"El absurdo no tiene fin". La cita, colocada a centímetros de las dedicatorias, pertenece a Robert Crumb y, con ella, Liniers no hace más que predisponer a los lectores frente a su Macanudo Número 3, la recopilación de historietas publicada por Ediciones de la Flor que este viernes, a las 19.30, será presentada en Ross Centro Cultural (Córdoba 1347), en un encuentro que contará con la participación del propio Ricardo Liniers Siri, quien estará acompañado por Roberto Fontanarrosa, responsable de prologar una obra verdaderamente deliciosa.

Es que en esta tercer edición de Macanudo los pingüinos, Lorenzo y Teresita, el osito Madariaga, Enriqueta y Fellini, Oliverio la aceituna, el robot sensible, coso azul y coso amarillo, duendes, vacas, pececitos y ovejas conviven sin hilo conductor aparente, aunque unidos por el notable estilo de Liniers. Una identidad brillantemente sintetizada en la pluma del Negro, que en el prólogo dispara: "Cuando leo a este artista posmoderno y globalizado (nada más globalizado que la historieta, con globitos casi en cada cuadro) paradójicamente, retorno a mi infancia. Porque Macanudo tiene un espíritu y una estética magníficamente aniñada. Aparecen personajes infantiles como el gato Fellini, Oliverio la aceituna, la vaca cinéfila (lo que confirma mi sospecha de que el autor es propietario del Mercado de Hacienda) y hasta pingüinos que deben apelar a ideas estrafalarias para superar el incorregible aburrimiento de la Antártida. Yo podría afirmar --y, de hecho, valientemente, lo afirmo-- que el estilo de Liniers es ingenuo. Pero ¡cuidado! desprevenido viandante, es la primaria ingenuidad del león que se morfa una gacela".

Con algunas primeras experiencias en fanzines y publicaciones independientes, Liniers pasó luego por proyectos como Hecho en Buenos Aires, Zona de obras, ¡Qué suerte! (España), Olho Magico (Brasil), 9-11 Artists respond (Estados Unidos) y Comix 2000 (Francia). También publicó sus tiras en el suplemento No de Página/12 y en La Nación.