Envasado al vacío: 7 puntos

(SIAM. Independiente, 2012)

Responsable de la composición, el cantante, guitarrista y fundador de SIAM Francisco Giunipero le impregna una búsqueda poética a estos once temas que retratan desde situaciones cotidianas a referencias de aires políticos, en un disco donde los rastros urbanos suenan mayormente en código de rock, con reminiscencias pop y guiños que juegan con géneros como el country (con sutiles arreglos en la ochentosa "Poses") o el funk (en el juego de guitarras de "Disparaste"). Con un buen contrapunto en los coros de Paz Escalante, la voz de Giunipero busca fortalecerse en la interpretación, amoldándose al juego dramático que plantea en cada una de sus canciones. La aparición de Pablo Pino como invitado en "Salidera" va en línea con esos efectivos contrastes. Y, si de efectividad se trata, allí aparecen algunos estribillos ("Amor desaparece", "Berlín", "Mismo son") como potente carta de invitación para recorrer este auspicioso debut. E.P.C.

Tangolpeando: 9 puntos

(Adrián Abonizio. BlueArt Records, 2012)

Con una docena de composiciones de un elevado nivel poético y musical, Abonizio hace su irrupción formal y explícita en el tango, género que pedía a gritos una renovación de su repertorio lírico, y que encuentra aquí una esperanzadora respuesta. Entre líneas de bella simpleza poética y efectivas metáforas existencialistas, sin caer en frases arrabaleras ridículas o anacrónicas, Abonizio instala sus narraciones en los márgenes. Desde allí, y en su aguda observación de la condición humana, brilla con sus pinceladas de humor y sarcasmo, desnuda sentimientos y, a la vez, conmueve. Con una gran labor de Rodrigo Aberástegui como coautor de buena parte de las músicas, con una estética despojada que se estructura sobre las guitarras --y que remite al período que va entre la Vieja Guardia y la época de oro--, Abonizio evita impostarse como cantor arrabalero, potenciando así la autenticidad de este disco notable. E.P.C.