Miércoles, 5 de septiembre de 2012 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › LITERATURA. HISTORIAS CAMINADAS, DE PATRICIO "CARTU" MAGNANO
Libro más lírico que épico, el de Cartu explora las posibilidades de la irrupción de lo maravilloso en lo cotidiano, búsqueda que lo sitúa en un terreno común con Cortázar y lo emparienta con el nonsense filosófico de Macedonio Fernández.
Por Beatriz Vignoli
El ensayo literario brevísimo en diversos formatos (prosa poética, poema en verso, microrrelatos) es el género elegido por Cartu (seudónimo del escritor novel rosarino Patricio Magnano) en su primer libro, Historias caminadas (edición de autor, 2012), para descifrar y traducir lo mudo de las cosas. Su lacónico humor poético se comprime hasta el aforismo: "Los aparatos se inmolan por nosotros"; "La heladera conserva el éxito de las cosas"; "El amarillo es el gris de la luz" ("Para entender un semáforo"). El humor a veces es negro, pero de un deliberado candor optimista que lo embellece, llegando hasta el absurdo: "El accidente de tránsito es la forma imprevista para conocer a otra persona que de otra manera no hubiésemos conocido".
Historias caminadas es el primer libro publicado de Cartu, pero es su tercer libro escrito. Tiene en los cajones informáticos el borrador de una novela episódica o más bien un ciclo de relatos con un protagonista en común, un antihéroe apodado Rueda (por aquello de que da vueltas y vueltas pero...). Su otro proyecto literario es un libro de cuentos sobre gente que gana dinero haciendo cosas extrañas, bizarras o imposibles. Cada cuento es el desarrollo de una buena idea, de modo que un óptimo libro de Cartu es Historias caminadas, donde cada idea tiene un desarrollo mínimo y por ende hay lugar para muchas buenas ideas.
Hombre del Renacimiento o maestro del hágalo usted mismo, Cartu también es fotógrafo amateur (pasó por el taller de Gustavo Fritegotto) y músico: ha compuesto e interpretado la música de dos discos solistas, producidos y editados por él mismo. Historias caminadas es su debut como editor de libros, que incluye su labor como diseñador, no sólo de las tapas y del interior profusamente ilustrado, sino de un logo ad hoc.
Cartu también realizó los videos con los que acompañó la presentación de su libro el sábado a la noche en el bar Oh! Carol, presentación que fue un auténtico "Cartu show", además de las formalidades del caso. Los oradores fueron Fabricio Simeoni, autor del prólogo; Tomás Boasso, con quien Cartu revisó el libro en clínica de obra; Marcelo Scalona, en cuyo taller se formó Cartu como escritor, y el propio autor del libro, quien desplegó un monólogo muy divertido, tipo comedia stand up, sobre cómo nació su ópera prima. Todo empezó con una tormenta que de un ramazo lo dejó sin auto y a pie. De ahí el título. Cartu es también el creador de un género humorístico breve, el cartuchiste. Nada de todo esto hace que se tome a sí mismo en serio y, según contó a esta cronista, como temía que el público fuese de la misma opinión, inicia su carrera literaria con un libro "serio".
Libro más lírico que épico, Historias caminadas explora las posibilidades de la irrupción de lo maravilloso en lo cotidiano, búsqueda que lo sitúa en un terreno común con las "Instrucciones para bajar una escalera" de Julio Cortázar y lo emparienta con el nonsense filosófico de Macedonio Fernández o, ya en la otra orilla del Río de la Plata, con el animismo psicológico de Felisberto Hernández. O en la otra orilla aún, con la Tentativa de agotar un lugar parisino, de Georges Pèrec. Pero lo de Cartu está más del lado de acá: el de la ocurrencia.
Más que de historias, se trata de breves apuntes como tomados al pasar, como instantáneas de esas donde la cámara apunta sobre lo banal para extraerle una chispa de magia. Que un libro así no se desbarranque para el lado de lo cursi o del sentimentalismo le debe mucho a la concisión de su particular estilo. Un estilo que parece a simple vista un grado cero, tanto del acontecer como del relato, pero que en realidad es una prosa poética extremadamente minimalista, a la que Scalona comparó con el objetivismo y la poesía objetivista.
Historias caminadas es como si a una novela se le hubiera extraído todo el meollo argumental y quedaran solamente los tiempos muertos, esos compases de espera donde el narrador se detiene, el héroe espera y su inacción lo convierte en una pura mirada o en un puro oído. El libro está organizado de tal modo que habilita esa sensación, a través de su división en secciones. "Por los pasillos de la casa", "Por las calles" y "De viaje" desarrollan el recorrido de esta mirada que ejerce la estética del extrañamiento con una delicadeza que vuelve elocuente el mutismo de los objetos. Una cuarta y última parte, "Histerias breves", reúne minificciones que alternan con piezas gráficas algo bizarras, como avisos truchos levemente chistosos de estudios jurídicos ficticios que promocionan a un cartupersonaje aún en busca de una obra: la doctora Garmendia. Como no podía ser de otra manera, Historias caminadas no está en librerías. Se pide por página abierta de Facebook, escribiendo "historias caminadas" en el buscador.
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