queda sola, en sus luminosos "paisajes espirituales" y su visionaria serie "Magicorama". Esta se mostró unos días en Rosario a mediados del siglo veinte y luego cayó en el olvido de donde hoy se la rescata. Sacras, trágicas y épicas, pueden verse además tres tallas de María Laura, obras maestras desconocidas que "llaman la atención por la clave estética elegida, marcada por la distorsión expresiva y el patetismo", apunta Florio.

La muestra, "Los hermanos Schiavoni", demuele prejuicios y pone a dialogar un corpus valiosísimo de obras pictóricas, gráficas y escultóricas de diversos autores rosarinos, bajo el cuidado de los curadores de la UNR Hernández Larguía y Florio, quienes pasado mañana dialogarán con el público en el auditorio de OSDE.