Como a la mayoría de los argentinos (y uruguayos, y chilenos) que recibió durante los años duros de la dictadura, México marcó de un modo indeleble la vida y la obra de Mario Gómez Casas. Su cultura arcaica, su personalidad vanguardista, pero sobre todo los contrastes entre esas dos dimensiones ha cazado a más de un transeúnte: Metrópoli rica, moderna, pujante, de un lado; colonia expoliada, pueblo arcaicamente despojado. Y en el medio ese universo místico, mágico, ese colorido cruce de creencias y costumbres que algunos se atreven a circunscribir bajo el siempre insuficiente concepto de folklore. Entre la Espuma, una muestra cabal de este fenómeno. Temporariamente de regreso en su ciudad "biológica", el fotógrafo Mario Gómez Casas está presentando una exposición fotográfica, que se puede visitar hasta mañana inclusive en el hall central del Centro Cultural Bernardino Rivadavia (San Martín 1080).

Arrobado por el paisaje del litoral oaxaqueño, Gómez Casas pasó de simplemente veranear en sus playas a querer vivir para siempre allí. A medias entre ambas posturas, el fotógrafo encontró en la posibilidad de vivir durante el verano, capturando imágenes que extendieran la experiencia en el tiempo, una salida posible. Así, sin filtros ni horarios, sin temas ni poses, Gómez Casas fue explorando la cotidianeidad de los indios de Oaxaca, deslumbrándose ante la visión de esa extraña mezcla de tradición, pobreza y alegría que inunda su paisaje.

"Hace unos 25 años descubrí la costa de Oaxaca. Y me enamoré. Voy desde entonces, cada vez más seguido y en estancias cada vez más largas. Hice amigos que prácticamente me hicieron uno más en sus familias. Compartir la mesa, el trabajo, la fiesta, ha sido, es, una experiencia de una riqueza imposible de describir. Esta muestra es un poco un tributo a esa gente, a su hospitalidad, a su inagotable afecto", explica el fotógrafo.

Un Día de Muertos cualquiera en puerto Angelito. Una fiesta de casamiento en Huatulco. Una niña de Río Verde escruta la lente del "güero". Con características de diario de viaje, Entre la espuma habla del mar y de la tierra, y de la gente que vive entre esos dos mundos.