"Me vestiré de flores,/ mutaré en cantos", remata Mariana Vacs en "Alma de paso", uno de los poemas de Espina de maguey (El mono armado, 2012), su segundo libro de poesía. Lo presentará mañana en Bienvenida Casandra (Sarmiento 1490), junto a su editor Fernando Silber, la poeta Tona Taleti y la escritora Marta Ortiz, autora del prólogo. Actuarán versiones musicalizadas de los poemas Maia Morosano, Silvia Guidobaldi y el grupo Cincopadas.

La espina de maguey se utiliza en joyería y en el rito azteca del autosacrificio; "nace de la planta de donde se extrae el mezcal", explicó Vacs, quien eligió para la presentación el Día de los Muertos, festividad central al sincretismo hispanoamericano que explora en su libro. De regreso de un viaje a México, donde se desempeña a distancia como editora de la revista electrónica Ahí va el agua, Vacs (Rosario, 1967) trajo un puñado de poemas que pulió con la precisión y belleza de gemas de jade. Luego del intimismo de Infimo infinito (Tantalia, 2006), su libro mexicano es una celebración amorosa de lo otro, que es también lo propio y latinoamericano.