Domingo, 7 de abril de 2013 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATO. EL PROCESO DE KAFKA, SEGúN EL CARLOS ROMAGNOLI
El dramaturgo y director estrenó anoche Protocolo ProTzess K, obra que continuará presentándose los sábados de abril, mayo y junio en La Escalera. El trabajo es la concreción de uno de sus sueños más ambiciosos a nivel de búsqueda dramática.
Por Julio Cejas
El dramaturgo y director Carlos Romagnoli acaba de concretar uno de los sueños más ambiciosos a nivel de su búsqueda dramática: Protocolo ProTzess K, obra que se estrenó el último sábado de marzo en el Teatro La Escalera (9 de Julio 324) y que podrá verse todos los sábados de abril, mayo y junio a las 21.30.
Definido como una "ensoñación de El Proceso de Franz Kafka", este nuevo trabajo del creador del Grupo La Escalera es, según sus propias palabras, "un sueño propio sobre el sueño recurrente que atraviesa casi toda la obra del genial autor praguense, que alcanza en El proceso su punto más alto de significación".
En una entrevista con Rosario/12, Carlos Romagnoli cuenta el extraño suceso vivido en su adolescencia y las conexiones con su actual decisión de abordar este proyecto que abriría una nueva perspectiva en su carrera. "A los 13 años fui con mi padre a una casa, donde vi una imagen que me perturbó: un hombre y una mujer que transportaban lo que para mí era un cajón de muerto, en un terreno desierto de posguerra. Quince años después descubro a Orson Welles a partir de Ciudadano Kane y al ver su versión fílmica de El proceso me encuentro con las mismas construcciones y la misma escena que había vivido en aquella oportunidad", recuerda el director en su diálogo con este medio.
Romagnoli confiesa que a partir de esta nueva producción su lenguaje comienza a romperse, toda su formación y sus creaciones ligadas a lo que él llama "realismo lógico" comienzan a ceder ante este nuevo terreno de experimentación. "Es como un escalonamiento en dominó. Empezar a romper el lenguaje no pasa sólo por planteárselo a los actores, esta obra requiere un nuevo modo de actuación. Para romper ese lenguaje en el transcurso del trabajo tengo que contruir otra materialidad, otro tipo de utilización de los objetos, otro tipo de espacios", dice Romagnoli.
Para dar cuenta de esta ruptura a partir de los climas generados por El proceso, este incansable creador rosarino transforma su propia sala, ocupando todo el espacio para adaptarlo a una nueva e invasiva escenografía. "Hace tres años que vengo trabajando en esta obra, no sólo como adaptador del texto y como director, sino también como herrero, carpintero, albañil, tuve que transformar toda la sala, tuve que meter las gradas en la sala de espera. Aquí se usa todo, el afuera también", dice el responsable de Protocolo ProTzess K.
Romagnoli, que en su vida privada atraviesa por un proceso parecido al protagonista de la obra de Kafka, se siente identificado con aquel emblemático Josef K, atrapado en laberínticos tribunales a donde es conducido sin saber cuál es su delito. "Este hombre al que le anuncian que está detenido y llega al final sin saber cuál es su culpa, me recuerda a la época de los militares. Se te acercaban para pedir documento y te sentías culpable. Me pasa todavía, hace más de 30 años que se fueron los milicos pero hicieron bien el trabajo de dejarnos con esos miedos", comenta Romagnoli.
- Otro tema enigmático es el título que elegiste...
- Le quería poner el nombre de la obra en alemán, pero para no tener problemas con la cuestión de los registros se me ocurrió lo de protocolo: Protocolo de El Proceso de Kafka. Pensando en la gráfica, esa T que usamos en "ProTzess" funcionaría como cruz y como balanza, en clara relación con la religión y la justicia, otra de las cuestiones que se plantea la obra.
El elenco integrado por Timoteo Kwist, Augusto Zürcher, Germán Geminale, Marcela Espíndola Galante, Gisela Ferrari y Claudio Giannini fue seleccionado por Romagnoli en base a las obras que veía en su sala, contando en esta oportunidad con la supervisión de Verónica Rodríguez en expresión corporal y coreografía.
"El único actor que hace un solo personaje es el protagónico, los otros cinco componen cuatro personajes cada uno --detalla el director--. El antagónico en esta obra es el todo. Incorporamos coreografía y canto, la música la fuimos creando con el actor Augusto Zürcher que forma parte del grupo musical Atilio y los alimonados" .
- ¿Cómo plasmaste en lo teatral el arduo tema de la ensoñación?
- Allí es donde se rompe todo: el sueño, en la puesta en escena parecen cosas extrañas, pero nada deja de ser verdad. Trato dentro de "lo normal", de meter hechos que son totalmente deformados pero que se aceptan como normales. Es una manera de ver el mundo, que anticipa o denuncia una de las preguntas claves que plantea la obra: ¿quién es absolutamente libre?
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