Viernes, 6 de septiembre de 2013 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. LUIS MARíA FITTIPALDI Y SU VERSIóN DE ESTOCOLMO
Luego de años sin verse, dos hombres que compartieron la infancia se reencuentran en un escenario inesperado y en roles bastante antagónicos: un asalto a un banco en el que uno es el ladrón y el otro uno de los rehenes.
Por Julio Cejas
Dos amigos de la infancia que hace años no se ven se reencuentran en un escenario inesperado y en roles bastante antagónicos: un asalto a un banco en el que uno es el ladrón y el otro uno de los rehenes. Este es el disparador de Estocolmo, obra del exitoso dramaturgo, narrador y periodista Pablo Albarello que dirige el inquieto creador rosarino Luis María Fittipaldi.
La obra, que se estrena esta noche a las 22 en el Centro Cultural La Nave (San Lorenzo 1383) y podrá verse todos los viernes de setiembre, cuenta con las actuaciones de Fabián Fiori, Gastón Legaristi y Marcelo Fernández; en una puesta en escena que contó con los aportes de
Julia Medina en dirección de arte, Carla Lanzone en escenografía, Félix Senetiner en diseño de luces y Paula Ovejero en la asistencia de dirección.
"La defino como una comedia negra que tiene ribetes de thriller, sin perder la esencia de la pintura costumbrista, genuinamente autóctona", dice Fittipaldi a Rosario/12, al mismo tiempo que fundamenta su elección en la necesidad de estrenar una propuesta que además de hacer pensar, entretenga al espectador.
Julito, que es tomado como rehén, reconocerá a Walter (su captor) al primer culatazo: "Te conocí en el acto. Cuando entraste, me agarraste del cuello y me empezaste a dar en la cabeza, me dije 'éste es Walter'", dice. Según el director, "la vida ha llevado a estos personajes por caminos desiguales, sin embargo el pasado se apropiará de esa oficina tomada para unirlos en un mismo desconsuelo". Entre ejecuciones cronometradas, cocaína, pizza y disparatadas conferencias de prensa, la admiración de la víctima se irá transformando en un pedido que dará un vuelco definitivo a su vida.
Fittipaldi, de extensa trayectoria teatral y un entrenado paladar cinéfilo, intenta hacer un homenaje al western, con ambientaciones musicales que llevan el sello de Ennio Morricone y con muchos guiños al cine de Tarantino. "Borges siempre dijo que el género más auténtico era el western, y allí está esa concomitancia que existe entre su cuento 'El hombre de la esquina rosada' y el personaje que crea Clint Eastwood en Los imperdonables. Ese tipo que está condenado a matar y no tiene vuelta de hoja, se parece mucho al Rosendo Juárez del cuento de Borges", agrega el director.
Albarello, nacido en Junín, autor de Cuatro obras sanitarias, Lombrices, Celular, Amarte y Ruidos molestos --obra estrenada este año por la rosarina Alesandra Roczniak (domingos a las 20 en La Escalera, 9 de julio 324)--, visitará la ciudad para ver estas dos versiones que lo posicionan como uno de los dramaturgos más prolíficos y representados a nivel nacional e internacional.
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