CULTURA / ESPECTáCULOS › CONCIERTO DE CLAUDIO DEVIGILI, SOLISTA DE GUITARRA.
El concertista asegura en esta nota que quiere aportar al desarrollo de la guitarra y señala que siempre se interesó por la música española, "seguramente por el origen mismo del instrumento". De todas maneras también se inclina por la música clásica.
› Por Marisol Gentile
Seis cuerdas pulsadas, una caja de resonancia y un mástil con puente, diapasón, trastes y clavijero: este andamiaje será el protagonista del concierto de hoy, que desde las 18 y en el Parque de España, será interpretado por Claudio Devigili, reconocido concertista de guitarra local. Y tal como lo afirmara el solista, un concierto de guitarra es un género musical autosuficiente y con un público particular.
"Si bien en cada concierto intento ofrecer un repertorio variado, mis inclinaciones varían de tanto en tanto", dice el artista, en diálogo con Rosario/12. "Siempre me interesó la música española, seguramente por el origen mismo del instrumento. Pero hace algunos años que tengo una fuerte inclinación hacia la música del período clásico y el contemporáneo. La primera me atrae por su complejidad y demandas a la hora de la interpretación, y la segunda, porque su existencia es una lucha sin cuartel con el presente", asevera.
Con la convicción de que las obras del período clásico suelen ser largas, transparentes en cuanto a las intenciones y muy complejas técnica y racionalmente -ya que fueron escritas en una época en que la razón era considerada la herramienta más poderosa de la humanidad- interpretar este período requerirá de mucho estudio, análisis y toma de decisiones finales. "En cuanto a la música contemporánea, me interesa porque posee vida en todas sus dimensiones. Las maneras culturales actuales de vivir las diferentes pasiones son un cable directo entre la obra y quien la escucha. Pienso que el rechazo que suele generar en el público es el mismo desprecio que sentimos por las incoherencias y horrores de la sociedad de hoy. Tal vez por ello no haya una inclinación netamente estética hacia esta música sino más bien de compromiso con nuestro presente", afirma.
El programa de concierto que abordará esta tarde constará de dos partes, y abrirá con "Lágrima", de F. Tárrega, uno de los guitarristas españoles románticos más importantes de su época. "Es una obra muy corta que suele estar en los programas de estudio del instrumento", señala. Le seguirá Bach y su "Preludio BWV 1006a" (pieza original para violín que fue transcripta para laúd por el mismo autor) para cerrar con la "Gran Sonata en La mayor" de Paganini, obra original para guitarra y acompañamiento de violín. "En este caso es el violín quien acompaña a la guitarra de manera muy sencilla, mientras ésta realiza grandes proezas durante los 23 minutos que dura la obra. Interpretaré una reducción hecha para guitarra sola en donde la parte del violín acompañante también es interpretado por la guitarra. Es un gran desafío interpretar una obra de tal dimensión, sobre todo por sus pasajes virtuosísticos que contrastan con otros de mucha expresividad y sutilezas", cuenta.
La segunda parte constará de obras del Siglo XX: "Manuel Ponce, compositor mexicano de renombre en su país, enriqueció el repertorio guitarrístico con una gran cantidad de obras dedicadas al gran guitarrista Andrés Segovia. De él haré su 'Preludio I'. Luego seguiré con la 'Sonata I' (1990) del compositor cubano Leo Brouwer, obra que es una increíble demostración de cómo pueden trascender los límites de un instrumento, y que contiene citas de Beethoven, Pasquini, referencias al Padre Soler, Scriabin y a la música barroca, minimalista y romántica", señala.
Devigili será fiel a la tradición de muchos guitarristas, y cerrará el concierto con Albéniz y su "Asturias". "Originalmente para piano, se hizo conocer al mundo gracias a las transcripciones que hicieron de ella conocidos guitarristas. En este caso la transcripción es mía, y es una revisión que intenta llegar a la concepción original del compositor", dice.
Este deseo de estudio y perfeccionamiento constante lo llevó a realizar un estudio de investigación sobre la guitarra clásica, tanto en Argentina como en Rosario. El hallazgo fue sorprendente: de la década del '20 y hasta la del '70, aproximadamente, los guitarristas argentinos y rosarinos en especial se encontraban en la vanguardia de Latinoamérica, con excelentes carreras internacionales como concertistas y ocupando lugares importantísimos en todo el mundo como profesores en las universidades.
Sobre sus proyectos futuros, el artista recalca su interés en aportar al desarrollo del instrumento que eligió y su difusión. "Creo que es necesario estudiar y crecer en otras áreas paralelamente a la música: idiomas, historia, arte en general, filosofía y hasta incluso deportes. Los mejores intérpretes siempre han opinado así e intento ser consecuente con ello", concluye.
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